En Marruecos, un pueblo del Atlas llora a sus muertos por el terremoto
Con una magnitud de 6,8, el sismo provocó más de 2.000 muertos y otros tantos heridos, según el balance difundido por el Ministerio del Interior
La gente reza una oración frente a los cuerpos de las víctimas muertas en un terremoto en Moulay Brahim
Imagen: AFP
En el pueblo de Moulay Brahim, en la zona montañosa del Alto Atlas, todos los vecinos están al corriente de la tragedia de Lahcen, quien perdió a su mujer y sus cuatro hijos por el fuerte terremoto en Marruecos.
«Lo he perdido todo», se lamenta Lahcen, invadido por la tristeza y cabizbajo en el dispensario de esta pequeña localidad, situada a más de una hora en coche de la turística Marrakech.
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Pueblo del Atlas
El sábado por la tarde, los rescatistas aún no habían logrado sacar el cuerpo de su mujer y de uno de sus hijos de debajo de los escombros de su casa, que se derrumbó con el sismo. Los cadáveres de otros dos hijos ya fueron extraídos.
«Lo único que quiero es alejarme del mundo y hacer mi duelo», reconoce Lahcen, quien se encontraba fuera de su domicilio cuando se produjo el terremoto.
Con una magnitud de 6,8, el sismo provocó más de 2.000 muertos y otros tantos heridos, según el balance difundido por el Ministerio del Interior el sábado por la noche y recogido por AFP.
Según la prensa marroquí, se trata del movimiento sísmico más potente registrado en este país del norte de África.
‘Un dolor indescriptible’
La mayoría de los muertos se han registrado en la provincia de Al Hauz, en el epicentro del sismo y donde se encuentra Moulay Brahim.
Los equipos de rescate, con la ayuda de máquinas de construcción, siguen buscando a posibles supervivientes entre las ruinas en este pueblo, donde hubo decenas de víctimas mortales.
Los vecinos del municipio, con unos 3.000 habitantes, ya empezaron a cavar las tumbas en una colina.
«Es un drama terrible, estamos asombrados por esta desgracia», asegura Hasna, una vecina sentada delante de la puerta de entrada de su casa y que no podía disimular su «conmoción».
«Aunque mi familia se encuentra sana y salva, todo el pueblo llora a sus hijos. Muchos vecinos perdieron a familiares. Se trata de un dolor indescriptible», añade.