Puntual y serena, casi en un ambiente festivo, partía hacia las tres de la tarde la manifestación convocada el sábado en la capital mexicana bajo el lema “¡No a la imposición!”, para protestar contra el resultado de unas elecciones empañadas por las acusaciones de fraude.

Las denuncias sobre la compra de votos en los comicios del pasado domingo 1 de julio, así como el robo de paquetes de actas y otras irregularidades conocidas en los últimos días, han movido a miles de ciudadanos a salir a la calle. A ritmo de tambor y bajo un intenso sol, la marcha se desplazó desde el Paseo de la Reforma hasta el Zócalo de Ciudad de México.

Entre las consignas más repetidas se encontraba el ya manido ¡fuera Peña! o ¡que no me eduque la rosa de Guadalupe!, en alusión este último grito a un programa del canal Televisa. Con el paso de las horas, cada vez fueron más los que se sumaron a la protesta. Poco después de las seis, el Gobierno del Distrito Federal calculaba una afluencia de 70 mil personas, pero a falta de datos oficiales, la plaza, que hace menos de 15 días fue el lugar escogido para realizar el último acto de campaña del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, continuó llenándose de gente.

A lo largo de todo el recorrido, los blancos de la protesta fueron tres. El primero Enrique Peña Nieto, candidato del PRI y presidente electo. El segundo, el Instituto Federal Electoral, rebautizado por los presentes como el Instituto del Fraude Electoral por “haberse vendido a los intereses del Partido Revolucionario Institucional”.

El tercero, los medios de comunicación, a los que buena parte de la sociedad mexicana acusa de “desinformar” y de haber patrocinado durante la campaña a Peña Nieto.

El domingo, al día siguiente de la movilización, los líderes de los partidos mexicanos de izquierda que formaron la coalición Movimiento Progresista que encabezó Andrés Manuel López Obrador descalificaron los resultados oficiales de la elección presidencial, que dieron el triunfo a Enrique Peña Nieto.

En una rueda de prensa, los dirigentes partidistas señalaron que en la campaña de Peña Nieto se gastaron unos 1.817 millones de pesos ($us 136 millones). Recordaron que el tope de gastos de campaña es de 336 millones de pesos ($us 25 millones), por lo que impugnarán la elección ante el Tribunal Federal Electoral, a más tardar el próximo jueves.

«El PRI no ganó la elección, la compró», señaló Jesús Zambrano, presidente del partido Revolución Democrática, y añadió que las elecciones no fueron democráticas ni equitativas, pues se violó el tope de gastos de campaña, se efectuó una compra masiva de votos y se divulgaron encuestas que daban ventaja al PRI, lo que afectó el proceso electoral.

Datos del Tribunal Electoral

Escrutinio

El IFE dio a conocer el viernes los resultados definitivos de la elección con 19,2 millones de votos para Peña Nieto (38,4%); 15,8 millones para López Obrador (31,6%); 12,7 millones para Josefina Vázquez (25,41%) y 1,15 millones  para Gabriel Quadri (2,29%).