Sociedad

Wednesday 1 May 2024 | Actualizado a 01:50 AM

Sepa cómo elegir la mejor consola de videojuegos

Según los expertos, la PS III tiene los mejores gráficos, la X BOX 360 variedad de juegos y on line, y la Nintendo Wii, el control innovador

Por La Razón

/ 28 de noviembre de 2010 / 05:00

¿Cómo elegir una buena consola de videojuegos y no gastar en vano para Navidad?, es la pregunta que se hacen los padres de familia, mientras sus hijos no dejan de insistirles en que les compren una Play 3, X Box o la Nintendo Wii. «Depende de la edad del niño, si es hijo único o si tiene hermanos», señaló Ramiro Quispe, un vendedor de la Huyustus, quien atiende una tienda de consolas y juegos.

Es decir, no cualquier videoconsola es para todo tipo de niño o joven. La PlayStation III es la última versión de consolas de la marca Sony; la XBox 360 es el estandarte de Microsoft; y el Wii es la gran apuesta de la pionera Nintendo.

Según Quispe, los niños prefieren la Wii por su innovador control, que no necesita cables al equipo; los adolescentes optan por XBox 360 por la calidad de los gráficos y variedad de juegos; pero la Play 3 es la más completa de todas.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre las consolas? «Las utilidades y los precios», señaló Miguel Fernández, un ingeniero electrónico y fanático de los video juegos. «El PS 3 tiene buenos gráficos, lee Blu Ray (formato de disco óptico de alta definición y capacidad), pero es caro; el XBox tiene el mejor on line (jugar con otros via internet) y lector de DVD; y el Wii es el más entretenido, familiar y tiene el control inalámbrico», explicó.

 Entonces, cada consola tiene su público definido, pero no definitivo. La Wii tiene un concepto familiar y de plena actividad para los niños; la XBox tiene una amplia variedad de juegos on line: y la PlayStation III es la que tiene mayores opciones de entretenimiento, según el portal especializado, GamersPro,

Para Mariano, un joven de 16 años,  lo importante a la hora de comprar una consola es verificar que sea «original, último modelo y no reacondicionado, porque se han detectado fallas en la XBox y Play,  que al ser versiones antiguas ya no pueden arreglarse», dijo.

Precios. La Razón realizó un recorrido por  las zonas Huyustus y Eloy Salmón, para conocer sus características y precios. Las videoconsolas cuestan en promedio entre 350 y 500 dólares, por lo que la inversión o gasto debe ser bien pensada. «Es mejor que compre en noviembre porque para antes de Navidad los precios subirán», alertó Sonia, una vendedora de una tienda en la Eloy Salmón.

En las tiendas de la Huyustus, la PlayStation III con un control original tiene el costo de $us 430. En la Eloy Salmón, la misma consola cuesta $us 445, con la diferencia que incluye un chip que permite leer las copias de CD (los originales cuestan entre $us 60 y 80). 

La XBox 360 tiene un precio promedio de $us 450 con disco duro (donde se pueden grabar juegos) aunque por $us 360 se puede comprar una consola sin disco duro (que sólo lee los discos a Bs 10 cada uno).

La Wii se vende a $us 400 con un control y un juego original. las copias de los juegos tienen un costo entre Bs 10 y 15, y los accesorios( raquetas, palos de golf, pistolas, etc) llegan a costar hasta Bs 250, la versión china.

Kinect y Move, las novedades  inalámbricas

La posibilidad de jugar sin la limitación de los cables no es exclusividad de Wii, también  Box y Play Station tienen dispositivos que captan los movimientos y ya están a la venta en La Paz. Se trata del Kinect y Move.

«El Kinect será el boom de la Navidad y ya tenemos pedidos por lo que aconsejo que lo compren en noviembre», dijo doña Zoila, la dueña de una tienda de video juegos de la Eloy Salmón, que vende cada unidad a $us 350 con un juego incluido (en EEUU el costo es de $us 150).

El Xbox Kinect es un dispositivo que captura los movimientos de los jugadores para poder manejar el vídeo juego. Además de capturar los movimientos, este también incorpora reconocimiento facial y reconocimiento por voz, a través de un escáner.

«Con este nuevo dispositivo, se prevé dar un nuevo paso en la forma de jugar los juegos, ya que no tendremos que hacer uso de los mandos, sino que tendremos todo nuestro cuerpo libre, y todo lo moveremos por medio de los movimientos de nuestro cuerpo», señala GamersPro. El dispositivo fue lanzado el 4 de noviembre.

Move. Sony no se quedó conforme con su PS3 y lanzó en septiembre el PlayStation Move, que consiste de dos controles muy parecidos a dos maracas sin cables que, conectados a una cámara USB de manera inalámbrica, son capaces de identificar la actividad de los jugadores. La experiencia de juego es similar a la que ofrecen los controles del Wii de Nintendo.

En La Paz, el Move se vende a $us 180 (en EEUU el precio es de $us 99), aunque en la Eloy Salmón llegaron consolas de PlayStation III con el Move y un juego original, todo a $us 600. «Los padres compran estos dispositivos como regalo para la familia, no tanto para una sola persona», acotó Zoila.

La opción de las portátiles PSP y Nintendo DS

Para los niños o jovenes que no se conforman con jugar en casa, y prefieren jugar en la calle o mientras viajan, las consolas portátiles son otra opción. Nintendo DS y PlayStation Portatil (PSP) son las reinas del segmento y compiten entre sí. En La Paz, ambos video juegos tienen sus fanáticos y eso se demuestra en los clubes que hay, con torneos en linea y encuentros a nivel nacional.

«A mi me gusta la DS porque tiene dos pantallas y se maneja con apuntador (pantalla táctil). Además puedes jugar con otra persona que tiene DS», señaló Luciano, de 10 años. «La PSP es superior por la calidad de los juegos, los gráficos y otras opciones como el internet», dijo por su parte, Mariano, un fanático de esta consola.

Al igual que las consolas de pantalla grande, PSP y DS tienen sus puntos a favor y en contra. Por ejemplo, la PSP tiene mejor calidad gráfica, mientras que la DS tiene dos pantallas y la adición de la pantalla táctil. En ambos casos, hay la posibilidad de competir vía on line con otros jugadores.

Tanto la Nintendo DS como la PSP ofrecen algunas funcionalidades extras. Además de su catálogo, hay que tener en cuenta que la Nintendo DS es capaz de ejecutar todos los juegos de Game Boy Advance y que algunos títulos del catálogo de PlayStation se pueden jugar en la PSP.

«Acá también hay segmentos, los niños prefieren la DS y los jovenes la PSP, el costo tiene que ver en la elección», explicó doña Zoila, mientras mostraba los dos equipos de video juegos.

PRECIOS. En las tiendas de la Huyustus y Eloy Salmón, ambas consolas se venden con precios diferenciados, de acuerdo a los modelos y la capacidad. Una Nintendo DS clásica puede costar hasta $us 180, en tanto una PSP de última generación tiene un valor de $us 270.

Los últimos modelos de la DS vienen con cámara y mayor tamaño en las pantallas, el precio está hasta en $us 240.  Además, las DS tienen la posibilidad de incorporar un chip (R4) que puede cargar juegos (cada uno a Bs 10), lo que abarata el costo, ya que cada juego original cuesta entre $us 30 y 60.

En el caso de la PSP, los costos son mayores, dependiendo la capacidad de almacenaje. A mayor capacidad, mayor precio. También pueden cargar juegos en su disco duro (a Bs 10 cada uno), ya que los juegos originales tienen un costo promedio de $us 50.

Las dos consolas tienen varios accesorios como estuches, fundas especiales, cables de conexión, apuntadores, auriculares especiales, que se venden por separado. Los costos de cada kit dependen si son originales, a un promedio de $us 50; o chinos, con un costo entre los Bs 150 y 200.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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