Casi linchan a menor por supuesto intento de abuso
Reacción. Maestra alertó a los vecinos y a la Policía
Vecinos de la zona Mejillones, en El Alto, intentaron linchar a un menor de 13 años a quien acusaron de intentar violar a una niña de 7 años en el colegio Tocopilla, ubicado cerca de la ex tranca de Río Seco (Distrito 4).
Según algunos padres de familia, a las 8.30 de ayer el adolescente fue sorprendido por una profesora dentro de un aula «en el momento en que le bajaba la ropa interior a una niña». La maestra se alarmó y a gritos alertó a algunos padres que permanecían en la unidad educativa. El menor trató de escapar, pero fue retenido.
El acusado, por miedo, no salió de un ambiente de la escuela. La Directora ordenó el cierre de las puertas. A las 9.30, una turba de padres y vecinos golpeó las puertas y exigió su entrega. «Queremos que suelten al violador, lo vamos a quemar vivo», dijo iracundo uno de los manifestantes que encabezaba la protesta.
Ni la Directora del establecimiento y menos algún miembro del personal docente salieron del recinto para dar explicaciones. Pidieron auxilio a la Policía. En una escueta declaración a los investigadores, el menor afirmó que «sólo quería mirarla (a la niña)».
A las 10.15, un contingente de policías despejó a la turba con gases lacrimógenos, sacaron al menor de la escuela y lo trasladaron a dependencias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC). «Lo hemos remitido a la
Defensoría de la Niñez y Adolescencia porque, por su edad, no es imputable», explicó el responsable de Relaciones Públicas, teniente coronel Adolfo Cárdenas. En este caso, un juez del menor debe disponer si es remitido a un centro de menores infractores.
La madre de la niña formalizó su denuncia y ningún familiar del púber se presentó en las oficinas policiales. Al mediodía, parte de la turba se dirigió a un inmueble, donde vive el menor. Lanzaron piedras y exigieron que lo sacaran, nadie atendió. Los manifestantes intentaron ingresar a la vivienda con intenciones de destruirla.
Un pastor evangélico persuadió a la turba, a través de un megáfono, a no atacar la vivienda.
El niño es también víctima
En este caso, las dos víctimas son los dos menores de edad, tanto la niña como el «supuesto agresor», afirmó el psicólogo Mirko Limachi, quien brinda asistencia técnica a los padres en el Servicio de Gestión Social de El Alto.
«Por poco linchan a un niño quien ni siquiera consumó un delito. Todo por una mala reacción de una pedagoga que, en lugar de evaluar su comportamiento, lo criminalizó», explicó.
Según el experto, el comportamiento del menor puede estar relacionado a un entorno de inestabilidad emocional dentro de su propio ambiente familiar, escolar o social.
«No tiene daño mental y no es criminal, sufre de una perturbación que debe ser tratada».