Injerencia norteamericana en Bolivia
Fácil es mentir en grupos que se niegan a leer los documentos desclasificados del Departamento de Estado.
En el contexto político actual, parece imposible hablar sobre la injerencia norteamericana en Bolivia sin recibir insultos y burlas por parte de los sectores ultraconservadores de la sociedad. Estos sectores, que se “alimentan” principalmente de fake news (noticias falsas) y del chisme vía redes digitales, recurren casi siempre a las falacias ad hominem para encubrir su ausencia de argumentos e información veraz. Recurren a los adjetivos porque no pueden negar que la injerencia norteamericana en Bolivia ha sido real, con diferentes intensidades y en distintos momentos. Estos grupos defienden a Estados Unidos y ponen sus manos al fuego por esta nación, aun cuando esto signifique despreciar a sus connacionales y olvidar las luchas de nuestro país. ¡Impresionante!
Fácil es mentir en grupos que se niegan a leer los documentos desclasificados del Departamento de Estado, o los documentos filtrados por WikiLeaks, que muestran con claridad meridiana que la intervención de Estados Unidos en la política boliviana es real, y que ésta se consolidó durante las décadas de los gobiernos neoliberales, todos ellos siervos obedientes y fieles del poder hegemónico.
¿Acaso no se enteraron de los convenios de inmunidad (impunidad) firmados durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa Gisbert en 2003, que permitían a los militares estadounidenses disparar y asesinar a cualquier ciudadano boliviano sin recibir juicio ni castigo alguno por parte de la Corte Penal Internacional? ¿No les indigna ni un poco que estos gobernantes hayan permitido que los militares y funcionarios norteamericanos se encuentren al margen de la ley, violando la soberanía y los principios democráticos y constitucionales de nuestro país, además de los de la Corte Penal Internacional?
¿Ya se olvidaron que durante la administración de Carlos Mesa la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) tenía una oficina y equipos de trabajo y comunicación en el Palacio de Gobierno boliviano, desde donde dirigía, vigilaba y controlaba las acciones del Gobierno? ¿Acaso no recuerdan que estos viejos políticos que hoy intentan mostrar un aire de renovación trataban a Bolivia como colonia de Estados Unidos?
¿No conocían la injerencia en el control de la natalidad en nuestro país a través de esterilizaciones forzadas a las mujeres indígenas sin su consentimiento, llevadas a cabo por los cuerpos de paz, que a pesar de que fueron expulsados en 1971 regresaron al país para continuar sus operaciones durante los gobiernos de Jaime Paz, Gonzalo Sánchez de Lozada (y Víctor Hugo Cárdenas), Hugo Banzer Suárez, Jorge (Tuto) Quiroga Ramírez y Carlos Mesa? ¿No sabían? ¿O no les importa?
Qué curioso que los viejos políticos que hoy se indignan ante una supuesta injerencia cubana en Bolivia sean los mismos que permitieron que Estados Unidos interviniera en todas las decisiones políticas de sus gobiernos, sometiéndolos y decidiendo desde la Embajada norteamericana quiénes debían ocupar determinados puestos de autoridad, qué alianzas se formarían, cuál sería el adversario para destruir y qué medidas se debía tomar para mantener al pueblo excluido de una verdadera participación política. ¿Ya se olvidaron?
* Politóloga e investigadora.