Municipios turísticos y reactivación económica
En un momento en el que nos adaptamos a la nueva normalidad signada por el COVID-19, es necesario que cada municipio evalúe la posibilidad de constituirse en un municipio turístico con todos sus beneficios y los compromisos que ello significa.
El turismo es una forma de generación de ingresos adicionales que pueden ser decisivos en este periodo en el que la reactivación económica de nuestras comunidades es nuestro objetivo.
En esta nueva era, la industria del turismo en el mundo muestra nuevas características, donde el viajero ahora busca con más ahínco el “aire libre”, detesta la masificación, prefiere lo rural, explora alojamientos alternativos y promueve la descentralización de los viajes. Esta tendencia de cambio ya podemos percibirla también en Bolivia tanto en turistas extranjeros como nacionales.
Entonces es el momento de hablar de un concepto ya viejo, pero que hoy cobra una vigencia extraordinaria: el “turismo comunitario”, es decir, el tipo de turismo en el cual los mismos miembros de una comunidad, en coordinación con sus autoridades, gestionan y controlan todo o por lo menos gran parte del proceso.
La gran mayoría de municipios o comunidades cuenta con un flujo de visitantes habitual que aportan al movimiento económico local y hacen uso de los servicios que brinda el poblado, en muchos casos sin que las autoridades lo profundicen o analicen a cabalidad. Ya sean estos turistas en tránsito; familiares de los pobladores que vienen de visita; personas y familias que buscan un respiro de las grandes ciudades en un lugar donde puedan pasar un fin de semana visitando un paraje original; excursionistas; o cualquier persona que por alguna razón visita la comunidad, son parte de la maquinaria del turismo y que en muchos de estos casos es un sector que no crece o en su defecto decrece en esos territorios. Es obvio, si alguien visita un lugar en el que los servicios elementales para un visitante son deficientes o inexistentes, si el recibimiento no es afable o simplemente no encuentra una actividad interesante en el lugar, pues no vuelve nunca más y no aconsejará visitarlo.
Existen muchos ejemplos exitosos en nuestro país y la región de proyectos turísticos de diferentes dimensiones que lograron atraer visitantes de forma sostenible y hoy se han convertido en uno de sus principales ingresos económicos.
Las autoridades municipales o comunitarias, o la propia comunidad pueden fácilmente determinar la vocación turística del lugar y para esto no se necesita de una gran inversión económica para identificar rasgos, características o atractivos turísticos que pueden ser: una ocupación o actividad del lugar (granjas, talleres de alguna manufactura o artesanía, herbarios, gastronomía, etc.) o una cualidad natural (una montaña, un río, un mirador, una laguna, etc.) donde la comunidad se organice para brindar al visitante los servicios esenciales que requiere (baños, alojamiento, comida, estacionamientos, seguridad, etc.), ofertándole de esta forma una experiencia acogedora e inolvidable en su estadía.
Una arquitectura atractiva del conjunto de edificaciones de un poblado o de una construcción emblemática que resalte las características propias de la cultura del lugar y las valorice, se consigue con pequeñas modificaciones a la legislación municipal y con el acuerdo y participación de los vecinos. Contar con una arquitectura vernácula encantadora puede hacer la diferencia a la hora de elegir un lugar para visitar y escapar de los agobiantes centros urbanos.
Una iniciativa de este tipo no hará otra cosa que generar ingresos económicos adicionales, promoverá la generación de negocios turísticos rentables, ayudará a la conservación y uso sostenible de los recursos naturales y fortalecerá la identidad local, regional y nacional.
Igualmente es necesaria la participación del Gobierno central estimulando a los alcaldes o dirigentes comunitarios para dar el salto al turismo comunitario mediante fondos que, si bien sabemos que no hay la disponibilidad para todos los municipios del país, se podrían concursar mediante un monto que aliente a los mejores proyectos. De esta forma se puede robustecer una política nacional que, anualmente, recompense a los municipios o poblados más pintorescos de nuestro país, en un esfuerzo por mejorar significativamente la experiencia del viajero en las localidades que requieren y deciden iniciar su reactivación económica.
Javier Zavaleta López es arquitecto, exdiputado y exministro.