Sociedad

Saturday 11 May 2024 | Actualizado a 11:54 AM

Enfrentamiento en los Trillizos deja siete heridos y 23 vehículos con destrozos

Trillizos. Para evitar nuevos enfrentamientos, se suspendió por cinco días el tránsito de líneas de El Alto

Por La Razón

/ 11 de junio de 2011 / 05:00

«Pensábamos que se había solucionado el conflicto, pero hoy nos agredieron y nos arruinaron los coches», dijo un conductor del sindicato 18 de Mayo (El Alto), tras el primer choque entre choferes que se produjo alrededor de las 08.30.

Más de un centenar de afiliados a los sindicatos Litoral, 14 de Septiembre, 8 de Diciembre y al Trufi 1 esperaron entre los puentes Independencia y Unión con palos y piedras a los vehículos del sindicato alteño para frenar su paso por este sector.

Pese a la opinión vecinal de que el paso de nuevas líneas de transporte es beneficioso, y al acuerdo entre la Central Única de Transporte Urbano de Pasajeros (CUTUP) y la Alcaldía, que permitió el ingreso de ocho líneas de transporte de El Alto por los puentes Trillizos, choferes del Sur consideran que se avasalla su área de trabajo.

Los choferes de El Alto, que no pasaban de 30, respondieron pese a su inferioridad numérica. Once coches alteños y uno del Sindicato Litoral quedaron con los parabrisas rotos por la lluvia de piedras.También resultaron heridos un chofer del sindicato 18 de Mayo, uno del sindicato Litoral y el camarógrafo de la Dirección de Comunicación de la Alcaldía paceña.

Miembros de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) se hicieron presentes en el lugar y dispersaron a los contrincantes con gases.

A las 10.15 se produjo una reunión entre el jefe de la Unidad de Sistemas Viales de la Alcaldí­a, Eduardo Cortez; el jefe de la División Servicios Públicos de Tránsito, teniente coronel Jorge Pérez, y los transportistas de la zona Sur, en la que se acordó la suspensión por cinco días del paso de las líneas alteñas por los Trillizos, hasta que la CUTUP arregle el conflicto entre sus afiliados,

Conductores del Sur se mantuvieron vigilantes para impedir el ingreso de las líneas alteñas, mientras a la altura del Estado Mayor los afiliados del sindicato 18 de Mayo comenzaban a concentrarse.

Cerca de las 12.30 se produjo el segundo enfrentamiento. Esta vez más de un centenar de choferes de El Alto bajaron hasta la Avenida Los Leones, donde sus rivales hacían la vigilia y comenzaron a lanzarles piedras y golpearles con palos. El contraataque fue inmediato y durante cinco minutos se produjo una batalla campal. La UTOP tuvo dificultades en restituir el orden.

Como resultado quedaron otros 11 coches alteños con los parabrisas rotos y cuatro personas heridas, dos de El Alto y dos de la zona Sur. El alcalde paceño, Luis Revilla, anunció procesos penales contra los promotores de la violencia.

Inquietud vecinal

Vecinos de IV Centenario, Alto Obrajes y Simón Bolívar afectados por el bloqueo a las líneas de El Alto se declararon en emergencia. «Vamos a esperar los cinco días, si no se resuelve el problema nosotros también tomaremos medidas» contra los choferes del Sur, dijo Roxana Luna dirigente de la zona. El director de Comunicación de la Alcaldía, Edwin Herrera, informó que dos líneas de Trans Kupini prestarán por el momento el servicio.

Denuncian supuesto negociado en CUTUP

En la reunión que tuvieron los conductores de los cuatro sindicatos de la zona Sur, con jefes policiales y autoridades ediles, salió a la luz un «supuesto negociado» que la Central Única de Transporte Urbano de Pasajeros (CUTUP) habría realizado con los sindicatos alteños para autorizar su paso por los puentes Trillizos.  

«Los de la CUTUP estaban pidiendo $us 800 por permitir ingresar por los puentes, nosotros no les pagamos, pero parece que sí han llegado a un buen acuerdo con los alteños», denunció Jorge Quispe, chofer de minibús.

La versión fue corroborada por al menos una veintena de conductores que permanecían en vigilia sobre los puentes.  El propio alcalde Luis Revilla señaló que «se tienen que investigar estas denuncias de los propios transportistas de que se habría cobrado dinero de manera irregular para la circulación por los puentes Trillizos».

El secretario Ejecutivo de la CUTUP, Gonzalo Millares, rechazó las denuncias y acusó a los dirigentes de la zona Sur de querer aprovechar el momento para pedir la expansión de sus rutas hasta la ciudad de El Alto.

«Las nuevas líneas no afectan a la zona Sur. Nosotros consensuamos con operadores de la avenida Arce, de la Saavedra y otros que estuvieron de acuerdo con el ingreso de las rutas», añadió.

El representante adelantó que este tema será analizado en un ampliado departamental que se realizará el próximo martes.   De hecho, esta divergencia evitó que el miércoles pasado choferes del departamento definieran acciones comunes para lograr el alza tarifaria en las ciudades de La Paz y El Alto.

Dirigentes protestan por ‘invasión’

Antonio Sea
Sindicato Trufi 1

No queremos que pasen por los Trillizos. Los alteños complican el tráfico y seguro van a volver a aplicar el remate. Si insisten en ingresar, van a seguir los enfrentamientos. Hemos sido defraudados por la CUTUP, no descartamos crear otro ente. 

Julio Llusque
Sindicato 14 de Septiembre

Los alteños hacen trameaje. El miércoles, en el ampliado de los choferes, hubo problemas y nos dijeron que se iba a suspender el ingreso de las líneas alteñas, pero hoy vinimos y nos encontramos con esta sorpresa. La CUTUP ha negociado por debajo.

Cristóbal Ramos
Sindicato 8 de Diciembre

Si entran no sólo lo van a hacer a IV Centenario y Alto Obrajes, luego van a querer venir a la zona Sur. Por eso estamos en estado de emergencia. La CUTUP nos pidió $us 800 por línea, y seguro que los de El Alto han debido pagar ese monto.

Julián Manzaneda
Sindicato Litoral

Estos tramos no fueron consensuados, por eso hubo la reacción de nuestros afiliados. Nos reunimos con la CUTUP y quedamos en que se iba a consensuar, pero no nos han hecho caso. Esto de  las «interciudades» nos está   trayendo muchos problemas.

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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