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Monday 6 May 2024 | Actualizado a 11:13 AM

LA MARCHA AVANZA Y EL CONFLICTO POR EL TIPNIS CUMPLE 13 DÍAS

Posición. El Gobierno dice que los marchistas rompieron ‘unilateralmente’ el diálogo

Por La Razón

/ 27 de agosto de 2011 / 05:00

Ayer, los ministros de Obras Públicas, Wálter Delgadillo; de Desarrollo Productivo, Teresa Morales; y de Salud, Nila Heredia, junto al presidente ejecutivo de la ABC, Luis Sánchez, llegaron a la localidad beniana de Puerto San Borja con el propósito de entablar el diálogo con los marchistas y acordar una metodología de trabajo para las seis mesas donde se atenderían los 16 puntos de su demanda.

El miércoles, los indígenas demandaron la presencia en el lugar de la movilización de 10 ministros de Estado para comenzar el trabajo en las mesas. Delgadillo y Morales explicaron que era complicado alejar a medio gabinete de la administración del Estado y propusieron el arribo paulatino de los funcionarios según el avance temático del diálogo.

A pesar de esta explicación, los movilizados reiniciaron ayer la marcha. «Tras escuchar el tono de todos los hermanos marchistas, decir que ellos están firmes para marchar. Ya supera mi propio juicio y la marcha continúa desde este viernes», había anticipado el miércoles, cerca de la medianoche, el presidente de la Confederación Indígena del Oriente, Chaco y Amazonía (CIDOB), Adolfo Chávez.

MOLESTIA. De retorno en La Paz, luego de lamentar la falta de «voluntad de diálogo» de los marchistas, la Ministra de Desarrollo Productivo señaló que el Gobierno aceptó la agenda de 16 puntos propuesta por la dirigencia indígena, al igual que la exigencia para que se presenten en el lugar de la movilización los 10 ministros.

«El Gobierno aceptó estos 16 puntos, aceptó esta agenda con la buena fe de entrar al diálogo», señaló Morales y afirmó que la decisión asumida por los marchistas «significa claramente que no hay voluntad de diálogo». «El diálogo se ha roto», añadió.

En Cochabamba, el ministro de Comunicación, Iván Canelas, expresó su preocupación por el rumbo que ha tomado el conflicto y protestó por la actitud de los dirigentes indígenas, a quienes acusó de hacerse «la burla» de los ministros y de generar un «proceso de inestabilidad en la zona». «Los ministros (…) no pueden estar caminando detrás de los marchistas, se les está rogando prácticamente para dialogar y ésa es una actitud que no puede continuar. Cuando quieran dialogar, que sean responsables, serios y vamos a dialogar por supuesto», aseguró.

De su parte, la ministra de Justicia, Nilda Copa, exhortó a los dirigentes de la CIDOB y del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), que alientan la marcha hacia la ciudad de La Paz, a deponer su actitud, una vez que el Gobierno manifestó su voluntad para dialogar.

«Les pedimos a los hermanos indígenas a deponer su actitud intransigente y sentarse a la mesa del diálogo, porque existe la plena voluntad de los ministros de debatir los temas que demandan», dijo la funcionaria a los periodistas, tras conocer que los dirigentes decidieron retomar la marcha.

Los marchistas avanzaron ayer 17 kilómetros y llegaron a la población de  Santa Ana de Moseruma. La marcha tiene como próximo objetivo arribar a la subsede de la Estación Biológica del Beni, a 50 kilómetros de  la población de San Borja. Entre los movilizados hay 15 mujeres embarazadas y unos 20 niños menores de 10 años.

Ánimos altos y entusiasmo

«Estamos tranquilos y con mucho entusiasmo de continuar, estamos con los ánimos altos», afirmó el presidente de la Subcentral TIPNIS, Fernando Vargas, tras arribar a Santa Ana de Moseruma. Los indígenas descansarán hoy en esa localidad.

UNIR hizo un análisis sobre el conflicto

Una ruta alternativa y un diálogo sin condiciones podrían superar el conflicto por la carretera del TIPNIS entre indígenas y Gobierno, recomienda un análisis elaborado por la Fundación UNIR Bolivia para lograr la solución del conflicto por la construcción del segundo tramo de la vía Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

La Fundación plantea conformar comisiones de alto nivel, con una agenda mínima centrada en los temas que dieron origen al conflicto y a la movilización, y no en otros que pueden convertirse en eventuales trabas para lograr acuerdos. Hay 16 demandas.

Al referirse a la ruta alternativa, el documento de UNIR indica: «por una parte, el Gobierno flexibiliza su posición para diseñar una ruta alternativa de la carretera que no atraviese el TIPNIS y, por la otra, los indígenas aceptan la propuesta del nuevo diseño que articule oriente con occidente».

Según este trabajo, los sectores cocaleros y colonizadores deberían además suscribir un compromiso público para respetar la línea roja y no ingresar al TIPNIS. Así se respetarían los derechos de los indígenas, se protegería el parque y se haría la carretera entre oriente y occidente, pero por otro sector.

Indígenas marchan desde el 15 de agosto en contra del II tramo de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos que atravesaría el corazón del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y piden un nuevo trazado.

Si las relaciones entre marchistas y Gobierno se tensan más, UNIR Bolivia alertar de algunas consecuencias para ambos sectores y para el país en general.

Fiscalía del Beni acusa de oficio a conductor

Abogados de los indígenas que marchan desde el Beni, informaron que el fiscal beniano José Carlos Saucedo inició de oficio una acción penal contra el chofer Humberto Iriondo, por la muerte de un niño, que falleció días atrás, al caer del vehículo que lo transportaba.

El 18 de agosto, el menor Pedro Moye perdió la vida al caer del motorizado que conducía Iriondo, por lo que el Ministerio Público lo responsabiliza del deceso. Según informes, se conoció que la camioneta donde murió Moye pertenece al Fondo Indígena, entidad dependiente de una institución del Gobierno.

En ese sentido, los abogados señalaron que Naciones Unidas envió al menos a dos de sus funcionarios para que observen el desarrollo de la marcha. Los indígenas indicaron que con la presencia de esta institución, habrá mayores garantías de ambos lados en los derechos humanos.

Dirigentes regionales aseguraron que unos 50 marchistas se sumaron en las últimas horas, entre indígenas sirionós, del Movimiento Sin Tierra, guaraníes e integrantes del Conamaq, de tierras altas.

Por otra parte, autoridades de salud temen que en el tramo entre Santa Ana de Moseruna y San Borja, separados por unos 100 kilómetros, la salud de los marchistas se masifique ya que no existe agua para el consumo humano.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

Lea también: Ley ‘antihombres’

El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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