Bolivia encara 4 trabas para explotar el SGP
Mercado. EEUU se mantiene como uno de los mayores socios comerciales de los bolivianos.
Bolivia desaprovecha el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) arancelarias que tiene con Estados Unidos (EEUU) debido a cuatro obstáculos, de acuerdo con expertos en el sector.
La última autorización para que los productos bolivianos ingresen bajo ese sistema al mercado estadounidense libres de aranceles y de otros derechos aduaneros expiró el 31 de diciembre de 2017, por lo que este beneficio estuvo suspendido hasta el 23 de marzo, cuando el presidente Donald Trump firmó la extensión.
Así, 130 países, entre ellos Bolivia, podrán exportar hasta el 31 de diciembre de 2020 más de 5.000 tipos de productos —en su mayoría industriales y agropecuarios— con arancel cero a uno de los mercados más grandes del mundo.
Sin embargo, para Wilfredo Rojo, titular de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), los bolivianos solo aprovechan “a medias” este mecanismo, concebido por las economías desarrolladas para favorecer la llegada a sus mercados de productos de países en vías de desarrollo.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesadas por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) dan cuenta que el año pasado el país exportó al mercado estadounidense 244 tipos de productos por un valor próximo a los $us 600 millones, de los cuales el 50% ingreso bajo el esquema preferencial.
Entre las causas para que la liberación arancelaria no sea explotada por los bolivianos están la falta de competitividad (1), información (2) e innovación (3), y la limitada capacidad productiva (4).
Para Jorge Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, existen en especial dos razones para desaprovechar las ventajas que ofrece el SGP: “La primera es que las empresas no son hábiles en la diversificación y no hay innovaciones”, y la segunda es “la falta de información”.
“Las cámaras (de exportadores) deberían ser las impulsoras” de los envíos de productos a EEUU, pero “la información no llega a los interesados o los canales no son buenos”, sostiene.
Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, considera a su vez que “el exportar sin ventajas arancelarias resulta muy complicado, dado que el país no es competitivo”, y que “los exportadores bolivianos” que dependen del SGP —que sufre interrupciones en su continuidad— están en desventaja frente a otros países vecinos que tienen un TLC o el ATPDEA”, ambos tratados de libre comercio.
Otro punto es la limitada capacidad de producción del sector privado nacional. “En general, Bolivia produce una cantidad relativamente limitada y competitiva que puede perfectamente ingresar a los Estados Unidos. Pero después, el país no tiene posibilidades de aumentar esa producción manufacturera”, afirma el analista Alberto Bonadona.
Pese a estas insuficiencias, la República Federal se ha mantenido en los últimos años como uno de los principales socios comerciales del Estado Plurinacional.
En 2016, las ventas externas bolivianas al mercado estadounidense representaron el 13,4% del total de las exportaciones nacionales, lo que puso a EEUU como el segundo mayor socio comercial del país, luego de Brasil (18,9%) y antes de Argentina (11,2%).
El año pasado, luego de un leve repunte en el precio de las materias primas, Estados Unidos ocupó el tercer lugar entre los 93 países destino a los que llegan los productos bolivianos. Los primeros fueron Brasil y Argentina.
EEUU “siempre ha sido un buen socio comercial” para Bolivia. “Compra grandes cantidades. Brasil y la Argentina compran más porque les vendemos más materias primas”, explica Bonadona.
Rojo expresó su confianza en que “aumente la cantidad de productos que se exportan” al país del norte, especialmente los de valor agregado. “Es uno de los principales mercados del mundo para Bolivia. Como punta de lanza están los minerales, la almendra, el cacao y el café, entre otros”, indica.
El nuevo encargado de Negocios de Estados Unidos en Bolivia, Bruce Williamson, dijo a fines de marzo a La Razón: “Me gustaría mejorar la relación económica bilateral que, en este momento, es de unos $us 2.000 millones. Podemos tener más exportaciones e importaciones de ambos lados, en varios sectores, ello puede ser un elemento para una mejor relación”.