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Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 12:31 PM

Siete días de Áñez, la paz y las elecciones se dejan esperar

En un video, el lunes 11 de noviembre, la ahora mandataria informaba que la Policía Boliviana le había pedido interceder ante las Fuerzas Armadas para controlar el caos en las calles del país, que para entonces se había manifestado, primero, con la quema de cinco tribunales electorales y sedes del oficialismo.

/ 19 de noviembre de 2019 / 23:41

Un día antes de que se proclamara presidenta del Estado Plurinacional, la senadora Jeanine Áñez llamaba a las Fuerzas Armadas y a la Policía Boliviana a intervenir ante la ola de vandalismo desatada en el país. Desde ese día, la incursión policial-militar no ha cesado y la convocatoria a elecciones se deja esperar, como la prometida pacificación.

En un video, el lunes 11 de noviembre, la ahora mandataria informaba que la Policía Boliviana le había pedido interceder ante las Fuerzas Armadas para controlar el caos en las calles del país, que para entonces se había manifestado, primero, con la quema de cinco tribunales electorales y sedes del oficialismo, y, luego, con el incendio de viviendas de ministros, gobernadores y legisladores, casas de la periodista Casimira Lema y del rector de la UMSA, Waldo Albarracín, además de 64 buses municipales PumaKatari en La Paz.

“Lo convocamos, lo exhortamos, a coordinar con la Policía; no queremos muertos en este país. Si hay una persona que cae luego de esta solicitud escrita, recibida del Comandante de la Policía, es de su entera responsabilidad, porque usted desde esta mañana se está negando (…)”, conminaba firme la senadora al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, entonces el general Williams Kalimán.

A partir de entonces, ambas instituciones tomaron el control de las calles y la convulsión social en el país con saldos dramáticos.

Al día siguiente, Áñez se declaró mandataria, minutos después de haberse declarado también titular de la Cámara de Senadores, necesario para asumir la sucesión constitucional derivada de las renuncias sucesivas del vicepresidente Álvaro García, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; el vicepresidente de ese órgano, Rubén Medinacelli, y el jefe de la Cámara de Diputados, Víctor Borda.

Entre el lunes 11 y el martes 12 vanos habían sido los intentos de un acuerdo de Unidad Demócrata (UD), la alianza de Áñez, y el Movimiento Al Socialismo (MAS), la bancada legislativa de dos tercios, por encontrar una salida institucional al vacío de poder, hasta que la oposición decidió hacerlo sin el MAS ni quorum, solo con la invocatoria al artículo 170 de la Constitución Política del Estado (CPE): “La Presidenta o el Presidente del Estado cesará en su mandato por muerte; por renuncia presentada ante la Asamblea Legislativa Plurinacional; por ausencia o impedimento definitivo; por sentencia condenatoria ejecutoriada en materia penal; y por revocatoria del mandato”.

Sin protocolo ni la imposición de los símbolos, Áñez se proclamó presidenta “inmediatamente” después de esta lectura, y lo primero que hizo fue anunciar la “pronta” convocatoria a elecciones nuevas, como había sugerido el informe preliminar de auditoría al cómputo de votos de las elecciones del 20 de octubre desarrollado por la Organización de Estados Americanos (OEA), que estableció que en el proceso hubo graves irregularidades en el sistema informático; es decir, fraude electoral.

Al ingresar esa noche al Palacio Quemado, desde donde ahora gobierna a diferencia de su antecesor que se había trasladado a la Casa Grande del Pueblo, Áñez volvió a repetir la necesidad de convocar con urgencia a nuevos comicios. Así también lo hizo en el balcón del edificio gubernamental, cuando, junto con los líderes cívicos Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, mostró la Biblia a los seguidores que se habían apostado en la plaza Murillo. Allí, Áñez apareció con la banda presidencial (Morales dijo que le fue impuesta por Kalimán).

Luego de su presentación pública, la mandataria comenzó a configurar en tres actos y en tres distintos días su gabinete de ministros, en el que resaltan sus colegas senadores Arturo Murillo (Gobierno), María Elva Pinckert (Medio Ambiente), Yerko Núñez (Obras Públicas) y Víctor Hugo Zamora (Hidrocarburos), además de dos hombres cercanos a Camacho, Jerjes Justiniano (Presidencia) y Fernando López (Defensa), entre otros.

No ha sido fácil completar su equipo, pero sus primeras acciones estuvieron destinadas al desmontaje ideológico de la administración del Estado: el anuncio de la ruptura de relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela; la expulsión de médicos cubanos, el reconocimiento de Juan Guaidó como “presidente en ejercicio” de Venezuela, el cambio de línea del canal estatal Bolivia Tv y del periódico Cambio a Bolivia.

Una primera declaración llamativa fue expresada por la recientemente nombra ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, quien advirtió con detener a “pseudoperiodistas”, extranjeros y nacionales, en afanes “sediciosos”. La declaración generó reacciones contrarias tanto dentro como fuera del país.

Lo más duro del Gobierno fue expresado por el ministro Murillo, que el mismo día de su juramento, el miércoles 13, dijo que va a salir de “cacería” contra figuras del anterior gobierno, como Juan Ramón Quintana o Raúl García, por “sedición”. “Que corran”, dijo.

En esa misma línea, su despacho presentó a una decena de ciudadanos extranjeros –en criterio del Gobierno— involucrados en actos terroristas y las FARC, algunos de los cuales con fajos de dinero presuntamente para alimentar las movilizaciones ahora instaladas contra el gobierno de Áñez.

El conflicto más duro se desató el viernes en el río Huayllani, en Sacaba, Cochabamba, cuando una multitudinaria movilización de cocaleros del Chapare fue interceptada por fuerzas combinadas de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana. El saldo: nueve fallecidos, todos del bando de los movilizados.

“No es calibre que use la Policía, es bajo calibre: 22 y 25; ¿quiénes usan eso? Estamos investigando”, dijo Murillo a los periodistas.

Entretanto, el fiscal general, Juan Lanchipa, adelantó que las nueve muertes fueron ocasionadas por disparos de armas de fuego largas. El caso se encuentra aún en investigación.

Ante el operativo policial-militar, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano dependiente de las Naciones Unidas, condenó ese día el “uso desproporcionado de la fuerza policial y militar en Cochabamba”.

La polémica continuó con la emisión, ese mismo día, del Decreto Supremo 4078, que libera de responsabilidad penal a las Fuerzas Armadas ante acciones como la de Sacaba. Otra vez, la CIDH se pronunció y alerto de un “riesgo de impunidad”. La norma “pretende eximir de responsabilidad penal al personal de Fuerzas Armadas”, dijo en un pronunciamiento el organismo.

Pero la Cancillería del Estado replicó la posición de la CIDH al respecto. Las fuerzas Armadas “no tienen carta blanca para actuar”, señaló un comunicado del despacho gubernamental este martes.

Y coincidente con los operativos militares y policiales, el gobierno de Áñez dispuso a través del Decreto 4082, el 15 de noviembre, la ampliación del presupuesto de las Fuerzas Armadas, con Bs 34,7 millones, para fines de “equipamiento”.

La crisis político-social genera preocupación internacional. El lunes, la a alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, desplazó una misión técnica para recabar información sobre la situación de los derechos humanos en la crisis en Bolivia.

La situación se complicó este martes, cuando en otro operativo policial-militar al menos cinco personas fallecieron en Senkata, cuando la acción liberó un convoy de cisternas para proveer de combustibles a La Paz y El Alto. El ministro de Defensa dijo que “hordas alcoholizadas, pagadas y con coca” atacaron la planta de Senkata, en cuyo operativo dijo que no se disparó ningún proyectil militar.

Desde México, donde se encuentra asilado también desde hace una semana, Morales dijo que está dispuesto a volver al país, a retomar su gobierno y a contribuir a la pacificación del país, aunque también adelantó que las movilizaciones no van a parar. Es más, aclaró que no será candidato en las próximas elecciones.

Ante ese clima de tensión en las calles y regiones del país, con bloqueos que impiden la provisión de carburantes y alimentos, especialmente a La Paz y El Alto, la convocatoria a elecciones se deja esperar, aunque las bancadas de oposición y oficialismo adelantaron esta noche que sesionarán mañana para considerar el caso.

El lunes, el Gobierno había anunciado la posibilidad de encontrar vías alternas a la ley para cumplir con ese cometido, ante la negativa del MAS de contribuir a ese propósito. Desde México, en una entrevista con Carmen Aristegui, de CNN, el declarado “vicepresidente en el exilio” Álvaro García dijo el lunes que la única posibilidad de convocar a nuevos comicios y la conformación de un nuevo tribunal electoral es a través de una ley, y en consenso con el MAS.

En medio de esos vaivenes, ayer apareció en redes sociales el líder cívico cruceño Luis Fernando Camacho, quien emplazó a las fuerzas políticas, especialmente al gobierno de Áñez, a llamar a elecciones hasta el 19 de enero, tres días antes del cambio constitucional de gobierno. Es más, dijo que hasta este jueves debería estar conformado el nuevo TSE.

El Gobierno cree que la pacificación del país pasa por ese trámite y, ahora, las movilizaciones apuntan a la renuncia de Áñez. Mientras, las protestas ya han cobrado una veintena de fallecidos desde la renuncia de Morales, y la CIDH cifró el lunes en 23 los muertos en el conflicto postelectoral, sin contar con los cinco de este martes en Senkata. (19/11/19)

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La FELCN incinera 299,7 kilos de cocaína incautada al narcotráfico

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó que la destrucción se realizó en instalaciones de Umopar, en Chimoré y en presencia de la UNODC.

Parte de la droga que fue incinerada. Foto: Min. Gobierno

/ 28 de abril de 2024 / 11:51

La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) incineró 299,7 kilos de cocaína incautada al narcotráfico, informó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. La destrucción de la sustancia controlada se realizó el sábado en instalaciones de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar), en Chimoré, Cochabamba.

“Hoy sábado en Umopar, Chimoré, se procedió a la incineración de 299,7 kilogramos de cocaína incautados correspondientes a diversos casos efectuados por nuestras fuerzas policiales”, escribió el ministro Del Castillo en sus redes sociales.

La incineración se realizó en presencia de autoridades policiales, judiciales y representantes de la Oficina de Nacionales Unidas contra la Droga y Delito (UNODC).

Lea más: La UNODC valida la destrucción de 48,5 toneladas de cocaína y marihuana en 2023

Durante 2023, la FELCN se incautó de 405 toneladas de droga en el país y afectó al patrimonio de ese ilícito en $us 198 millones.

Asimismo, según informes oficiales, el año pasado, la UNODC validó la destrucción de 48,5 toneladas de drogas ilegales (cocaína y marihuana).

La UNODC en coordinación con el Estado acompaña el proceso de disposición final de drogas ilegales incautadas.

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Morales dice que el Gobierno es ‘el mejor instrumento para que vuelva la derecha’

Evo Morales denunció un supuesto plan estadounidense que busca dejarlo en ‘offside’ y dijo que el Gobierno es parte de eso.

El jefe del MAS, Evo Morales

Por Mauricio Diaz Saravia

/ 28 de abril de 2024 / 09:16

El expresidente del Estado y jefe nacional del Movimiento Al socialismo (MAS), Evo Morales, afirmó este domingo que el gobierno del presidente Luis Arce es el mejor instrumento para que la derecha regrese al poder.

“El Gobierno es el mejor instrumento para que la derecha vuelva”, dijo el exmandatario en su programa dominical de radio Kawsachun Coca.

Morales dijo que Arce y el vicepresidente David Choquehuanca alistan un “colchón para que los neoliberales vuelvan”.

Explicó que ese “plan” tiene que ver con “la quiebra” de empresas estratégicas estatales, como Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) y otras. En su criterio, buscan mostrar que el Estado “es un mal administrador” y así entregarlas a una administración privada.

Incluso, denunció un supuesto plan estadounidense para dejarlo en “offside” (fuera de lugar) en la arena política y que, a su criterio, busca “adueñarse de los recursos naturales” del país, como el litio.

Evo Morales

“Lo que están haciendo Lucho y David es prestarse a las reglas de Estados Unidos. El gobierno de lucho y David está operando como Estados Unidos”, remató Morales.

En la misma línea, el senador del ala evista del MAS y formado bajo el ala política de Evo Morales, reforzó la denuncia de su líder y afirmó que Arce y Choquehuanca “ya están gobernando con la embajada americana” en Bolivia.

“Camufladamente, los gringos (estadounidenses) ya están sentados en la propia silla de este Gobierno; están operando, todos, contra Evo y contra el MAS”, dijo en el mismo programa.

En los últimos meses, subieron de tono las críticas de Morales hacia la administración de su otrora elogiado ministro de Economía, principalmente por sus políticas económicas.

Quebrados políticamente Arce y Morales, sus seguidores se acusan mutuamente de buscar la proscripción del MAS.

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Rózsa: su célula, su fallido propósito y sus nexos sepultados

Testigos del caso informaron que Eduardo Rózsa Flores se contactó en persona para negociar la compra de armas a intermediarios acusados en la investigación.

Una camioneta de la Policía Boliviana traslada los restos de Rózsa y compañía en 2009.

Por Rubén Atahuichi

/ 28 de abril de 2024 / 06:40

Cerca de las 22.00 del 15 abril de 2009, el entonces director de Régimen Interior, Luis Clavijo, simulaba su hospedaje en el mismo hotel en el que fueran abatidos, horas después, tres extranjeros. Era el episodio previo del ahora sepultado caso Terrorismo.

El funcionario tenía “el objetivo de verificar que los supuestos terroristas extranjeros se encontraban en ese centro hotelero”, describe el informe conclusivo Terrorismo separatista en Bolivia, difundido en noviembre de 2009 por la Comisión Especial Multipartidaria de la Cámara de Diputados.

“Una vez que comprobó la presencia del grupo, abandonó el hotel, reportando a los organismos de seguridad del Estado”, complementa el documento.

Cerca de las 00.30 de ese día, un atentado con explosivos a la casa del cardenal Julio Terrazas, en la calle Seminario, en el segundo anillo de la ciudad de Santa Cruz, había consternado al país.

Entonces, en un comunicado, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) rechazó “vehementemente el atentado criminal” y el gobierno de Evo Morales y la oposición terminaron culpándose de los acontecimientos.

El Gobierno “condena y repudia de manera enfática el ataque terrorista”, afirmó el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti.

Aunque ese día se informó que la Policía Boliviana no tenía pistas sobre el hecho, informes de Inteligencia apuntaban a la “célula terrorista” de Eduardo Rózsa Flores, ciudadano boliviano-húngarocroata que había llegado al país a mediados de septiembre de 2008.

Sin embargo, algo más complejo ocurrió horas después. Cerca de las 03.30 del 16 de abril, un contingente policial de élite tomó el control del hotel Las Américas con el fin de detener a los sospechosos del atentado.

La intervención violenta terminó con la muerte de Rózsa Flores en la pieza 458, del irlandés Dichael Dwyer en la 457 y del rumano Magyarosi Arpád en la 456. Dos miembros de la célula extranjera, Elód Tóásó (455) y Mario Tadic (454), salvaron la vida, pero fueron aprehendidos.

Los ahora fallecidos, “horas antes del operativo policial que pretendía aprehenderlos por la comisión de los delitos investigados, pero éstos, por la peligrosidad y la gravedad de los delitos cometidos intentan hacer uso de sus armas de fuego y resistir al arresto, viéndose los policías en la necesidad de hacer uso de las armas de reglamento, llegando a abatir a los tres fallecidos lamentablemente”, señalaba el informe del entonces fiscal del caso, Marcelo Soza.

En tanto, el entonces jefe de investigaciones de la Policía Boliviana, mayor Jhonny Aguilera (ahora viceministro de Régimen Interior), según el informe de la Cámara de Diputados, concluyó: “Han estado armados, organizados; han poseído para sí aspectos de cualquier actividad terrorista, planificación, la ejecución y el camino del delito (…) la vía del terrorismo hace conocer que tiene que existir un financiamiento (…)”.

Las portadas clave de La Razón luego de la toma del hotel Las Américas.

La Policía elimina a tres sicarios y advierte que hay blancos políticos, tituló La Razón su reportaje del día siguiente. Hay indicios de que los tres hombres fueron ejecutados, remató en otra nota.

Ante el viaje de Morales a Caracas, Venezuela, el entonces presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, según reportó este diario, afirmó en conferencia de prensa en el Palacio Quemado que los sospechosos están “vinculados, por la documentación que pudimos, observar, a una ideología de extrema derecha fascista”.

Sin embargo, el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, se apuró en señalar que el operativo “es un burdo montaje y un show”.

“Realmente, es deplorable que tomen represalias muy bien montadas. Pareciera que (lo hicieron) para que parezca (culpable) la derecha, la oligarquía o el golpe cívico- prefectural”, advirtió.

No hay registro de la llegada de Rózsa a Bolivia, a diferencia de los otros integrantes de su célula, salvo intercambio de comunicación con sus pares o la confesión en una entrevista con el periodista húngaro Adrás Kepes.

Se presume que llegó a Bolivia el 15 de septiembre de 2008, unos días después de la Masacre de Porvenir, que dejó 13 personas fallecidas, la mayoría campesinos, en el conflicto en Pando, cuyo prefecto, Leopoldo Fernández, de oposición al gobierno de Morales, era protagonista. Entonces, la Asamblea Constituyente ingresaba a la recta final de la construcción de la nueva Constitución.

¿Irás como turista?”, preguntó Kepes a Rózsa en esa entrevista del 8 de septiembre de 2008.

Eduardo Rózsa Flores (+) en imágenes de su archivo personal.
Eduardo Rózsa Flores (+) en imágenes de su archivo personal.

También puede leer: Rózsa y su plan: ‘No hay ejército todavía, hay que realizarlo’

“No, no. Sería demasiado evidente, pues, aunque se guarda el secreto, hasta ayer solo sabían cinco personas de mi llegada”, respondió el excombatiente de la Guerra de los Balcanes.

Contó que el “plan” era que le manden el billete de avión, y que lo pagan “ellos”, para llegar a Mato Grosso (Brasil) y de allí cruzar a Bolivia “con personas contrabandistas conocidas por mis contactos” y de allí, en coche, a “un alojamiento preparado”.

“Por ahora ayudo a coordinar la defensa de la ciudad de Santa Cruz, porque piensan que el Gobierno, con la fuerza militar, atacaría esta ciudad”, afirmó Rózsa.

Además, admitió que “los recursos financieros existen” y que el “consejo cruceño” fue el que se hará cargo de sus acciones.

El 22 de abril de 2009, el diario La Razón publicó una entrevista con el periodista húngaro Tomas Seviesqui, quien reveló “sin nombres, que lo buscaron. Quienes le fueron a buscar con fines políticos (le dijeron que), demostrando fuerza, consiguieran la independencia de Santa Cruz”.

Entre el 3 y 14 de abril de 2009, Rózsa estuvo hospedado en el hotel Santa Cruz bajo el nombre de Jorge Hurtado. Ese mismo 14 de abril se trasladó al hotel Las Américas, donde dos días después fue abatido junto con Magyarosi Arpád y Michael Dwyer.

La investigación de la Comisión Especial Multipartidaria de la Cámara de Diputados estableció que quienes pagaron el hospedaje de Rózsa Flores y sus compañeros fueron, a su turno, Luis Alberto Hurtado Vaca, Enrique Vaca Pedraza y Carlos Guillén (+).

Y quien pagó los pasajes de llegada y vuelta (en algunos casos), fue Alejandro Melgar, entonces prófugo de la Justicia. Coincidentemente, todos llegaron de Madrid (España) a Santa Cruz en aviones de la empresa boliviana AeroSur: Michael Dwyer, Magyarosi Arpád, Elöd Tóásó, Mario Tadic, Gaspar Daniel, Dudor Gabor, Ivan Pistovcak, Révész Tibor y Tamas Lajos Nagy, Révész Tibor y Tamas Lajos Nagy.

La mayoría de ellos llegó a Bolivia en noviembre de noviembre de 2008 y algunos dejaron el país en marzo de 2009.

Cuando el comando de élite de la Policía Boliviana intervino en el hotel Las Américas, la nueva Constitución Política del Estado había pasado la prueba de un referéndum nacional y el país se encontraba en un nuevo debate: la Ley de Régimen Electoral.

La investigación legislativa concluye que Rózsa y su célula, financiados y apoyados logísticamente, coordinaban acciones con el grupo “La Torre”, del “Consejo Cruceño” o “Consejo Supremo”.

COORDINACIÓN.

El mismo Rózsa admite la existencia de ese espacio. “Querido camarada. Mañana, o sea lunes, no estaré todo el día en la ciudad. Voy a preparar el fin de semana ya sabes a donde. No te olvides de hablar a Zvonko sobre mi pedido de ayuda en el lugar. Otra cosa, si mañana quieren hacer la presentación para mi primo y para el guevon de tomaleche, quisiera pedirte que no se haga en la torre, sino en otro lugar menos quemado”, escribió el 8 de marzo de 2009 a su interoluctor [email protected].

Por eso, recomendó al Ministerio Público investigar a Branko Marinkovic, Rubén Costas, Eduardo Paz, Mauricio Roca, Germán Antelo y Guido Nayar.

Luego de la intervención del hotel Las Américas, la Policía Boliviana encontró armas almacenadas en el stand de Cotas en la Feria Exposición de Santa Cruz, atribuidas a la célula “separatista”.

En 2020, en el gobierno de Jeanine Áñez, el caso Terrorismo dio un giro inesperado: el entonces ministro de Gobierno, Arturo Murillo, retiró a su despacho de la parte acusadora del caso. La Fiscalía y el Órgano Judicial actuaron en consecuencia: cerraron el caso.

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La CIDH amplía al Estado el plazo para cumplir recomendaciones en el caso Terrorismo

Dos sobrevivientes al violento operativo policial del hotel Las Américas, en abril de 2009, comunicaron que el Estado boliviano reabrió el caso para dar con los responsables de esa acción.

Personal de la CIDH

Por Mauricio Diaz Saravia

/ 27 de abril de 2024 / 17:17

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) amplió, a favor del Estado boliviano, el plazo para el cumplimiento de las recomendaciones en el caso Terrorismo. Ahora Bolivia tiene tres meses más.

La información fue confirmada por la Procuraduría General del Estado en un comunicado publicado este sábado.

La CIDH “ha dispuesto la prórroga del plazo inicialmente fijado hasta el próximo 26 de julio de 2024, manteniéndose, por tanto, el seguimiento a las recomendaciones en fase aún no contenciosa”, dice parte del comunicado.

El caso cuyo plazo fue ampliado por tres meses lleva por nombre Mario Francisco Tadic Astorga y otros. Está referido a los hechos posteriores al violento operativo policial del 16 de abril en el hotel Las Américas, en Santa Cruz.

Caso Terrorismo

El fin de dicha operación era desarticular un grupo armado liderado por el croata-húngaro-boliviano Eduardo Rózsa, fallecido en esa acción junto con el rumano Magyarosi Arpád y el irlandés Michael Dwyer.

También estuvieron implicados Elöd Tóásó y Mario Tadic, que sobrevivieron a la acción policial. Luego, aprehendidos, los investigaron porque formaban parte de un denunciado complot que, además, pretendía un magnicidio.

Estos dos últimos comunicaron el 13 de abril que el Estado abrió un proceso penal contra los responsables del operativo del hotel Las Américas.

Investigación

El comunicado de la Procuraduría señala que “los argumentos presentados por el Estado boliviano, la asistencia técnica requerida y la respuesta favorable en cuanto a las posibles reparaciones económicas que facilitará el dialogo entre partes, fueron fundamentales para la extensión del plazo”.

Reabierto el caso Terrorismo, el exvicepresidente Álvaro García Linera pidió que también se investigue a los financiadores que, según dijo, propiciaron la llegada de la “célula terrorista”.

Incluso, sin decir nombre, afirmó que “un grupo de empresarios” dotó de recursos para hospedaje, y compra de armas “de todo tipo”.

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Viceministro Villca dice que congreso de mayo dará fin a la presidencia de Morales en el MAS

“No estamos peleando entre grupos, estamos velando por los derechos (político) de más de un millón de militantes”, dijo el viceministro Villca respecto de la convocatoria a congreso del MAS.

El presidente Luis Arce junto al expresidente Evo Morales. Foto de archivo: La Razón.

Por Mauricio Diaz Saravia

/ 27 de abril de 2024 / 17:00

El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil, Juan Villca, afirmó que el congreso del ala arcista del Movimiento Al Socialismo (MAS) cesará de la presidencia de ese partido a Evo Morales.

Anulado un congreso celebrado en octubre del año pasado de Lauca Ñ, el tribunal Supremo Electoral (TSE) decidió no registrar sus resoluciones y amplió el mandato de la dirigencia del MAS electa en 2017.

“Aún no se han percatado que este paraguas que le ha hecho el Órgano Electoral, que le ha permitido seguir prorrogándose hasta el 5 de mayo, se acaba el 5 de mayo. Después del 5 de mayo, no es más presidente”, dijo a los periodistas.

Así, Villca se refirió al plazo fatal que el TSE emitió para que los 11 partidos de alcance nacional presenten sus nuevas directivas.

Congreso del MAS

En ese afán, el ala evista del MAS presentó una convocatoria para un congreso nacional y cumplir con lo dispuesto por la Sala Plena del TSE, pero su llamado fue observado por incumplimientos a su estatuto. Ese encuentro está previsto para el 10 de julio en el estadio Bicentenario del municipio de Villa Tunari, en Cochabamba.

Por su parte, alertadas por una posible “proscripción” del MAS, las organizaciones matrices del Pacto de Unidad, que respalda al presidente Luis Arce, decidieron convocar a un congreso el 3, 4 y 5 de mayo en El Alto. Ese llamado también fue observado.

Ambas facciones afirman que cuentan con el apoyo de las organizaciones sociales y la militancia de ese partido que, según Villca, “supera el millón”.

El TSE aún no definió la “legitimidad” de ninguna de las dos convocatorias.

“Estamos en puertas de la irresponsabilidad de Evo morales de proscribir al MAS; le pusieron el límite y las organizaciones decidieron salvar al instrumento político”, agregó Villca.

Evo Morales

En criterio del viceministro, a los simpatizantes de Morales “solo le interesa que Evo Morales siga sobreviviendo (políticamente)”.

Una vez más reclamó para las organizaciones sociales la “propiedad del MAS” y dijo que son ellas las que deben definir qué ocurre en adelante.

“El MAS es de las organizaciones (…). No estamos peleando entre grupos, estamos velando por los derechos de más de un millón de militantes. El 5 de mayo ya no existe esa dirección nacional”, insistió.

Consideró que “no solo va a ser derrotado el evismo, sino las formas verticales de gobierno”

Aún pendiente la respuesta del TSE sobre el congreso del MAS, ambas facciones defendieron, por separado, tener la razón y el respaldo de la militancia del “instrumento político”.

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