Cierre del estadio del Lyon, el gobierno galo se moviliza tras nuevos altercados
El Marsella también está bajo amenaza de retirada de un punto por los desperfectos que aficionados al OM causaron en el Estadio
Cierre provisional del estadio del Lyon a la espera de una eventual sanción más dura, mientras el gobierno francés aborda de lleno el asunto: el fútbol es protagonista indeseado luego de los incidentes del Lyon-Marsella del domingo, enésimo episodio de altercados esta temporada en la Ligue 1.
La suspensión definitiva de este choque de la 14ª fecha de la Ligue 1 después de sólo 5 minutos de juego (0-0) como consecuencia del lanzamiento de una botella de agua que alcanzó en el rostro al capitán del Marsella Dimitri Payet, añade un nuevo borrón al fútbol francés.
Payet, «muy impactado» por lo ocurrido, presentó denuncia este mismo lunes, anunció a la AFP el Marsella, que recordó que «es el único jugador que se ha pronunciado» en el pasado sobre el tema del comportamiento de los hinchas y que «lo hizo por iniciativa propia».
Sanciones ejemplares
De las cuatro personas detenidas el domingo, dos hombre seguían bajo custodia policial el lunes por la mañana en Lyon, entre ellos el presunto autor de la agresión, un hombre de 32 años, indicaron a la AFP fuentes policiales, al igual que otro joven de 17 años, en su caso por usar bengalas de humo.
El Lyon prometió «expulsar a perpetuidad al individuo si la LFP y la justicia dan los medios al club para hacerlo», según un comunicado, en el que también pidió «sanciones penales y administrativas ejemplares».
La comisión de disciplina de la Liga de Fútbol Profesional francesa (LFP), reunida de urgencia, sancionó al Lyon con el cierre de su estadio de forma cautelar, hasta la decisión final el 8 de diciembre.
«No me imagino que no se reanude el partido», lanzó el presidente del Lyon Jean-Michel Aulas a los medios, estimando que la petición de retirada de puntos a su equipo es «de una mala fe evidente».
Y la sanción podría ser muy dura: esta comisión ya dictó castigos ejemplares esta misma temporada por incidentes en el Niza-Marsella, Lens-Lille y Marsella-PSG.
El martes por la mañana los ministros de Interior, Gérald Darmanin, de Educación, Jean-Michel Blanquer, y de Deportes, Roxana Maracineanu, se reunirán con los diferentes estamentos del fútbol para determinar «los medios de acabar con esto lo que resta de temporada», según un comunicado.
Espiral de violencia
En agosto pasado, los graves incidentes que llevaron a la suspensión del Niza-Marsella, y que comenzaron con el lanzamiento de botellas que dio paso a una invasión de campo por parte de aficionados locales, fueron sancionados con la retirada de un punto y tres partidos a puerta cerrada para el Niza.
El Marsella también está bajo la amenaza de retirada de un punto por los desperfectos que aficionados al OM causaron en el Estadio Raymond Kopa de Angers en septiembre.
Pero, pese a estas sanciones y las declaraciones de intenciones, faltan por definir las medidas a tomar para acabar con esta espiral de violencia que es nefasta para la imagen del fútbol francés, en momentos en los que la Ligue 1 tiene argumentos para venderse mejor en el ámbito internacional, sobre todo la presencia de estrellas como Lionel Messi, Neymar o Kylian Mbappé.
Dato
Lejos de ir de la mano, los dirigentes de los clubes, la LFP, el árbitro y la Prefectura volvieron a rechazar su parte de responsabilidad en lo ocurrido.
«Estoy conmocionado y enojado», reaccionó el presidente de la LFP Vincent Labrune en una entrevista difundida por la web de L’Equipe.
«Urge una gran concertación nacional contra la violencia en los estadios. Esta gangrena nos va a matar», advirtió.
La ministra de Deportes Roxana Maracineanu, durante mucho tiempo favorable a sanciones individuales únicamente contra los provocadores de incidentes, deseó este lunes una modificación del reglamento para que el árbitro de un partido «pueda actuar en total libertad».
«Debe saber lo que puede hacer o no. No está explicado negro sobre blanco» que puede suspender un encuentro por el lanzamiento de proyectiles, lamentó.
«Si no damos un golpe encima de la mesa no lo solucionaremos», advirtió por su parte Karl Olive, político cercano al presidente Emmanuel Macron y miembro del consejo de administración de la LFP.
«Espero que sea el propio presidente de la República el que pite el final del partido», añadió al micro de BFMTV.
(22/11/2021)