Voces

Wednesday 29 May 2024 | Actualizado a 18:49 PM

Córneas estropeadas

/ 4 de julio de 2017 / 04:09

El Instituto Nacional de Oftalmología (INO) denunció que el pasado fin de semana tres de cuatro córneas donadas por una organización de Estados Unidos no lograron cumplir su objetivo, bastante noble dicho sea de paso, de devolver la vista a igual número de bolivianos. Esto debido a una perniciosa burocracia en la Aduana Nacional, que sorprendió a los representantes del INO con nuevos requisitos para importar órganos. Lo peor de todo es que no se trata de una excepción, ya que por esta misma razón, siempre según la misma fuente, en los últimos ocho años se han perdido al menos 40 córneas procedentes de EEUU. No cabe duda de que las leyes deben ser cumplidas y que el ingreso de cualquier producto al país tiene que seguir el camino correspondiente. No obstante, resulta absurdo, por decir lo menos, que no existan excepciones o al menos se dé prioridad a la internación de órganos. Se trata de una necesidad de primer orden, que debe ser atendida por las autoridades correspondientes cuanto antes, de tal manera que se adopten las medidas necesarias para garantizar el ingreso expedito de este tipo de donaciones, máxime tratándose de tejidos que pueden prolongar la vida de ciudadanos bolivianos, en algunos casos, y de mejorar sustancialmente sus condiciones de vida, en otros, como el incidente que aquí se comenta.

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La araña gigante

Sus personajes, seis en busca de una salvación, disparan rabiosos contra la ‘clasecita’ burguesa de La Paz

Ricardo Bajo

/ 29 de mayo de 2024 / 11:40

(“Siempre se llega virgen al dolor de la vida”, Marguerite Yourcenar)

¿Se puede publicar (post mortem) una novela que el autor no acabó? ¿Y si la familia lo autoriza? ¿Y si la noble tarea de rescatar una obra —y un escritor— es más que suficiente? El uruguayo-boliviano Sergio Suárez Figueroa (SSF) es el gran “tapado” de nuestra literatura. Y los chicos de La Mariposa Mundial (Rodolfo Ortiz, Omar Rocha y Alan Castro) han encontrado sus tesoros. Están decididos a recuperar del olvido a este charrúa nacido en Cerro/Montevideo hace un siglo. En 2014 publicaron su poesía completa y ahora se atreven con una de sus novelas, esa que en un principio se llamó Las noches y las voces y luego La araña gigante.

Consulte: Indagación de un padre

Se trata de una roman á clef, una novela en clave. Escrita en 1959 y “anunciada” en 1962; nunca se llegó a publicar. La araña gigante no es gran literatura pero se lee con curiosidad pues sus personajes son —hoy— buques insignias de nuestras letras y artes. Por ella caminan sin rumbo los Jaime Saenz, Óscar (Alandia) Pantoja, Édgar Ávila Echazú, Ismael Sotomayor, Fernando Medina y el propio Suárez Figueroa (Gervarsio, en la novela). SSF describe la bohemia/noche paceña de finales de los cincuenta. Más que por sus virtudes literarias, la obra atrapa por la construcción/nacimiento de un mundo marginal a partir de las andanzas de una dupla temible: Saenz (Jaime Stil) y el pintor Óscar (Alandia) Pantoja (Kolia, en la novela).

Stil es un poeta joven, místico. Vive con su madre obesa y su tía picada por la viruela. Viste un gabán, tiene ojos saltones ocultos detrás de unos anteojos y una cara redonda semejante a la de Orson Welles. Habla con “fuerte acento paceñista”. Su cuarto, dice SSF, es su propio autorretrato. En él, hay una pintura de Edgar Allan Poe y una foto de Thomas Mann. El joven bebe y mucho. Ora pisco, ora cerveza, ora chica. Va de maldito. Y de réprobo.

Es un enamorado/cultor del escondido inframundo paceño. En las caras de los vagabundos, en las espaldas/sacos de los aparapitas, en los cementerios y hornos de ladrillo, Stil descubre (como en los tapados) una religión perdida, unos seres mágicos y misteriosos. Saenz no ha escrito sus grandes obras todavía y Suárez Figueroa se adelanta para intuir su mundo en los tugurios más grises/tristes. Stil quiere “aprehender el soplo de lo divino” y SSF narra —por primera vez— ese deseo. Metafísicas palpitaciones. Intimidades espirituales.

La araña gigante se puede leer también como una crítica política/sociológica. Sus personajes, seis en busca de una salvación, disparan rabiosos contra la “clasecita” burguesa de La Paz. Se sienten enjaulados por las montañas, empequeñecidos por los cerros, atrapados por la malicia y la mezquindad de su clase social. Y putean contra el cuarto de hora de fama de la falsa aristocracia. Para no someterse a la tristeza, para olvidarse de las miserias, para no sentirse derrotados (aunque lo estén), chupan, escriben y pintan. La cura por el habla, decía Freud.

Cuando beben (sin importar el lugar; ora una chichería en las laderas, ora en un cafecito elegante), se creen el símbolo de una nueva generación, de una nueva cultura. Así se rebelan (o así lo sienten) contra la “repugnante pequeña burguesía”. Con el paso de las décadas, su obra será olvidada. O peor, será caricaturizada. Quedará la noche paceña. Y los de abajo, susurrados en días de delirium tremens bajo cielos horriblemente celestes.

Kolia, miraflorino afiliado al Partido Comunista, tiene la boca grande y torcida como el cómico Joe E. Brown. Padece el mal del excesivo talento, como Stil. Lee a Rolland y a Chéjov; y respira un existencialismo pesimista, como el resto de los personajes/cuates (todos misóginos, por cierto). Para espantar sus males, canta. “En una callecita, en un vallecito / vas con un trajecito verdecito / viditay, te añoro / estoy calladito”. Kolia no tiene plata para sus “pinturitas” y roba cuadros coloniales (ora un Greco, ora un Melchor Pérez de Holguín) que trata de vender a las embajadas extranjeras. Y cómplices.  

“Todos siguieron riendo”. Así termina la novela del uruguayo (uno de los primeros en deslumbrar en La Paz con la novedosa guitarra eléctrica de los años 50). “Ya veremos si la acabo o no”, dicen que dijo. Antes de la duda, SSF nos dejó legado hace medio siglo su particular descenso a los infiernos. Lo hizo —como sus personajes— para encontrarse a sí mismo. Ahora, los lectores (que encontramos solaz en los libros rescatados gracias al trío de La Mariposa Mundial) abrimos puertas inesperadas y nos topamos con ellos en el espejo. Han quedado para siempre anclados en una cantina popular, esclavizados por el trago. ¿Qué misterios había en sus vidas raras y locas, locas y raras?

(*) Ricardo Bajo encuentra solaz en los libros rescatados

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¿Dólar fuerte: deuda insostenible?

El grupo de países que más ha lanzado una ofensiva verbal contra el dólar son los BRICS

Gabriel Loza

/ 29 de mayo de 2024 / 11:26

Si a un anarcoeconomista le hablan de una economía que, entre 2022 y 2023, ha tenido un déficit fiscal en torno al 6% del PIB y una deuda pública del 97% del PIB, y que además se proyecta que tendrá una tendencia creciente y que en 2028 el déficit fiscal alcanzará el 6,4% del PIB y la deuda publica el 108,3% del PIB, tendría que aplicar inmediatamente la receta del FMI o de Milei, de recortar drásticamente el déficit fiscal y renegociar su deuda pública. El único problema es que no es cualquier paciente subdesarrollado, sino simplemente se trata del paciente que habla inglés: EEUU.

Lea: Las ‘anclas’ de Milei

En marzo de este año salió publicado el informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), el cual alerta sobre el peligro de los elevados déficits fiscales y el crecimiento acelerado de la desmesurada deuda pública de Estados Unidos. 

Según el informe, el déficit fiscal aumentaría significativamente del 6,2% en 2023 al 8,5% del PIB en 2054. Ese crecimiento es principalmente como resultado del aumento de los costos de los intereses, que suben de un 2,4% del PIB en 2023 al 6,3% del PIB en 2054 y también, en menor medida, de los déficits primarios que se mantienen en torno al 2,2 %.

La deuda en manos del público, impulsada por los grandes déficits fiscales, subiría de un 97% del PIB en 2023 a un 116% en 2034, y luego continuaría creciendo en una tendencia muy empinada, alcanzando el 166% del PIB en 2054.

El gran problema para la Oficina de Presupuesto del Congreso es que, a diferencia del FMI, alerta un peligro inminente para EEUU: “Esa creciente deuda desaceleraría el crecimiento económico, aumentaría los pagos de intereses a los tenedores extranjeros de deuda estadounidense y plantearía riesgos significativos para las perspectivas fiscales y económicas.”

Si se analizara a un país solamente con esos datos, yo por lo menos no compraría títulos de deuda emitidos por el Tesoro por los “aumentos de los pagos de intereses a los tenedores extranjeros”. Sin embargo, EEUU emite su moneda discriminadamente para las transacciones domésticas e internacionales, constituyéndose en la divisa por excelencia no solo para transacciones, facturaciones, emisión de deuda internacional sino como reserva de valor y su uso en las reservas oficiales de divisas.

Según datos del FMI, para el cuarto trimestre de 2023, el dólar se ha mantenido como moneda dominante de uso de reserva con un 58% del total de las reservas monetarias mundiales, aunque con una disminución de un punto porcentual respecto a 2021 (59,3%). Empero, si comparamos su peso con principios de siglo, el dólar representaba el 71,1% de las reservas monetarias oficiales.

El euro continúa con un 20% de importancia, aunque con 0,5 puntos porcentuales menos que en 2021. Este peso se ha mantenido desde fines de 2000. Más lejos en incidencia están el yen (6%), la libra esterlina (5%) y el renminbi, con un 2% (mientras que en 2021 estaba con 2,7%), con similar importancia del dólar australiano y el dólar canadiense. En 2000, el renminbi no figuraba como moneda de reserva internacional.

Parte de las reservas mundiales en dólares están constituidas por títulos del Tesoro de EEUU y los inversores extranjeros poseen un tercio de los títulos del Tesoro en circulación. Sin embargo, esta tenencia de títulos disminuyó puesto que hace unos 10 años la participación era del 50%.

En el contexto actual de incertidumbre geoeconómica, que no se dio ni en la época de la Guerra Fría, la tendencia de varios bancos centrales ha sido aumentar sus tenencias en oro con precios crecientes de la onza troy fina, que han llegado hasta los $us 2.400. Así también Japón, que es primer tenedor de los títulos del Tesoro de EEUU en el exterior, a fines de abril habría vendido unos $us 35.000 millones en bonos estadounidenses, y las tenencias de deuda del Tesoro de EEUU de China, segundo tenedor, cayeron a $us 797.700 millones en enero.

El grupo de países que más ha lanzado una ofensiva verbal contra el dólar son los BRICS, que en la próxima reunión en Rusia, en octubre, “dará la máxima prioridad al programa de desdolarización y tomará medidas para reducir aún más la dependencia de la moneda estadounidense en el comercio transfronterizo entre las naciones”.

Sin embargo, de ahí a desdolarizar todas las transacciones hay un abismo. El gobernador del Fed Christopher J. Waller señala que “las investigaciones sugieren que los inversores extranjeros poseen aproximadamente la mitad del valor en dólares de los billetes estadounidenses en circulación”. Así, es muy probable que los asistentes a la reunión de los BRICS en Rusia lleven dólares en efectivo o en tarjetas de crédito.

(*) Gabriel Loza Tellería es economista, cuentapropista y bolivarista

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Asociaciones público-privadas

La claridad en las cuentas constituye el pilar fundamental del éxito de estas asociaciones

Álvaro Gutiérrez Clavijo

/ 29 de mayo de 2024 / 07:30

Un mecanismo de colaboración entre los sectores público y privado en el mundo son las asociaciones público-privadas, lo que constituye una estrategia de la gestión pública para satisfacer algunas necesidades de la sociedad con esta interacción.

Como suele suceder con muchas disciplinas de la administración pública, hay diversas definiciones y actualmente no hay una única para el término “asociación público-privada” (APP), y los países que han incorporado esta figura lo han hecho en sus legislaciones de diversas maneras. Pero es importante comprender su esencia, más allá de las particularidades de cada contexto en el que se aplique. Para ello, el texto Asociaciones público-privadas: Retos, lecciones aprendidas y soluciones innovadoras en América Latina y el Caribe, del Banco Interamericano de Desarrollo, que define a la APP como “un contrato a largo plazo entre un ente privado y una entidad gubernamental para proporcionar un activo y un servicio, en el que el ente privado asume de manera significativa los riesgos inherentes al proyecto, es responsable de la gestión, y la remuneración está vinculada al desempeño”. Esta definición presenta desafíos y oportunidades prometedoras.

Consulte: ¿El pico del populismo?

El desafío crucial para una APP está en la adecuada distribución de riesgos entre las partes involucradas. Estos contratos deben ser cuidadosamente estructurados para asegurar que tanto el sector público como el privado compartan los riesgos de manera equitativa. Este equilibrio es fundamental para la viabilidad y la sostenibilidad de los proyectos, evitando que una de las partes asuma una carga desproporcionada que podría comprometer el éxito de éstos.

Otro elemento está en la gestión de contratos complejos, que requiere una gran pericia técnica y habilidades de negociación, aspectos que las instituciones públicas en nuestro Estado deben fortalecer para estructurar y supervisar eficazmente estas asociaciones. Junto a esto, es importante conocer las capacidades institucionales del sector público, pues juegan un rol crucial en la estructuración y la gestión de las APP, que se desarrollen competencias técnicas y habilidades en el sector público en torno al conocimiento del mercado para manejar y supervisar los contratos de las APP adecuadamente. Puesto que, sin un adecuado desarrollo de estas capacidades, los proyectos pueden fácilmente comprometer su éxito.

Del mismo modo, la claridad en las cuentas constituye el pilar fundamental del éxito de estas asociaciones, pues la falta de transparencia puede generar desconfianza entre las partes y crítica ciudadana hacia estas iniciativas; en consecuencia, es esencial establecer mecanismos claros para evaluar el desempeño y la gestión de los proyectos. Esto redunda en el crecimiento de la confianza pública, asegura que los objetivos de las APP se alineen con los intereses y necesidades de la sociedad.

Asimismo, la suma de transparencia, correcta distribución de riesgos y el fortalecimiento de las capacidades institucionales son fundamentales para el éxito de las APP, que constituyen una interesante oportunidad para transformar la gestión pública, contribuyendo al desarrollo sostenible y eficiente, marcando un camino hacia una administración pública eficaz y responsable, demostrando que es posible superar obstáculos técnicos y políticos para alcanzar objetivos que beneficien a toda la sociedad.

Quiero concluir con una reflexión, las asociaciones público-privadas constituyen una herramienta valiosa para la gestión pública. Es evidente que como Estado debemos analizar y profundizar en esta opción, siempre acompañada de un desarrollo normativo que incorpore las experiencias realizadas en nuestro continente y así beneficiarnos de un mecanismo adicional innovador para la atracción y conjunción de inversiones.

(*) Álvaro Gutiérrez Clavijo es administrador de empresas con maestría en gestión y políticas públicas

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El gran anticlímax del juicio a Trump

Michelle Goldberg

/ 29 de mayo de 2024 / 07:13

Si me hubiera imaginado el primer juicio penal de Donald Trump hace unos años, me habría imaginado la historia más grande y llamativa del mundo. En cambio, mientras nos tambaleamos hacia un veredicto que podría tildar de delincuente al presunto candidato republicano y posiblemente incluso enviarlo a prisión, una extraña sensación de anticlímax se cierne sobre todo el asunto.

En una encuesta reciente de Yahoo News/YouGov, solo el 16% de los encuestados dijeron que estaban siguiendo el juicio muy de cerca, y un 32% adicional lo seguía “algo” de cerca. Quizás el juicio habría captado más atención del público si hubiera sido televisado, pero la falta de imágenes por sí sola no explica el encogimiento de hombros colectivo de Estados Unidos.

Lea: Los republicanos y el derecho al aborto

El fiscal especial Robert Mueller abordó la cuestión de si Trump obstruyó la justicia al intentar impedir la investigación sobre Rusia. El jurado en el caso de difamación de E. Jean Carroll concluyó que cometió abuso sexual, pero que tuvo poco efecto perceptible en sus perspectivas políticas. Una Corte Suprema profundamente partidista, que aún reflexiona sobre su decisión sobre sus reclamos casi imperiales de inmunidad presidencial, ha hecho que sea muy poco probable que enfrente un juicio antes de las elecciones por su intento de golpe. Un juez profundamente partidista designado por Trump pospuso indefinidamente su juicio por robo de documentos clasificados. Con el caso de interferencia electoral de Georgia contra Trump vinculado a una apelación sobre si la fiscal de distrito Fani Willis debería ser descalificada por una aventura con un miembro de su equipo, pocos esperan que el juicio comience antes de 2025, o 2029, si Trump gana las elecciones. Y si vuelve a ser presidente, no hay duda de que anulará los casos federales en su contra de una vez por todas.

En teoría, los retrasos en los otros casos penales de Trump deberían aumentar las apuestas en el juicio de Nueva York, ya que es la única oportunidad de que se enfrente a la justicia por su colosal corrupción antes de noviembre. Pero en realidad, su historial de impunidad ha creado una especie de fatalismo en sus oponentes, así como una enorme confianza entre sus partidarios.

En varias encuestas, una proporción pequeña pero significativa de partidarios de Trump dijeron que no votarían por él si fuera un delincuente, pero si la historia reciente sirve de guía, una gran mayoría de sus partidarios racionalizará fácilmente una condena. Los secuaces de Trump ya están trabajando arduamente para desacreditar el proceso, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, calificó el juicio de “corrupto” y “farsa”.

Por supuesto, no importa lo que digan los republicanos, Trump aún puede enfrentarse a una pena de prisión si pierde este caso. Pero si lo hace, inevitablemente apelará, lo que significa que hay pocas posibilidades de que sea encarcelado antes del día de las elecciones. No sorprende, entonces, que la mayoría de la gente esté ignorando los giros y vueltas del juicio. Que Trump realmente reciba su merecido depende de los votantes, no del jurado.

(*) Michelle Goldberg es columnista de The New York Times

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Aprendiendo Política desde México

Alfredo Serrano Mancilla

/ 29 de mayo de 2024 / 01:24

Pasan los días, las semanas, los años, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), continúa con un apoyo mayoritario. Cuenta con una imagen positiva alta y estable a lo largo de todo su mandato. Y no importa qué encuesta consultes. Todas coinciden en el mismo veredicto: dos tercios de la población están con AMLO.

La esencia es básica, pero no por ello sencilla: hacer Política. Sí, Política. Esta palabra, maldita para muchos, que AMLO pone en valor a contracorriente de quienes la consideran una reminiscencia del pasado.

Para el presidente mexicano, la Política es un arte noble. Esto es algo que dice constantemente y, lo que es aún mejor, se esmera en ponerlo en práctica de múltiples maneras. 

En primer lugar, parte de convicciones; sin ellas, no se puede hacer política. Esto no significa ser dogmático, pero tampoco moderado ni fanático del centro. Todo lo contrario, defiende ideas, valores y principios. Y esta matriz ideológica le sirve como ancla sólida cada vez que tiene que lidiar con una coyuntura compleja. Así se mueve tácticamente. Lo necesario, pero sin dejar de avanzar en lo definido previamente como estratégico.

Esto, además, tiene un correlato inmediato: le permite fijar el adversario político sin ambigüedades. Esta es una cuestión fundamental para evitar confusiones entre la ciudadanía cada vez que hay que tomar partido, sea a la hora de votar o, sencillamente, en la cotidianeidad de una discusión familiar.

En segundo lugar, no subestimó la importancia que tiene la gestión para que su Palabra tenga credibilidad. El actual Gobierno de la Cuarta Transformación (4T) -como así se autodefine- ha tenido logros muy notorios en lo social y lo económico. La mejora en el bienestar social vino acompañada de la bonanza macroeconómica. Por ejemplo, hoy en día, su moneda, el Peso mexicano es la moneda que más se apreció en estos años en toda América Latina.

Otro buen ejemplo es el de la llamada ‘austeridad republicana’, que consiguió implementar gracias a la siguiente ecuación: aumentar la recaudación sin modificar la matriz tributaria. ¿Cómo lo hizo? Eliminando la mayoría de gasto tributario innecesario, por injusto e ineficaz. También redujo mucho el grado de evasión y eliminó gastos superfluos de la casta política (AMLO sigue viajando en avión comercial después de cinco años y medio de gobierno -y no cambió de parecer a los cuatro meses-).

En tercer lugar, comunica sin frivolidad. No le hizo caso a ninguno de esos manuales modernos de comunicación política que siempre abusan de infinitos lugares comunes y que provocan que la Política se vacíe de Política. AMLO habla a diario (a través de las Mañaneras) y responde a todo; en cada explicación combina lecciones históricas con datos actuales, no le huye a ninguna controversia, hace pedagogía en cada asunto e instala agenda. Y, además, si considera que necesita más de una hora para contestar en detalle una pregunta difícil, lo hace. Y, así y todo, es indudablemente uno de los principales youtubers de América Latina por cantidad de reproducciones.

En cuarto lugar, entiende que lo electoral se resuelve en la arena de la Política. Es decir, llega el periodo de campaña y lo primero que hace es acudir al Congreso para plantear una reforma constitucional para recuperar el espíritu de 1917, planteando cambios estructurales muy notables para el futuro del país (salarios, soberanía, salud, educación, pensiones, etc.).

En quinto lugar, sabe que sin batalla cultural es imposible sostener un proceso de transformación hacia adelante. Su base está en el humanismo mexicano. Desde ahí resignifica viejos símbolos y crea otros nuevos. El orgullo de ser mexicano es, seguramente, uno de sus principales estandartes.

En sexto lugar, ejerció un pragmatismo inteligente. Ello no implica renunciar a soñar; tampoco vivir haciendo genuflexiones. En otras palabras: no se puede hacer Política desconociendo la realidad. Por ejemplo, no se puede desconocer que México tiene una frontera enorme con Estados Unidos. AMLO jamás se hizo el miope frente a esa obviedad y, por eso, tuvo que hacer política exterior teniendo en cuenta esa dificultad. Seguramente, en algunos asuntos tuvo que ceder, pero jamás cedió la soberanía. Y, gracias a eso, logró ser aún más autónomo en su política exterior para con América Latina (véanse ejemplos como los de el rescate a Evo, el desconocimiento de Dina Boluarte como presidenta del Perú o el asilo a los perseguidos políticos de Ecuador).

En séptimo lugar, le dio máxima prioridad a crear un ‘movimiento’ capaz de generar tensiones creativas (como diría Álvaro García Linera). Actualmente, Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) está en la centralidad de la Política en México. Tiene a una militancia altamente formada, organizada y muy activa. Esto es crucial para una cita electoral, pero fundamentalmente para hacer Política en el territorio, en el mundo académico, en las redes, etc.

Por estas y otras razones, el tan cacareado ‘avance de la derecha global’ no tiene cabida en México. A pesar del enorme Poder Mediático opositor; a pesar del Poder Judicial jugando en contra; a pesar del Poder Económico apostando por otro modelo; a pesar de estos típicos argumentos que en otras latitudes se utilizan para explicar la llegada de lo inevitable, en el país azteca esto no sucede.

Disculpen el spoiler: las alternativas conservadoras y neoliberales (se llame Xóchitl Gálvez o Álvarez Máynez) no lograrán vencer a la candidata de Morena en las elecciones presidenciales del 2 de junio. Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta de México por todo lo descrito anteriormente; y también porque es una mujer altamente formada y capacitada, técnica y políticamente, con mucha trayectoria y experiencia verificada (gobernó la Ciudad de México) y con lealtad de sobra demostrada, tanto a AMLO como al marco ideológico del espacio político al que pertenece.

Alfredo Serrano Mancilla es doctor en Economía y director del Celag.

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