“Papito, mamita, te desinfectamos, tu voluntad nomás es” es la frase que comienza a repetirse en los accesos de ingreso y salida del mercado Rodríguez de la ciudad de La Paz. Son parejas de esposos o amigos que con ingenio crearon un nuevo oficio para generar recursos económicos en plena pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19): “los desinfectadores”.
Un tanque con agua y lavandina (de unos 20 litros) en la espalda, que conectado por una pequeña manguera rocía la ropa, bolsas y zapatos de los transeúntes que solicitan el desinfectante. Luego se marchan a sus casas. Ésta es una escena diaria que se observa en las esquinas de acceso al centro de abasto.
Los desinfectadores tienen una especie de sotana de plástico que los cubre de pies a cabeza, cubren casi todo su rostro con un barbijo y las manos con guantes de látex. “No quiero contagiarme, solo busco ganar honradamente unas monedas”, dice uno de ellos.
Ofertas
En la calle Zoilo Flores, pasando media cuadra de la Almirante Grau, dos parejas ofertan la desinfección a los transeúntes que apresurados salen del mercado, cargando sus bolsas de verduras, frutas, tubérculos y todo lo que ofertan las vendedoras.
Una pareja se apuesta en la acera izquierda y la otra, a la derecha, y en medio está una bolsa en la que los desinfectados depositan monedas, que luego se repartirán entre los cuatro. No son las únicas parejas por el entorno del mercado Rodríguez, otras trabajan por las calles Illampu y Belzu.
“Es el ingenio de los bolivianos, sobre todo de los de La Paz y El Alto, que ante una crisis económica se dan modos para generar dinero, y la pandemia no creo que sea la excepción. Yo creo que dentro de poco veremos más desinfectadores en otros centros de abasto”, explicó el sociólogo Javier Castro.
Especificó que iniciativas como ésta, sobre todo de familias de bajos recursos, surgen más en épocas de crisis, pero tienen corta vigencia o se multiplican tanto que en un tiempo ya no es lucrativo, como sucede con los limpiadores de parabrisas.
“Creo que la gente de El Alto es la más creativa, por ejemplo, durante los grandes conflictos se las ingeniaban para sacar videos de las movilizaciones o, lo último, en cuanto se supo sobre la pandemia del COVID-19, sacaron videos sobre la enfermedad; no eran didácticos, pero la gente compraba”, indicó.
(23/04/2020)