Economía

Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 15:43 PM

Banco Mundial sugiere ‘guardar’ recursos fiscales para una posible segunda fase de la crisis

Martín Rama, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (BM).

/ 14 de abril de 2020 / 11:47

La institución multilateral emitió hace dos días su nuevo informe La economía en tiempos del COVID-19 que proyecta una recesión de 4,6% para la región y de 3,4% para Bolivia debido al impacto en la economía de las medidas adoptadas por los países para tratar de superar la emergencia sanitaria causada por el coronavirus. Esta brusca caída del crecimiento latinoamericano demandará respuestas múltiples en materia de política pública para apoyar a los más vulnerables, evitar una crisis financiera y proteger los puestos de trabajo. En una entrevista en línea, Rama comparte desde Washington su percepción sobre el panorama que enfrenta en esta coyuntura la región.

P – Latinoamérica llega a esta coyuntura de emergencia sanitaria después de un año de muchos conflictos sociales en la región, con una reducción paulatina de los precios de las materias primas y con problemas particulares en cada economía. En este marco y tomando en cuenta también la menor percepción de ingresos, ¿cómo quedarán los gobiernos de la región frente al cumplimiento de sus presupuestos anuales?. Ya se habla de reasignaciones de recursos y un endeudamiento mayor.

R – Claramente, uno de los problemas que tenemos en América Latina es que muchos de los países llegamos a esta crisis con situaciones fiscales complejas. Algunas economías de la región estaban en crisis ellas mismas antes de llegar el COVID-19, como Argentina y Ecuador. Y muchos otros, aún teniendo relativamente buen desempeño, tienen muy poco espacio fiscal. Lo vemos, por ejemplo, en el tamaño de los paquetes de estímulos que distintos gobiernos latinoamericanos están tratando de implementar. A un lado, tenemos países como Perú que tienen bastante espacio fiscal y deudas bajas, por lo que decidió pagar 7 puntos de su PIB (Producto Interno Bruto) para enfrentar la crisis, un monto enorme y casi similar al (que invierten con el mismo objetivo) los países avanzados. Pero para muchos de los países crear el espacio de 1 o 2 puntos del PIB es difícil. Esa va ser una de las primeras dificultades.

La otra gran dificultad que tenemos en la región es que, con los altos niveles de informalidad, algunas de las medidas eficaces como las que Europa o Estados Unidos aplican –como extender la cobertura del seguro de desempleo– no se pueden concretar. Así que se necesitan otros mecanismos para ayudar a los que más sufren en el corto plazo, gente que tiene pequeños trabajos, que ganan día a día. Entonces, tenemos esa doble dificultad: pocos recursos y mucha informalidad que vuelve más difícil distribuir el apoyo.

P – Entonces, ¿un mayor endeudamiento en muchos de los casos es inevitable?

R- Pienso que sí, pienso que va a haber tolerancia, un poco más de entendimiento va ser necesario (por parte de los financiadores). Pero sí, es una de las opciones. Otras son la reasignación de recursos, de cosas menos urgentes. Por ejemplo, el programa de inversión puede sufrir porque se le va a dar más prioridad al gasto corriente.

P- ¿Cuál es el rol del sector privado en esta coyuntura?

R – Va a haber distintos roles. Entendemos que no se pueden poner en marcha el tipo de acuerdos que se alcanzaron en países como los europeos –que garantizan los empleos–, así que va a haber muchas empresas que no van a tener otra opción que reducir su personal. Pero si hay sectores que reciben ayuda, como créditos subsidiados e incluso más si la crisis se vuelve grave, el apoyo debería tener un elemento de reciprocidad: la protección en lo posible de los empleos.

Una segunda área es simplemente la responsabilidad social. Lo estamos viendo en muchos países. Hay, por ejemplo, empresas financieras que ofrecen más límite sobre la tarjeta de crédito. Medidas de ese tipo hasta son buena publicidad para las empresas, pueden tener un costo, pero son una manera de ayudar y de participar en la sociedad.

La otra área está un poco más lejana. Quizá dentro de unos meses esté todo bien, pero imaginemos que esta crisis se vuelve muy grave, que es una posibilidad. Imaginemos que al cabo de un tiempo hay empresas que no pagan sus deudas o bancos que entran en dificultades.

Si hay compañías que son importantes para un país porque tienen competitividad internacional, o gran experiencia, o porque son las fuentes de exportación de un país, es posible que el Estado haga algo, las apoye o las capitalice. Ahí el Estado se encontrará con activos que normalmente no son de su responsabilidad, como sí lo son la infraestructura, la educación y la salud. El Estado no suele ser propietario de bancos, de empresas o de carteras de deudas de mala calidad. Y cuando un Estado tiene activos y pasivos de ese tipo – que son más del sector privado–, hay un riesgo muy grande de manejarlos mal.

Entonces, las experiencias del sector privado nacional e internacional pueden apoyar en el reforzamiento de las agencias de gestión de activos, como ser fondos soberanos que puedan filtrar la adquisición de activos, el manejo y la reprivatización una vez que la crisis pasa.

P- El informe indica y anteriores experiencias también demuestran que los gobiernos son los que en general asumen las pérdidas mayores de estas crisis. ¿Por cuánto tiempo pueden éstos ‘aguantar’ los efectos económicos de la pandemia, inyectando recursos a la economía y aplicando medidas de protección social, hasta antes que los resultados de la crisis se vuelvan irreversibles? Las restricciones totales o parciales pueden durar más tiempo, porque para la vacuna se tendrá que esperar al menos hasta fin de año*

R – Los países europeos, por ejemplo, empezaron las políticas de contención de la epidemia antes que los de América Latina, y los países europeos están recién llegando a la fase en que empiezan a discutir cómo salir (de la emergencia sanitaria). Francia, en este marco, anunció un mes más de medidas de cuarentena. Si ellos todavía no están saliendo, probablemente eso nos dé una idea de cuánto tiempo tenemos por delante. Y es una idea que claramente nos muestra que son por lo menos semanas y probablemente meses los que tenemos por delante.

Eso plantea muchos desafíos: para la gente, que necesita ingresos; y para las empresas, que tienen que seguir pagando sus alquileres y seguros sin recibir ingresos. Una preocupación nuestra es que luego de la primera respuesta –de ayudar a los necesitados, de asegurarse que la epidemia sea contenida– hay una segunda fase de la crisis. Si cada vez más hay gente desempleada y problemas de demanda doméstica, cada vez más empresas insolventes y cada vez más bancos en dificultades, la crisis puede ser más larga de lo que viene de la epidemia en si. Podemos tener una situación en la que logramos levantar las cuarentenas, logramos salir a la calle, pero ahora tenemos una cantidad de empresas quebradas y bancos en dificultades. Ese es un tiempo adicional. Ojalá no ocurra pero tenemos que prepararnos por las dudas, prepararnos en caso de que tengamos que llegar a medidas más extraordinarias de modo que las hagamos bien y no mal. Porque si hacemos las cosas mal para salir de la crisis, nos va a ser mucho más difícil repuntar en el largo plazo.

P – ¿Por cuánto tiempo le alcanza la espalda fiscal a los países de América Latina para aguantar esta primera etapa de la crisis?

R – Sería importante guardar un poco más de espacio fiscal para el futuro, no pensar que simplemente es un shock de dos semanas, de dos meses, y después volvemos a la normalidad. Somos optimistas para el año que viene porque pensamos que la capacidad de contener la epidemia va a mejorar mucho, va a haber tests disponibles y más fáciles de usar, va haber buen conocimiento de cómo hacer cuarentenas selectivas si de nuevo hay algún brote –sin tener la necesidad de aplicar cuarentenas totales–, quizás va haber alguna vacuna. Y las tres economías más grandes del mundo, Estados Unidos, China y Europa tienen la capacidad de rebotar (salir de la recesión y crecer), pese a que la crisis les va a pegar muy fuerte.

O sea, uno puede pensar en un 2021 positivo en el que vemos en general a todo mundo rebotando. El problema es el momento en el que se termina la contención, en un mes, dos meses o cuando sea, y el resto de este año, ¿cómo lo navegamos? Guardar un poco de espacio para esa posibilidad es importante.

P – ¿Se podría decir que el precio del coronavirus para los países de América Latina es la economía de 2020?

R – Sí, existe ese riesgo. Depende mucho de los países. En nuestra región tenemos muchas economías que dependen del turismo y esa actividad no se va a recuperar por más que salgamos de la pandemia, nos va a llevar tiempo volver a ver personas cruzando fronteras, esos países van a tener un shock duradero. En el caso de Bolivia, ¿qué va a pasar con los commodities si van más para abajo y la economía está deprimida todo el año, si el petróleo no recupera o recupera marginalmente porque hay tal abundancia y hay una economía mundial deprimida?, ¿cómo va afectar eso el gas boliviano, los ingresos fiscales?. Tenemos que pensar que no es un tema simplemente de hasta cuándo estamos encerrados, esa es la primera fase. Después que salimos del encierro, aún ahí podemos tener muchos problemas.

P – ¿El Banco Mundial tiene ya algún cálculo sobre el impacto que tendrá esta situación en la pobreza y los mercados laborales? Tomando en cuenta que en los últimos años hubo avances importantes en estos dos indicadores.

R – En general América Latina tuvo avances muy fuertes. La “década de oro” permitió a toda la región reducir desigualdad y pobreza, y en ese sentido venimos mejor posicionados. En el informe (bit.ly/34CuFu0) hay un gráfico que compara cómo estamos en materia de pobreza al entrar a esta crisis y cómo estábamos al entrar a la crisis financiera global (2008), y estamos mucho mejor. Pero hay otro gráfico que viene inmediatamente después, que hace la misma comparación con el desempleo, y en ese escenario estamos peor. O sea que arrancamos en una situación frágil.
Hay transferencias sociales, pero para la mayor parte de las familias el trabajo es lo más importante, porque representa entre el 80 y el 90% de sus ingresos. Si no hay trabajo, tenemos un problema. Estamos haciendo rápidamente simulaciones con las encuestas de hogares, viendo cuáles son los sectores y trabajadores más afectados. Hay algunos rubros que siguen trabajando por internet y siguen cobrando sus sueldos, y esta situación no les afecta mucho, pero hay mucha gente que no tiene esa posibilidad, porque trabajan manualmente y están en sectores que van a estar sufriendo, por ejemplo restaurantes y hoteles.

Pero quisiera dar un mensaje acá: en una crisis así, es posible que haya que tomar medidas rápidas que no son perfectamente apuntadas a los más necesitados. En tiempos normales diríamos que es muy importante que los programas lleguen a los más necesitados, que se gasten recursos en quienes no lo necesitan, pero hacer ese refinamiento hoy llevaría tiempo porque hay muchos shocks que hacen que quien no fue pobre ayer puede ser pobre hoy. O sea la información que teníamos ayer ya no es muy buena hoy.

Antecedentes

Nombre: Martín Rama

Cargo: Economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (BM).

Perfil: Posee un doctorado en Macroeconomía. Fue director del Centro de Investigaciones Económicas de Uruguay y docente. Ocupó diferentes cargos en el Banco Mundial: investigador, economista principal para Vietnam y economista jefe para Asia del Sur. Rama fue también director del Informe sobre Desarrollo Mundial 2013, una de las investigaciones insignia del BM y muy relevante en el área de economía del desarrollo, cuyo tema central fue el empleo. Entre las principales prioridades del uruguayo están el promover el debate sobre los difíciles temas de políticas en la región, liderar la preparación de informes clave sobre temas regionales y supervisar la calidad del trabajo analítico del Banco Mundial en América Latina y el Caribe. Para cumplir con estas tareas, él y su equipo se involucran activamente con las contrapartes en los gobiernos, el mundo académico, la sociedad civil y la comunidad empresarial.

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Gobierno: El informe Moody’s dice que desde 1983 Bolivia no ha dejado de pagar sus deudas

La viceministra Juana Jiménez dijo que el estudio no es “equilibrado” y la oposición radical del MAS lo usa para deteriorar la imagen del Gobierno.

La viceministra de Tesoro y Crédito Público, Juana Jiménez. Foto: Roberto Guzmán

/ 28 de abril de 2024 / 13:42

Desde 1983, Bolivia no ha dejado de cumplir con el pago de bonos y préstamos que tiene con organismos multilaterales o con otros países, señala una parte del informe de la agencia calificadora Moody’s informó este domingo la viceministra de Tesoro y Crédito Público, Juana Jiménez.

El viernes, Moody’s rebajó la calificación de Bolivia de “Caa1” a “Caa3” y advirtió que hay riesgo de que no cumpla con sus obligaciones de deuda externa y no cuente con divisas para el pago de sus importaciones.

Sin embargo, el Gobierno asegura que, en el mismo informe, en el historial de pago de Bolivia, ubicado en una parte “casi imperceptible”, también señala que el país no incumple con sus obligaciones de pago de deudas desde hace 41 años.

“Como cualquier persona que contrae deudas con el banco, el país también contrae deudas con organismos multilaterales, con gobiernos bilaterales. (…) El informe señala un aspecto fundamental, aunque está en una letra pequeñita y en una parte casi imperceptible; que el historial de pagos del país no ha registrado ningún incumplimiento de pagos por préstamos desde 1983”, dijo Jiménez mostrando un cuadro.

La autoridad explicó que el país trabaja con tres calificadoras de riesgo: Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s.

Jiménez garantizó que el país no ha dejado de cumplir con el pago de sus obligaciones por préstamos y por ellos Moody’s cambió la calificación del país de “negativo” a “estable”, lo que quiere decir “que no está ni en alza ni en baja y dependerá de las condiciones”.

“Les pedimos a Moody’s y las otras calificadoras que equilibren sus análisis, no solo vean efectos transitorios. El Gobierno está trabajando con políticas; que se irán reflejando en indicadores positivos”, destacó la viceministra.

Lea más: Economía rechaza informe de Moody’s y garantiza el pago ‘puntual’ de su deuda

Informe de Moody’s

Asimismo, recordó las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) y la inflación del país, que muestran dinamismo económico y ubican a Bolivia entre las naciones de mayor crecimiento de la región.

Lamentó que ese tipo de informes sean aprovechados por analistas y opositores para “deteriorar” la imagen del Gobierno y exacerbar a la población.

“La repercusión principal de estos informes es que analistas de oposición que exacerban una mala noticia; y gente radical en el MAS (Movimiento Al Socialismo) que usa este tipo de indicadores y opiniones para exacerbar muchos más aspectos”.

La viceministra llamó a la calma a la población y pidió que se valor la actividad económica y las cifras del país.

“Hay crecimiento económico positio para el país que se muestra a nivel mundial. Hay variables de actividad económica que muestran ese dinamismo; pedimos a la población serenidad y cautela que no tome esas opiniones que quieren deteriorar la imagen del país”.

El sábado tras conocer el informe de Moody’s, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas rechazó la calificación de “Caa3” para Bolivia; y ratificó las políticas económicas del país que permiten mantener estabilidad y crecimiento. Asegura que el Gobierno cumple puntualmente con sus obligaciones de servicio de deuda.

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Incremento salarial: Solo el 15,7% de los trabajadores recibirá el beneficio

Un poco más de 1 millón laboran en el sector formal de la economía.

Apenas 1.051.884 personas en todo el país trabajan en el sector formal de la economía.

/ 28 de abril de 2024 / 06:50

De 6,72 millones de la Población Económicamente Activa Ocupada (PEAO) del país, solo el 15,7% recibirá el incremento salarial dispuesto por el Gobierno para este año, debido a que cuenta con un empleo formal (asalariados).

Según un análisis realizado por el analista económico Jimmy Osorio, con base a las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la última Encuesta Continua de Empleo (ECE) para el tercer trimestre de 2023, la Población Económicamente Activa (PEA) llega a 6,91 millones de personas.

De este universo de personas, no todas realizaban o tenían una actividad laboral al momento de la encuesta. Los que sí tenían un ingreso sumaban 6,72 millones de trabajadores, de los que el 84,3% (5,66 millones) estaban en el sector informal y solo el 15,7% (1,05 millones) en el sector formal.

“En términos absolutos, 5.660.192 de trabajadores tiene actividad laboral informal y 1.051.884 forman parte de la masa laboral formal”, explica Osorio.

INFORMALIDAD.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un empleo informal es aquella relación laboral que no está sujeta a la legislación nacional, no cumple con el pago de impuestos, no tiene cobertura de protección social, y carece de prestaciones relacionadas con el empleo.

El sector informal incorpora a los trabajadores por cuenta propia (excluyendo a profesionales y técnicos), familiares no renumerados, empleados y empleadores en establecimientos de menos de cinco trabajadores (dependiendo de la información de los países) y servicio doméstico.

En Bolivia, afirma Osorio, “basta con salir a la calle, tomar el transporte público y comprar o comer algo al paso, para darse cuenta que el sector informal es el que campea en todo lado, sobre todo en lugares donde la burocracia estatal y el desarrollo productivo son pequeños y no se ha podido desarrollar el empleo estable y formal”.

El martes 23 de abril, el Gobierno —luego de reunirse con la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB)— determinó un incremento de 5,85% al Salario Mínimo Nacional (SMN) y 3% al haber básico, con el objetivo —se informó— de preservar el poder adquisitivo de la clase trabajadora.

“Se ha acordado con la Central Obrera Boliviana un incremento al Salario Mínimo Nacional del 5,85%, lo que equivale que en esta gestión 2024 el Salario Mínimo Nacional a partir del primero de enero de esta gestión —porque será retroactivo al mes de enero— será de 2.500 bolivianos. Adicionalmente se acordó también el incremento del 3% al haber básico”, informó el presidente Luis Arce en conferencia de prensa.

El anuncio del Gobierno fue rechazado inmediatamente por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), que agrupa a la mayoría de los gremios empresariales del país.

La patronal boliviana expresó en un comunicado público su “alarma” y “preocupación extrema” por la decisión tomada por el Gobierno y la Central Obrera. Advirtió que esta determinación tendrá “consecuencias muy graves” para la estabilidad de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y agravará la situación de los “cientos de miles de familias cuyos ingresos dependen de la actividad privada formal”.

EMPLEO.

Asimismo, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) señaló que el aumento al sueldo “es anecdótico” porque “cada día son menos las fuentes de empleo” que hay en el país. “Las cifras muestran que después de la pandemia, la recuperación total de las fuentes laborales no ha sido posible”, remarcó la entidad de la mayor región y motor económico del país.

En tanto, la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP) recordó que, cuando hay incremento salarial, este solo llega a los trabajadores formales (asalariados) y no así a los trabajadores informales, los que son afectados por un aumento en los precios de los bienes y servicios, lo que a su vez genera un efecto inflacionario.

“En países en desarrollo o pobres como el caso de Bolivia, las TDA (Tasa de Desempleo Abierta) son muy bajas, porque las personas económicamente activas necesitan generar recursos para su subsistencia”, añade Osorio.

El 78% de los empleados gana hasta Bs 5.000

De un poco más del millón de asalariados que había en el país hasta 2023, el 78% tenía un ingreso que llegaba hasta los Bs 5.000, según los datos procesados por el analista económico Jimmy Osorio.

El profesional toma como base para su análisis la Encuesta Continua de Empleo (ECE), del Instituto Nacional de Estadística (INE). La muestra es al tercer trimestre de la gestión pasada.

Osorio reitera que los trabajadores formales de la Población Económicamente Activa Ocupada (PEAO) llega a 1.051.884 personas a nivel nacional, lo que representa el 15,7% del total. Mientras que los trabajadores informales suman 5,66 millones, el 84,3% restante.

SEGMENTOS.

La información da cuenta de que 81.905 personas (7,8% del total) tenían un ingreso menor a Bs 2.362, monto menor al Salario Mínimo Nacional (SMN) fijado por el Gobierno para la gestión pasada. El promedio salarial para este segmento de la población era de Bs 1.636.

Luego están los segmentos con niveles salariales de entre Bs 2.362 y Bs 3.000 (promedio salarial de Bs 2.602), y de Bs 3.001 a Bs 5.000 (promedio salarial de Bs 4.095). Los tres niveles salariales suman el 78% del total de trabajadores del sector formal. (Ver infografía).

El restante 22% están en los niveles salariales de Bs 5.001 a Bs 7.500, de Bs 7.501 a Bs 10.000, de Bs 10.001 a Bs 15.000 y los que ganan por encima de los Bs 15.000.

El Gobierno, en acuerdo con la Central Obrera Boliviana (COB), dispuso el martes un incremento salarial del 5,85% al salario mínimo y de 3% al haber básico. El aumento salarial es retroactivo al 1 de enero de este año.

Con este ajuste, el Salario Mínimo Nacional (SMN) subió de Bs 2.362 a Bs 2.500. El SMN es el monto que fija el Gobierno cada año, por el cual ninguna trabajadora ni trabajador puede percibir un salario inferior a éste. El objetivo, según la actual administración, es el de preservar la economía de la clase trabajadora.

RÁNKING.

La Razón publicó el 8 de enero de este año que, de 17 países latinoamericanos, Bolivia ocupaba la posición nueve en el ranking de los sueldos mínimos, de acuerdo con datos oficiales recopilados por Bloomberg Línea.

Costa Rica es el país latinoamericano donde el salario mínimo mensual es el equivalente a $us 687. Le siguen Uruguay ($us 570), Chile ($us 521), Ecuador ($us 460), México ($us 440), Guatemala ($us 417), Paraguay ($us 367), El Salvador ($us 365), Bolivia ($us 360 con el nuevo ajuste dispuesto por el Gobierno), Colombia ($us 335), Honduras ($us 329), Panamá ($us 326), Brasil ($us 291), Perú ($us 277), República Dominicana ($us 245), Argentina ($us 152) y Venezuela ($us 3,61).

En los últimos años, Bolivia ha implementado una serie de políticas y reformas que han tenido impacto en la reducción de la pobreza y promoción de la equidad.

Una de las políticas más controversiales ha sido el incremento del salario mínimo, mismo que pasó de Bs 440 ($us 63) en 2005 a Bs 2.362 ($us 342) en 2023. Ahora, con la nueva disposición, el salario mínimo ha subido para la presente gestión a Bs 2.500 ($us 360).

Alza salarial tendrá un costo de Bs 1.461 MM

Para el analista económico Jimmy Osorio, el incremento salarial del 3% al haber básico y del 5,85% al Salario Mínimo Nacional (SMN) tendrá un costo de Bs 1.461,25 millones, tanto para la administración pública como para el sector privado.

Desagregado, el gasto adicional para cubrir el 3% de aumento al haber básico será de Bs 776,38 millones en la administración pública y de Bs 491,19 millones en el sector privado, además de otros Bs 52,26 millones (en ambos sectores) para el incremento del 5,85% al mínimo nacional.

“De la Población Económicamente Activa Ocupada formal a nivel nacional, y de acuerdo a la Encuesta Continua de Empleo 2023 (del Instituto Nacional de Estadística), 552.471 personas trabajan en el sector público y 447.508 en el sector privado y 81.905 trabajadores, tanto del sector privado como público, perciben el Salario Mínimo Nacional o menor a éste. En esa línea, y en términos generales, el incremento del 3% costaría aproximadamente Bs 1.461 millones”, detalla Osorio.

En la gestión 2021 el Salario Mínimo Nacional alcanzó el monto de Bs 2.164, en 2022 llegó a Bs 2.250 y para 2023 subió a Bs 2.362, mientras que, con el reciente acuerdo entre el Gobierno y la Central Obrera Boiviana (COB), el sueldo mínimo será de Bs 2.500. 

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Arce se reúne con empresarios cruceños y apuntan a mejorar productividad e industrialización

“Escuchamos sus análisis y propuestas referidas a varios sectores que aglutina esta instancia”, escribió el Presidente en sus redes sociales.

El presidente Luis Arce junto a ministros y empresarios cruceños. Foto: LuchoXBolivia

/ 27 de abril de 2024 / 15:40

El presidente Luis Arce y la dirigencia de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz se reunieron el viernes y coincidieron en mejorar la productividad y apuntalar la industrialización con sustitución de importaciones.

Mediante sus redes sociales, el Presidente compartió fotografías del encuentro y destacó que se analizaron varios temas y se escuchó las propuestas del sector privado.

“Escuchamos sus análisis y propuestas referidas a varios sectores que aglutina esta instancia, coincidimos en oportunidades que se abren para mejorar la productividad en Bolivia, avanzar en la seguridad con soberanía alimentaria, potenciar la industrialización con sustitución de importaciones y seguir creciendo como país”, escribió Arce.

En el encuentro participaron también los ministros de la Presidencia, María Nela Prada, y de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro. Los empresarios acudieron con su directorio, encabezado por Óscar Mario Justiniano.

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No es la primera vez que autoridades de Gobierno sostienen una reunión con los empresarios cruceños. En diciembre de 2023 sostuvieron similar encuentro, cuando se habló, principalmente, del ingreso de Bolivia al Mercado Común del Sur (Mercosur).

Asimismo, se determinó conformar mesas de trabajo para encarar los desafíos y ventajas del ingreso del país al bloque compuesto además por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Antes, en julio de 2023, también se encontraron y acordaron una amplia agenda de trabajo y coordinación para la reconstrucción económica del país.

Hace unos días, Justiniano protestó contra el incremento salarial aprobado por el Gobierno junto a la Central Obrera Boliviana (COB) para esta gestión de 5,85% al mínimo nacional y 3% al haber básico.

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CAO y Confeagro se reúnen con representantes brasileños para evaluar la innovación agrícola

Participaron del encuentro autoridades de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria y de los ministerios de Comercio Exterior y Agricultura del país vecino.

Autoridades de la CAO y Confeagro con representantes de Brasil. Foto: CAO

/ 27 de abril de 2024 / 13:12

Representantes de las asociaciones de agricultores, ganaderos y agroindustriales de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y ejecutivos de la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro) se reunieron este sábado con representantes del gobierno brasileño para evaluar temas del comercio y la innovación en agricultura en la región.

En el encuentro, propiciado por la Embajada de Bolivia en Brasil, participaron autoridades de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria; y de los ministerios de Comercio Exterior y Agricultura del país vecino.

Según la CAO, se discutieron estrategias para fortalecer la cooperación entre los diferentes actores del sector agropecuario; así como la búsqueda de oportunidades de desarrollo conjunto en beneficio del sector.

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“Se resaltó la importancia de mantener un diálogo constante que fomente el crecimiento sostenible de la industria agropecuaria en la región”, resaltó la entidad cruceña.

El vicepresidente de la CAO, Klaus Frerking Adad, destacó que el sector productivo requiere mejorar su eficiencia para ser más competitivo.

Asimismo, urgió el uso de la biotecnología, una práctica ya común en países vecinos como Brasil, Uruguay; Paraguay y Argentina, para apuntalar la producción agropecuaria.

En enero, Bolivia y Brasil firmaron un memorándum para cooperación en el tema agropecuario por lo que los participantes coincidieron en la necesidad de promover un marco de trabajo conjunto que impulse la innovación; la productividad y el desarrollo sostenible de este sector.

El sector agropecuario manifestó en varias ocasiones la necesidad de aplicar la biotecnología para mejor la producción en el país y subir las exportaciones. El Gobierno aún analiza el tema siguiendo un protocolo para la aprobación del uso de semillas mejoradas.

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Economía rechaza informe de Moody’s y garantiza el pago ‘puntual’ de su deuda

En un comunicado, el Ministerio de Economía ratifica la estabilidad y crecimiento económico y lamenta que la calificadora no considere que las RIN se están estabilizando.

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro refutó varias veces a las calificadoras internaciones. Foto: Roberto Guzmán

/ 27 de abril de 2024 / 11:36

Mediante un comunicado, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas rechazó este sábado la calificación de “Caa3” con perspectiva estable que emitió Moody’s para Bolivia y ratificó las políticas económicas del país que permiten mantener estabilidad y crecimiento. Asegura que el Gobierno cumple puntualmente con sus obligaciones de servicio de deuda.

“El informe de Moody’s no muestra una evaluación exhaustiva de todos los factores que influyen en la economía boliviana, limitando su análisis a las presiones de liquidez en moneda extranjera, tampoco considera las acciones concretas asumidas por el Gobierno para abordar estos temas”, refuta la nota.

Asimismo, reivindica las medidas aplicadas por el Gobierno para hacer frente a las presiones de liquidez en el corto plazo y para fortalecer las Reservas Internacionales Netas (RIN) a mediano plazo. Destaca, además, la política de sustitución de importaciones.

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Deuda

Cuestiona, además, que la evaluación de Moody’s no valore el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la inflación anual, una de las más bajas de Sudamérica.

“Es importante considerar que, a pesar de las presiones económicas, las RIN se están estabilizado y han contribuido a mantener tasas de inflación bajas con un crecimiento económico estable, medidas como la compra de oro por parte del Banco Central de Bolivia y la emisión de bonos en dólares son acciones que impulsan el fortalecimiento de las reservas”.

El Ministerio de Economía refuta también la consideración sobre las presiones de liquidez externa en la balanza de pagos, pues “no considera que las reservas de están estabilizando y que indicadores de riesgo soberano han mejorado en 2024”.

Recuerda que, en febrero, el Gobierno y los empresarios privados del país acordaron 10 medidas para mejorar la liquidez de divisas, entre los que destacan la liberación de exportaciones, devolución inmediata de los Certificados de Devolución Impositiva (Cedeim) a los exportadores y promoción de inversiones en sectores estratégicos como el agrícola y el de biocombustibles.

“El Gobierno reafirma su compromiso con una gestión responsable de la deuda externa y manifiesta que los pagos del servicio de la deuda han sido realizados puntualmente, la posición alarmista presentada por Moody’s sobre posibles incumplimientos en los bonos soberanos no refleja adecuadamente la situación financiera del país”, remarca.

El viernes, la agencia de calificación global Moody’s rebajó la calificación de Bolivia de “Caa1” a “Caa3” y advirtió que hay riesgo de que no cumpla con sus obligaciones de deuda externa y no cuente con divisas para el pago de sus importaciones.

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