La intolerancia y discriminación afectan a sordos en calles alteñas
Ir de compras, o simplemente a caminar, se vuelve un problema
Las personas sordas de El Alto tienen dificultad para circular por las calles de la ciudad. Aseguran que las vías son muy desordenadas y que la población no los colabora debido a que persiste una actitud discriminatoria.
Ésta es la percepción de siete jóvenes que asistieron al primer festival de la canción con lenguaje de señas, Cuando el silencio canta, que se llevó a cabo el anterior viernes en el teatro Raúl Salmón de la Barra de la Alcaldía Quemada.
Ellos coincidieron en que uno de los mayores peligros que deben sortear es cruzar las calles. Explicaron que esto se debe a que ellas no cuentan con semáforos y las que tienen no son respetadas por los transportistas.
La conversación con La Razón se realizó mediante el lenguaje de señas que traducía uno de lo guías de la Escuela Superior de Formación de Maestros Técnico Humanístico El Alto (ESFMTH).
El otro problema que enfrentan los sordos es intentar comprar un producto en la calle. Como no pueden pronunciar palabra, buscan comunicarse con señas y los comerciantes se molestan porque no les entienden, y no tratan de hacerlo, comentó Jesús Miranda. Aunque aclaró que no todos responden de ese modo.
Los transeúntes también son una dificultad para ellos. “Hay gente que se enfada cuando nos acercamos a indagar algo o sobre algo, creen que nos hacemos la burla”, comentó Luis Fernando, de 16 años, quien advirtió que esta situación puede resultar peligrosa.
Un hecho extremo ocurrió en septiembre de 2011, cuando Israel Colque de 25 años fue linchado en la plaza de Viacha. Él era sordo y fue confundido con un ladrón, sólo porque estaba en estado de ebriedad. Los vecinos se enfadaron con él, porque él se expresó en lenguaje de señas y ellos creyeron que se hacía la burla de la situación. Pero no era así.
Este grupo de personas también tiene inconvenientes cuando aborda minibuses. Uno de ellos comentó sobre este tema: “Pasa que no siempre uno está atento al momento en que cobran pasajes, resulta que me habían estado cobrando y yo no escuchaba. Cuando tenía que bajar, se notaba el enojo del cobrador por los gestos que hacía”, relató su experiencia.
Para Violeta Segales, la discriminación que sufre no sólo proviene de gente que oye, sino también del grupo de sordos. “En nuestro círculo se puede apreciar a personas que saben muy bien el lenguaje de señas e incluso leen los labios, son aprendizajes mucho más avanzados, y por esa razón pretenden ser mucho más”.
Ese conocimiento se logra a través de los años, con mucha práctica, dijo Érika Márquez, una de las educadoras especiales que apoya a este grupo. “Sólo hay que guiarlos y darles todas las herramientas para que ellos entiendan. Practicar ayuda a mejorar”, acotó.
Según la profesora de educación especial de la ESFMTH, Elsa Mostacedo Tapia, en El Alto existen institutos que trabajan con personas con discapacidad, aunque no precisó el número aclaró que no todos lo hacen con sordos.
“El más conocido es el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (Cerefe), existe también Mururata y algunos más pequeños”. Mostacedo mencionó que el ESFMTH, que trabaja desde hace siete años, capacita a los maestros en diferentes áreas y una de ellas está dirigida a la atención de personas con discapacidad.
“Se les enseña sobre la lengua de señas, pero también con braille y otras discapacidades”.
Lilian Mayta pidió a los profesores de colegio capacitarse en el lenguaje de señas para evitar que maltraten a sordos cuando éstos no logren hacer una tarea.
Cinco estudiantes especiales
Cinco estudiantes sordos contaron su experiencia en la unidad educativa Unión Europea, donde estudian junto a niños sin problemas de audición. Ellos fueron incluidos y admitidos sin dificultades.
Uno de los alumnos sordos, Kevin Winsor de 16 años, llegó incluso a ser presidente de su curso, pues sus compañeros lo eligieron por ser el más responsable y aplicado en las materias.
“Los profesores se sienten orgullosos de mí. En un principio, como en todo lugar al que fui no me entendían, pero luego la situación fue cambiando. Siento que nos hemos complementado muy bien. Gané en las elecciones por votos”, contó su experiencia escolar.
Kevin cursa el primero de secundaria y se comunicó con La Razón mediante un intérprete de lenguaje de señas.
Los estudiantes que participaron en el concierto, Cuando el silencio canta, tienen el sueño de abrir, a futuro, una escuela, en la cual, los sordos sean educados sin ningún tipo de discriminación.
Capacitan a maestros en El Alto
La Escuela Superior de Formación de Maestros Técnico Humanístico (ESFMTH), ubicada en Alto Chijini del Distrito 8 de El Alto, capacita a futuros maestros de educación regular de primaria y secundaria, para que en sus aulas incluyan a las personas con discapacidad. Se les enseña el lenguaje de señas, a leer en braille, didáctica y relaciones humanas para frenar el maltrato.