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Saturday 4 May 2024 | Actualizado a 00:12 AM

Médicos Sin Fronteras testimonia el éxodo sirio a causa del conflicto

Más de 1.8 millones de refugiados han huido de Siria. Si bien la mayoría de ellos se encuentra en países vecinos, los sirios también se han convertido en el mayor grupo de migrantes que arriba a Grecia. Cuatro artículos y videos testimonian lo que ocurre

/ 13 de septiembre de 2013 / 13:43

La organización Médicos Sin Fronteras refleja en cuatro artículos y videos los testimonios del éxodo que se vive en Siria debido a la situación de violencia. Uno de los testimonios muestra el accionar de “contrabandista” que están trasladando personas de forma ilegal a Europa con el riesgo que ello implica.

La Razón Digital reproduce de forma textual el material enviado por la organización a continuación:

 

Conversación con el miedo (Video)

Los bombardeos y los combates monopolizan la vida cotidiana de la población siria

 

Alia Mosa está postrada en la cama de un hospital del norte de Siria. Descubre sus pies, que están desfigurados. Hace un gesto para invitar a la conversación. “Fue a las cinco de la mañana. Lanzaron misiles y la casa quedó totalmente destruida. Mataron a cuatro de mis hijos. Yo resulté herida y una de mis hijas y mi marido sobrevivieron”, cuenta la joven. Indignada, Alia promete que jamás volverá a Alepo, la principal ciudad del norte de Siria en la que vivía hasta ahora. Insiste en denunciar el ataque pero pide no ser fotografiada. En su cara se mezclan la necesidad de comunicar el dolor y el miedo a ser identificada: sentimientos contradictorios que debieron de causarle una extraña sensación de impotencia.

Historias como esta se repiten en un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en una zona controlada por la oposición armada de la provincia de Alepo. Espejo de la guerra, en el centro médico se recuperan tanto civiles como combatientes que han sufrido episodios de violencia. “Estaba en Alepo. Había combates, yo estaba en la calle y me dispararon”, relata Nora Aljassem, una señora de avanzada edad que pasó por el quirófano tras recibir dos impactos de bala en el vientre.

En el norte del país la atención médica es precaria a causa del derrumbamiento del sistema sanitario. Las embarazadas sufren partos prematuros a causa del estrés generado por la violencia y las personas con enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión se han quedado prácticamente sin atención médica. Son algunas de las víctimas silenciosas del conflicto.

 

Por un par de palabras

En boca de casi todos hay una palabra que les obsesiona: tayyara (avión en árabe). Los combates y los bombardeos dominan sus vidas: 4,25 millones de sirios se han visto desplazados desde que empezó la guerra hace más de dos años. En la provincia de Alepo, unas antiguas aduanas alojan un campo en el que se aglomeran 10.000 desplazados a la espera de cruzar la frontera y refugiarse en el país vecino. Varios de ellos se reúnen en una tienda de campaña para compartir sus proyectos de futuro.

— Quizá nos vayamos a Turquía y así podremos descansar —pronostica Mustafá—. Seguro que estaremos mejor que aquí. Aquí la situación es mala. ¿Qué le parece, señora?

— Que se haga la voluntad de Dios.

— ¿Pero en Turquía no será mejor que aquí?

— Por supuesto, será mejor.

Mohamed fuma un pitillo mientras Mustafá y su acompañante apuran el menú del día: huevos revueltos, pimientos verdes con sal y sopa de lentejas. Mohamed llegó al campo en busca de seguridad, después de huir de la ciudad de Alepo, donde un bombardeo destruyó una escuela y la casa de sus vecinos. “Cuando salí de casa había mucho polvo y no veía nada. Fui a buscar a mis hijos y cuando se disipó la nube, los sacamos de allí”, cuenta Mohamed. “Están atacando a los civiles. Están atacando las escuelas, las panaderías y las mezquitas. Se están centrando en estos tres lugares”, denuncia.

Mohamed es un nombre ficticio. No se opone a ser fotografiado, pero prefiere que su nombre real no sea revelado. El motivo es que sus problemas no empezaron con la guerra civil, sino que se remontan a 1993. El miedo no le ha abandonado desde entonces. “Estaba hablando con unos amigos. Era una discusión política. Mis comentarios se filtraron y fui encarcelado durante once años. ¡Once años!”, resopla Mohamed, que fue liberado en 2004. “Once años”, repite una y otra vez: “Once años sin ver a mi familia porque el régimen no me lo permitía. Once años por un par de palabras”.

 

 

Con la guerra a las espaldas (Video)

Los sirios que se refugian en el sur de Turquía arrastran las heridas físicas y emocionales del conflicto

 

Ahmed Beidun muestra un parte médico. Es el documento que acredita la gravedad de sus heridas y que le sirvió para abandonar Siria y ser admitido en Turquía. Al conocer su situación, un vecino se compadeció y le ofreció un garaje para alojarse de forma provisional. “Los turcos se han portado muy bien con nosotros”, agradece Ahmed, enfundado en una chaqueta deportiva. “El problema es que no tengo pie. No puedo trabajar”, lamenta mientras su hijo le hace carantoñas.

Un ataque aéreo en la ciudad de Alepo, la principal del norte de Siria, cambió la vida de Ahmed. “Cayeron tres misiles –recuerda–. Mis primos me llevaron al principal hospital de Alepo, pero estaba saturado. Tenía miedo a represalias si iba a un hospital público, porque soy de un pueblo que estaba controlado por los rebeldes. Al final, fui a un hospital privado y allí me amputaron un pie”. Tras la operación, Ahmed convenció a su familia para huir del país y refugiarse en Kilis, en el sur de Turquía.

Esterillas, mantas y platos se amontonan en el garaje. Una cuerda con ropa tendida separa el área común de la cocina improvisada, donde yacen recipientes de plástico y un hornillo. A la espera de entrar en un campo de refugiados, esta es la lúgubre vivienda que ha encontrado Ahmed en Kilis, el primer lugar de paso para muchos de los sirios que huyen de la guerra hacia el norte. Ahmed vive con su familia y la de dos de sus primos: en total, dieciséis personas se hacinan en una cochera de apenas cincuenta metros cuadrados.

Ya son más de 380.000 los sirios que se han refugiado en Turquía. La mayor parte de ellos (más de 350.000) están registrados y tienen derecho a vivir en campos de refugiados habilitados por la Media Luna Roja de Turquía. Los demás esperan ser admitidos pronto o han decidido no registrarse porque prefieren tener libertad para trasladarse a otros lugares de Turquía. “Mucha gente cruza la frontera de forma ilegal. Vienen con muy poco dinero. Para ellos es difícil encontrar un lugar donde vivir si no están en los campos. La atención médica es una necesidad apremiante”, resume Alison Criado-Pérez, enfermera de una clínica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kilis visitada por muchos refugiados que sobreviven fuera de los campos.

En esta clínica abundan las historias de pacientes que han llegado a Turquía sin documentación porque su pasaporte ha caducado o se ha extraviado. “Es muy peligroso. Corres el riesgo de que te disparen”, explica una joven siria que ha cruzado en varias ocasiones los olivares que pueblan la frontera. Sea cual sea su situación económica, los refugiados asisten al derrumbamiento de sus vidas pretéritas y afrontan con incertidumbre el futuro. “El negocio iba muy bien”, evoca un sirio que regentaba una tienda de muebles en Alepo aplastada por un tanque.  “Echo de menos la vida antes de la guerra”, abunda mientras espera a que su esposa salga de una consulta ginecológica de MSF. La vida cotidiana de este refugiado ha dado un giro radical: antes del inicio del conflicto, viajaba a Estambul o Atenas en busca de inspiración para el diseño de minibares y decoración de dormitorios; ahora, no tiene trabajo. La guerra siria también ha golpeado a las familias con más recursos.

Cruzar la frontera no es el fin del dolor para estos sirios, sino el inicio de un duro proceso de recuperación emocional, sobre todo para los que han sufrido heridas severas o han dejado familiares atrás. Entre los refugiados hay una mayoría de mujeres y niños, un detalle que habla de la cantidad de familias divididas que anhelan el fin de la violencia para recomenzar sus vidas. Necesitan tanto atención médica como psicológica. Sonya Mounir, que supervisa a un equipo de psicólogos de MSF en Kilis centrado en los refugiados sirios, cree que el futuro constituye el principal estímulo para todos. “Nuestro objetivo es que aprendan a lidiar con su nueva situación, que tengan algo de esperanza, que tengan ideas y sueños”, resume.

Ahmed tiene esta tarea por delante: debe amoldarse a una vida lejos de su tierra y después de haber sufrido un bombardeo. Pronto cambiará el garaje por un campo de refugiados en condiciones dignas, pero sus muletas, apoyadas en la pared, invocan el episodio traumático que aún no ha superado. “Quiero un pie ortopédico”, dice una y otra vez. Cabizbajo, Ahmed no sabe cómo contestar a la pregunta de qué le gustaría hacer en el futuro: “Antes jugaba con mi hijo, ahora no puedo”.

 

 

Sirios entre Oriente y Occidente (Video)

Estambul acoge a una comunidad siria que duda entre volver a su país o dar el salto a la Unión Europea

 

A un lado, Yamán. Tiene doce años, es muy discreto y aficionado del Real Madrid. Tuvo que huir de Siria y ahora vive con su familia en un sótano en Estambul. Echa de menos su pueblo, Al-Kisswah, en las afueras de Damasco, y tiene claro que en cuanto acabe la guerra quiere volver a su país. De mayor, le gustaría ser matemático.

Al otro lado, su hermano Yanal, con un año menos. Le gusta llamar la atención y sus ídolos son los delanteros del Barça. Comparte litera con Yamán en la vivienda que consiguieron alquilar sus padres. Su sueño es salir de Estambul, dejar atrás Siria y residir en una capital europea. ¿Vocación? Periodista.

En una misma familia siria convive la lógica tensión entre el apego a la tierra y el deseo de un futuro mejor. “Si nos vamos, será legalmente”, tercia el padre de los chavales, Hassan Nasser. “Muchos sirios entran de forma ilegal en Europa a través de contrabandistas, pero es muy peligroso. Mi familia no puede hacer eso. Si me saliera algo, iría a Europa con los papeles en regla”, anota Hassan, que se retuerce de dolor en el sillón entre frase y frase.

Hassan participó en las primeras manifestaciones de opositores en marzo de 2011. Las fuerzas de seguridad sirias fueron a buscarlo a casa. Saltó desde el tercer piso y se lesionó la espalda. Un año después, se refugió en Turquía y aún no está claro si se deberá someter a una operación quirúrgica. “Si tuviera la posibilidad de ir a Europa para ser tratado, lo haría. Ojalá pudiera”, suspira. Pese a todo, Hassan aclara que su deseo más intenso es volver a su país una vez que se detenga el derramamiento de sangre.

Estambul acoge a miles de migrantes y refugiados de todos los orígenes. Una gran proporción de ellos ha escapado de rincones del mundo azotados por la guerra como Afganistán, Irak o la República Democrática del Congo. El último país en sumarse a esta lista es Siria. Los que han escapado de las bombas viven sobre todo en campos de refugiados situados a lo largo de la frontera turca con Siria, pero una minoría cada vez más amplia está llegando a Estambul y responde a un perfil bastante definido. “La mayoría de los sirios que hemos visto en Estambul están esperando aquí porque tienen suficientes recursos económicos para ello”, apunta Ghassan Abou Chaar, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Estambul, quien añade: “Han sufrido episodios traumáticos debido a la guerra. Hemos comprobado que todavía tienen miedo a hablar con organizaciones internacionales o con la población turca. Están cerrados en sí mismos por miedo a que les identifiquen o a ser deportados de Estambul”.

Hassan no puede trabajar debido a su lesión. Los doctores discuten desde hace meses sobre la pertinencia de una complicada operación que afectaría a una de sus vértebras. Mientras, su colchón financiero se desinfla a en Estambul. Antes de la guerra, Hassan regentaba una tienda de ropa en su pueblo y disfrutaba de una posición económica desahogada. “Lo perdimos todo, no había clientes, no había nada. En mi región, incluso la gente que estaba en peores condiciones económicas que la media podía vivir dignamente al principio de la revolución, pero después muchos se quedaron sin recursos y las asociaciones caritativas los ayudaron”, reflexiona.

Historias como las de Hassan hablan de una clase acomodada que se está desmoronando. Otro ejemplo de ello es Kemal Zori. Regentaba un restaurante en Damasco. No sufrió de forma directa las consecuencias de la violencia, pero sus dos hijos fueron llamados a alistarse al ejército de Bashar al Assad. Toda la familia decidió escapar. “¿A quién iban a combatir?”, se pregunta Kemal, que admite echar de menos la vida antes de la guerra.

La mayor preocupación de Kemal en Damasco era la discriminación que sufría por pertenecer a la comunidad kurda. “Sentíamos que estábamos en el décimo escalón de la sociedad”, lamenta con gesto adusto. Uno de sus hermanos toca el laúd para intentar animar el ambiente. Están esperando la hora de cenar en un piso amplio del barrio de Kanarya, en las afueras de Estambul. La familia no está en una situación desesperada, pero es el símbolo de un grupo social desconcertado por el futuro. “Nos quedaremos aquí, estamos obligados –se resigna Kemal–.  La idea de Europa no está en mi cabeza”.

 

 

El éxodo sirio llega a Atenas (Video)

Los sirios se han convertido en la primera comunidad de llegada a Grecia

 

La huida empieza así.

“Eran las cinco de la mañana. Mi hermana preparó un desayuno delicioso. Nos subimos al coche y nos fuimos a la frontera de Siria con Turquía”.

Lawand Deek, un joven sirio de 21 años, relata su éxodo en un diario que cada vez tiene más páginas. Ya de pequeño quería ir a Canadá para estudiar, pero no le concedieron el visado y se tuvo que conformar con estudiar un tiempo en Damasco. Aprendió inglés. Después de que se desatara la guerra civil, tuvo que huir de su tierra, la provincia de Ar-Raqa, a causa de los combates. Tardó poco en salir del país, pero tenía claro que no quería quedarse en un campo de refugiados.

“Crucé la frontera turca y pasé por muchas ciudades, hasta que llegamos a Estambul”, relata. Lawand contactó con un traficante para intentar entrar en la Unión Europea (UE). Se trasladó junto a un grupo de 25 sirios a la ciudad costera turca de Izmir. Desde allí, se subieron a una patera y cruzaron el mar para llegar a la isla griega de Lesbos. “Lo habíamos intentado cuatro veces. Esta es la primera vez que lo conseguimos. Había dos niños con nosotros. Yo tenía un poco de miedo porque era de noche y la embarcación era pequeña. Era muy peligroso”, recuerda Lawand. Los guardacostas griegos divisaron la patera y ayudaron a los migrantes a llegar a la costa. No siempre ha sido así: siete sirios murieron ahogados a mediados de marzo cuando intentaban alcanzar Lesbos.

Los sirios ya constituyen la primera comunidad de llegada a las islas del Egeo, puerta de entrada a Grecia y por lo tanto a la UE. “Desde 2004, la mayoría de migrantes que llegaban aquí eran afganos, pero ahora, por primera vez, hay más sirios que cualquier otra nacionalidad”, expone Ioanna Kotsioni, experta de migración de MSF. En 2012, casi 8.000 sirios llegaron a Grecia de forma ilegal. En los cuatro primeros meses de este año, la cifra asciende a 1.709. Los migrantes y refugiados solían viajar a través de la frontera terrestre de Evros, pero en verano de 2012 las autoridades griegas desplegaron a unos 2.000 agentes, construyeron una valla y tomaron medidas para frenar la migración, así que el flujo se trasladó a las islas. El año pasado, MSF lanzó intervenciones humanitarias en ambos lugares para asistir a estos migrantes, algunos de ellos detenidos durante meses. Entre ellos había 1.500 sirios.

La legislación griega permite mantener en cautiverio a los migrantes indocumentados hasta un máximo de 18 meses, pero desde abril los sirios están exentos de detención a su llegada. Lawand y sus acompañantes se quedaron una noche en el puerto de Lesbos bajo custodia de los guardacostas y otra noche en comisaría. La policía les entregó un documento que les permite quedarse en Grecia durante seis meses: tras este periodo, deben abandonar el país o pueden ser deportados si no renuevan sus papeles. También en esto los sirios son una excepción, porque el resto de migrantes tan solo disponen de un mes para permanecer en suelo heleno.

Lawand ya tiene ese papel y compra su billete de barco a Atenas. Esta vez no espera sorpresas marítimas. “No tengo palabras para explicar esta sensación. Me siento libre y muy contento de estar fuera de Siria”, sonríe el joven. El buque atraca en Atenas bajo la luz matinal. Embelesado, Lawand pisa tierra junto a sus compañeros de odisea. El recibimiento que le ofrece la capital griega son dos agentes que le cogen del brazo. La agencia de la UE que vigila las fronteras de los estados miembros (Frontex) lo retuvo durante varias horas para interrogarle. “Sabían que hablaba inglés. Me preguntaron de dónde era, cómo había llegado, quién me ayudó. Les dije todo lo que sabía y me dejaron en libertad”, cuenta Lawand una vez establecido en Atenas.

Estas no son las únicas dificultades a las que se enfrentan tanto los migrantes sirios como los de otras procedencias. “La mayoría han pagado todo su dinero a los traficantes y aquí no reciben ninguna ayuda del Gobierno”, denuncia Kotsioni, la especialista de migración de MSF. Acogerse al asilo tampoco es una solución: de las 250 solicitudes presentadas por sirios en 2012, tan solo 150 fueron examinadas y dos fueron aceptadas. “Eso quiere decir que gente que en teoría debería de estar protegida no recibe prácticamente ninguna ayuda”, lamenta Kotsioni. Muchos de los refugiados vienen de países en guerra como Afganistán, Irak o Siria y al llegar no solo no se encuentran un cálido recibimiento, sino que en ocasiones pueden ser víctimas de ataques racistas.

Para muchos, la capital helena tan solo es un lugar de paso. “No esperaba que Atenas fuera así. Imaginaba que sería como Europa, como las ciudades británicas, alemanas…”, comenta Lawand, que hasta hace poco no había salido nunca de Siria. Ha pasado un día desde que llegó a Atenas y fue sometido a un interrogatorio y se le nota cansado. Antes hablaba de Canadá, del Reino Unido, de estudiar. Ahora dice que quizá se quede un tiempo trabajando en la capital griega.

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Desastre climático deja al menos 39 muertes en Brasil mientras el agua avanza

El fenómeno climático con lluvias intensas, vendavales y granizo ha dejado también 74 heridos y afectado a más de 351.000 habitantes, con unos 24.080 evacuados en 265 localidades.

Vista de un puente peatonal destruido en el barrio Sarandí en Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul, Brasil.

Por AFP

/ 3 de mayo de 2024 / 19:41

La catástrofe climática causada por fuertes lluvias en el sur de Brasil se agravó este viernes y deja al menos 39 muertos y 68 desaparecidos, mientras el avance de las aguas amenaza la capital de Rio Grande do Sul con inundaciones «sin precedentes».

Las brigadas de rescate intentan alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua. 

El volumen excepcional de los ríos ha multiplicado las alertas en el estado por rupturas de presas que podrían agravar el desastre. 

En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, la situación «va a ser sin precedentes», dijo el gobernador, Eduardo Leite

«Olvide todo lo que ya vio (…) en la región metropolitana va a ser mucho peor», advirtió.

Leer también: Desastre climático deja al menos 37 muertes en Brasil mientras el agua avanza

En Brasil

El agua ya cubre varias calles del centro histórico de una de las mayores urbes del sur brasileño, con una población de 1,5 millones, constató la AFP. 

Las autoridades urgieron a los residentes a buscar refugio.

Pero el rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas podría cubrir vastas áreas de la ciudad. 

El nivel del río, estimado actualmente entre 4,20 y 4,60 metros, «es histórico» y se espera que supere los 5 metros en las próximas horas, lo que podría causar la mayor inundación de la historia de Porto Alegre. 

Las autoridades se afanan a levantar refugios en todo el estado, ocupados hasta ahora por más de 8.000 personas. 

En uno de ellos, instalado en un centro cultural de Gravataí, un suburbio del norte, está Claudio Almiro.

«Cuando salí de casa, estaba con el agua hasta la cintura», cuenta con rostro demacrado este hombre de 55 años. «Lo perdí todo», dice a la AFP.

El «peor desastre» en Brasil

Imágenes aéreas da la zona muestran enormes superficies totalmente anegadas, puentes y carreteras arrasados y rescates de personas en techos con helicópteros, dando cuenta del «peor desastre» de la historia del estado, según Leite. 

Al menos cuatro represas del estado «están en situación de emergencia, por riesgo de rompimiento», informó el gobierno.

«Soy de aquí y me siento muy apenada por todos los que viven aquí (…), siento dolor en el corazón», dijo a la AFP Maria Luiza, una residente de 51 años, en Sao Sebastiao do Caí, a unos 70 km de Porto Alegre.

En Capela de Santana, al norte de la capital del estado, Raul Metzel explicó que sus vecinos debieron abandonar su ganado. «No se sabe si el agua seguirá subiendo o qué pasará con los animales, pronto pueden ahogarse», dijo.

En medio de la tragedia, también hay escenas de esperanza, como el rescate en un helicóptero de cuatro mujeres embarazadas para trasladarlas a un hospital en la localidad de Agudo.

Más de 24.000 evacuados

El fenómeno climático con lluvias intensas, vendavales y granizo ha dejado también 74 heridos y afectado a más de 351.000 habitantes, con unos 24.080 evacuados en 265 localidades.

Pero las cifras son preliminares, dado que las aguas que cubren enormes áreas impiden dimensionar el desastre.

El pronóstico anticipa hasta el domingo lluvias de «altísima severidad» que cargarán aún más los ríos y pueden causar grandes deslizamientos, explicó en un video el teniente coronel de Defensa Civil, Darci Bugs.

Además, alertó sobre el desborde del río Uruguay.

El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó a Rio Grande do Sul el jueves, donde aseguró que «no faltarán recursos» para afrontar la crisis. 

Las lluvias impactan al también sureño estado de Santa Catarina, que se mantiene en alerta.

Su gobernador, Jorginho Mello, anunció el viernes que un hombre murió cuando su auto fue arrastrado por la corriente en el municipio de Ipira.

«Cóctel desastroso»

Esta es la segunda catástrofe que sufre en menos de un año Rio Grande do Sul. En septiembre pasado, un ciclón dejó al menos 31 fallecidos.

El «cóctel desastroso» del cambio climático y el fenómeno meteorológico El Niño favoreció las lluvias devastadoras que golpean el sur de Brasil y otros eventos extremos, aseguró a la AFP el climatólogo brasileño Francisco Eliseu Aquino.

«Rio Grande do Sul siempre ha sido un punto de encuentro entre masas de aire tropicales y polares», explicó. «Pero estas interacciones se intensificaron con el cambio climático (…) y el fenómeno El Niño», que se caracteriza por un aumento de la temperatura de las aguas.

El jueves, datos oficiales revelaron un récord de incendios forestales de enero a abril, con más de 17.000 identificados, más de la mitad en la Amazonía, un fenómeno ligado en parte, según el gobierno brasileño, a los efectos del cambio climático. 

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Protestas propalestinas en campus de EEUU ceden tras detenciones y discurso de Biden

Funcionarios universitarios afirmaron que más de 200 personas fueron arrestadas. 

Activistas y estudiantes se reúnen en el centro de un campamento en el University Yard de la Universidad George Washington

Por AFP

/ 3 de mayo de 2024 / 19:31

Las protestas propalestinas que han sacudido en los últimos días a campus universitarios de Estados Unidos comenzaron a ceder este viernes tras una serie de operativos policiales y un firme mensaje del presidente Joe Biden para restaurar el orden.

La policía de Manhattan despejó un campamento en la Universidad de Nueva York después del amanecer, y un funcionario publicó un video en las redes sociales que muestra a los manifestantes saliendo de sus carpas y dispersándose cuando se les ordenaba hacerlo por altavoz. 

La escena parecía relativamente tranquila en comparación con las medidas represivas en otras universidades del país y algunas en todo el mundo, donde las protestas contra la guerra de Israel en Gaza se han multiplicado en las últimas semanas. 

Protestas propalestinas

Las autoridades universitarias han tratado de equilibrar el respeto al derecho a la protesta y la atención a las denuncias de violencia y discurso de odio. También pidieron a la policía que desaloje a los manifestantes antes de los exámenes de fin de año y las ceremonias de graduación.

En las últimas dos semanas se han realizado más de 2.000 detenciones en todo Estados Unidos. Algunos durante enfrentamientos violentos con la policía, lo que dio lugar a acusaciones de uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes. 

El presidente Joe Biden ha enfrentado presiones de todos los bandos políticos por la guerra entre Israel y Hamas. Así, afirmó el jueves que «el orden debe prevalecer», en sus primeros comentarios sobre las protestas. 

«No somos una nación autoritaria en la que se silencia a la gente o se aplasta a la disidencia», dijo Biden en una declaración televisada desde la Casa Blanca. «Pero tampoco somos un país sin ley. Somos una sociedad civilizada y el orden debe prevalecer».

Esas declaraciones se produjeron horas después de que un gran contingente policial desalojara por la fuerza un campamento de estudiantes en Los Angeles y reprimiera a la multitud congregada en los alrededores.

Funcionarios universitarios afirmaron que más de 200 personas fueron arrestadas. 

El jueves, en la costa opuesta de Estados Unidos, manifestantes de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey acordaron desmantelar su campamento tras llegar a un compromiso con las jerarquías del establecimiento, tal como sucedió en otros centros educativos. 

Leer también: El presidente de Israel acusa a las universidades de ‘celebrar y justificar’ los ataques del 7 de octubre

A escala mundial

Los republicanos han acusado a Biden de ser blando con lo que dicen que es un sentimiento antisemita entre los manifestantes, mientras enfrenta oposición en su propio partido por su fuerte apoyo a la guerra de Israel en Gaza. 

«No debería haber lugar en ningún campus, ningún lugar en Estados Unidos para el antisemitismo o las amenazas de violencia contra los estudiantes judíos», dijo Biden. 

El secretario de Educación, Miguel Cardona, se hizo eco de esas palabras en una carta dirigida a los responsables universitarios el viernes. Además, se comprometió a investigar informes sobre actos de antisemitismo, señaló CNN. 

Mientras tanto, han surgido protestas estudiantiles similares en todo el mundo, especialmente Australia, Francia, México y Canadá. 

En París, la policía intervino para desalojar a estudiantes que realizaban una sentada en la universidad Sciences Po. 

En la Universidad McGill, de Canadá, las autoridades del establecimiento exigieron el miércoles el desmantelamiento «sin demora» de un campamento estudiantil que ha ido creciendo. Sin embargo, hasta el viernes por la mañana la policía aún no había tomado medidas al respecto.

La guerra de Gaza comenzó cuando militantes de Hamás realizaron un ataque sin precedentes en Israel el 7 de octubre pasado. Dejó más de 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP en base a cifras oficiales israelíes.

La ofensiva de represalia de Israel ha matado a más de 34.600 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio palestino.

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Exasesora relata en el juicio de Trump la ‘crisis’ de la campaña de 2016

Trump se negó a responder a las preguntas de los periodistas sobre su exasesora durante una pausa en los procedimientos.

El ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla con los medios al salir de la corte.

Por AFP

/ 3 de mayo de 2024 / 18:52

Una exasesora cercana al expresidente estadounidense Donald Trump testificó este viernes durante su juicio en Nueva York sobre la «crisis» en la que se vio envuelta la campaña del magnate en 2016 después de que saliera a la luz una cinta en la que presumía de manosear a mujeres.

La exsecretaria de prensa Hope Hicks fue la primera persona del círculo íntimo del ahora candidato republicano a las presidenciales de noviembre en subir al estrado en su histórico proceso, en el que se le acusa de falsificar registros para encubrir pagos a la exactriz porno Stormy Daniels para evitar otro escándalo antes de las elecciones de 2016.

Juicio de Trump

«Estaba un poco aturdida», dijo Hicks sobre grabación revelada por el programa Access Hollywood y en la que se escucha a Trump jactarse de agarrar los genitales de las mujeres.

«Había consenso entre todos nosotros de que la cinta era perjudicial, esto era una crisis», añadió.

Hicks fue citada a comparecer por la fiscalía, que ha argumentado que el pánico generado por la grabación desencadenó un esfuerzo de la campaña de Trump para silenciar a Daniels por su intención de revelar un supuesto encuentro sexual con Trump, quien ya estaba casado.

La falsificación de dichos pagos, que los hizo pasar como gastos legales de su entonces abogado personal Michael Cohen, es la causa que ha sentado en el banquillo al primer expresidente de Estados Unidos.

Hicks admitió estar nerviosa cuando empezó a testificar, y más tarde rompió en llanto bajo el enérgico interrogatorio del abogado de Trump, Emil Bove, lo que llevó al juez a ordenar un receso.

Leer también: Trump pone en duda respeto a resultados electorales de noviembre

Pieza clave

La exasesora fue una una pieza clave en las etapas finales de la exitosa campaña presidencial de Trump en 2016, a la que se unió con 26 años. 

«Informé al señor Trump» durante la campaña, dijo Hicks al tribunal, describiéndolo como «muy involucrado».

Según David Pecker, exeditor del diario sensacionalista National Enquirer y primer testigo en el juicio, Hicks estuvo en una reunión en 2015 en la Torre Trump en Nueva York en la se acordó ayudar a la incipiente campaña de Trump del año siguiente. 

Bajo la intensa mirada del republicano, que ella evitó cruzar, dijo, sin embargo, que no recordaba el encuentro. Al parecer, la mujer sigue manteniendo relaciones cordiales con la familia Trump.

Hicks también relató este viernes al jurado la respuesta de Trump a un artículo del Wall Street Journal en el que se afirmaba que había tenido una aventura con una exmodelo de Playboy, Karen McDougal, a la que luego habría pagado, un caso que se hace eco de la supuesta relación con Daniels.

«Le preocupaba cómo lo vería su esposa» Melania, dijo Hicks. 

Trump se negó a responder a las preguntas de los periodistas sobre su exasesora durante una pausa en los procedimientos.

¿Más multas?

La sesión de este viernes comenzó con el juez Juan Merchan dirigiéndose directamente a Trump para «aclarar (cualquier) malentendido» sobre su orden que prohíbe al magnate hablar en las redes sociales de los testigos, el jurado y el personal del tribunal y sus familiares, habitualmente para difamarlos.

Merchan subrayó que Trump tenía «derecho absoluto a testificar» ante el tribunal, y que su orden «solo se aplica a declaraciones extrajudiciales… fuera del tribunal». Trump respondió: «Gracias».

Las repetidas violaciones de dicha orden le han supuesto una multa de 9.000 dólares al republicano. El jueves, el fiscal Christopher Conroy instó de nuevo a Merchan a multar a Trump por cuatro nuevas infracciones.

El juez debe anunciar todavía su decisión.

Como suele hacer cada día a su llegada y salida del tribunal donde le aguardan medios de todo el mundo, Trump, que dice sentirse víctima de una «caza de brujas», lamentó este viernes que su presencia obligada en el juicio le mantiene lejos de su campaña electoral.

Hasta el momento han pasado por el estrado a pedido de la fiscalía además de Pecker, otros testigos que explicaron cómo se gestaron los pagos, en particular Keith Davidson, abogado de Daniels y de la modelo McDougal.

Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020. También se enfrenta a cargos en Florida por manipulación de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca.

Los procedimientos en Nueva York se reanudarán el lunes.

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Gobierno argentino ordenó cerrar corresponsalías de la agencia estatal Télam

Argentina retrocedió 26 puestos y se colocó en la 66ª posición en el ranking de libertad de prensa, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras

La policía bloqueaba la entrada a la agencia de noticias estatal Télam

Por AFP

/ 3 de mayo de 2024 / 18:35

El gobierno argentino ordenó el cierre de 13 corresponsalías provinciales de la agencia de noticias estatal Télam, luego de haber suspendido, en marzo, la actividad de la empresa con el fin de auditar sus operaciones.

En un comunicado del interventor de la empresa, Diego Martín Chaher, dirigido a empleados de Télam y difundido por la prensa este jueves, se instó a dar inicio a la «ejecución tendiente al cierre operativo de las corresponsalías» en 11 de las 23 provincias y la capital donde funciona Télam.

Las oficinas afectadas están en Chaco, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, Río Negro, Salta, Santa Fe, Córdoba, Corrientes y Mendoza.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo este viernes en conferencia de prensa que «si la agencia está cerrada porque los trabajadores están dispensados no tiene ningún sentido tener corresponsalías en el interior del país. Es una cuestión simplemente de sentido común».

El 3 de marzo el gobierno argentino había suspendido la actividad de Télam, dispensado a sus trabajadores de tareas y vallado dos de sus edificios en Buenos Aires, tras un anuncio del presidente ultraderechista Javier Milei de que cerraría la empresa de 78 años por ser supuestamente un instrumento «de propaganda».

Desde entonces, el sitio web de la agencia se encuentra fuera de servicio y con un aviso que dice «Página en reconstrucción».

Télam

Esta decisión se suma a la suspensión en marzo de todos los noticieros del fin de semana junto con la cancelación de todos los programas en vivo, excepto algunas emisiones de noticias, de la Televisión Pública. 

Además, se cortó el pago de horas extras y feriados en la Radio Nacional (la radio pública). Esto generó que en las 49 emisoras del interior del país se tuviera que cancelar la programación de fin de semana y retransmitir los programas de Buenos Aires.

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En este contexto, Argentina retrocedió 26 puestos y se colocó en la 66ª posición en el ranking de libertad de prensa, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras publicado este viernes, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

«La situación es particularmente preocupante en Argentina tras la llegada al poder del presidente Javier Milei; su postura agresiva respecto al periodismo entorpece el pluralismo», señala el texto.

A comienzos de febrero, el nuevo gobierno ultraliberal argentino decretó la intervención por un año de todos los medios de comunicación estatales para «modificar la estructura orgánica y funcional».

La medida comprendía la radio y televisión pública, la agencia Télam. También el portal educativo Educ.ar, el Polo de Producción Audiovisual y el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (Bacua).

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Hamás reanudará negociaciones, tras examinar propuesta israelí de tregua en Gaza

El plan de tregua incluye un cese de los combates por 40 días y un canje de rehenes israelíes retenidos en Gaza

Humo ondeando sobre Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza

Por AFP

/ 3 de mayo de 2024 / 18:23

El movimiento islamista Hamás, que desde fines de abril estudia su respuesta a una propuesta de tregua con Israel en Gaza, anunció este viernes que el sábado enviará una delegación a El Cairo para reanudar las negociaciones, con un «espíritu positivo».

«La delegación de Hamás viajará a El Cairo mañana, sábado, para continuar las conversaciones. Destacamos el espíritu positivo con el que los dirigentes de Hamás trataron la propuesta de alto el fuego recibida recientemente; y vamos a El Cairo con el mismo espíritu para alcanzar un acuerdo», declaró el movimiento en un comunicado.

El plan de tregua incluye un cese de los combates por 40 días y un canje de rehenes israelíes retenidos en Gaza desde el 7 de octubre por palestinos presos en Israel.

Pero Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007, exige un cese el fuego permanente. Además, la retirada de las tropas israelíes de la Franja de Gaza, arrasada por casi siete meses de guerra.

«Hamás y las fuerzas de resistencia palestinas estamos decididos a lograr un acuerdo que satisfaga las demandas de nuestro pueblo de un cese completo de la agresión, la retirada de las fuerzas de ocupación, el regreso de los desplazados, ayuda y reconstrucción, y un acuerdo de canje serio», indicó el comunicado.

La tregua sería la primera desde la que se estableció durante una semana a finales de noviembre. Esta permitió un canje de 105 rehenes retenidos en Gaza por 240 palestinos encarcelados en Israel. 

Propuesta de tregua

Un alto cargo político de Hamás acusó el viernes al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de intentar obstruir las negociaciones con sus declaraciones públicas en las que reitera su determinación de ordenar una invasión de Rafah, en el sur del Gaza. 

A Netanyahu «no le interesa un acuerdo y por eso hace declaraciones (…), para frustrar los esfuerzos», añadió el dirigente, Hosam Badran, en declaraciones a la AFP.

El mandatario israelí afirma que Rafah es el último bastión de los comandos de Hamás. Añadió que Israel no podrá proclamar victoria mientras no haya una operación terrestre en esa ciudad; en esta, se hacinan 1,5 millones de palestinos, en su gran mayoría desplazados por la guerra.

«Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás, con o sin acuerdo [de tregua], para conseguir la victoria total», declaró Netanyahu el martes.

La guerra estalló el 7 de octubre tras la incursión de comandos de Hamás. Mataron a 1.170 personas, en su mayoría civiles; también, secuestraron a 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos israelíes.

Las autoridades israelíes estiman que, tras el canje de noviembre, 129 personas permanecieron retenidas en Gaza y que 35 de ellas murieron.

La ofensiva lanzada por Israel en respuesta al ataque ha dejado hasta el momento 34.622 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.

Leer también: La OMS alerta de un posible ‘baño de sangre’ si Israel inicia su ofensiva militar sobre Rafah

Temor a un «baño de sangre» en Rafah

El jefe del movimiento islamista, Ismail Haniyeh, ya indicó el jueves que Hamás examinaba con «espíritu positivo» la propuesta de tregua. Añadió que el grupo enviaría «pronto» una delegación a El Cairo, donde tienen lugar las negociaciones indirectas, mediadas por Egipto, Catar y Estados Unidos.

Esas declaraciones alimentaron la esperanza de un acuerdo que otorgue un respiro a la población de Gaza, donde los bombardeos israelíes mataron a 26 personas en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Salud del territorio palestino.

Los últimos bombardeos golpearon principalmente Rafah, limítrofe con Egipto.

La ONU y muchos países, entre ellos Estados Unidos, expresaron su temor a una catástrofe humanitaria en caso de que Israel ordene la invasión de esa ciudad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) «está profundamente preocupada por una operación a gran escala en Rafah, Gaza. Esto porque puede conducir a un baño de sangre y debilitar aún más un sistema de salud que ya está desmantelado», afirmó el viernes el director general de esa agencia de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Una residente de Rafah, Sanaa Zoorob, contó que en los bombardeos perdió a su hermana y a seis sobrinos. 

Dos de los niños «fueron encontrados despedazados en los brazos de su madre», relató, pidiendo «un alto el fuego permanente».

Presión sobre Israel

La crisis humanitaria y el creciente número de muertos en Gaza han generado manifestaciones en todo el mundo, incluyendo un amplio movimiento de protesta en las universidades estadounidenses, reprimido por la policía. 

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el miércoles la ruptura de relaciones con Israel y Turquía anunció el jueves la suspensión de todos los intercambios comerciales. 

Uno de los temas clave es la llegada de más ayuda a Gaza. Actualmente, viven 2,4 millones de personas confrontadas a una grave escasez por el cerco establecido por Israel.

Bajo la presión de Estados Unidos, Israel aumentó la entrada de ayuda en los últimos días. La OMS indicó el viernes que la disponibilidad de alimentos mejoró ligeramente.

Además, Netanyahu enfrenta protestas dentro de Israel para que su gobierno, formado por partidos nacionalistas, de extrema derecha y ultraortodoxos judíos, negocie la liberación de los secuestrados. 

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