A un año del segundo dezlizamiento en San Jorge Kantutani, 13 familias piden atención de la Alcaldía
Siete viviendas fueron afectadas. Los damnificados continúan viviendo en la cancha Fígaro. La Razón no pudo obtener la contraparte de la Alcaldía de La Paz.
Hace un año se produjo el segundo deslizamiento en la zona Inmaculada Concepción, cuando la Alcaldía de La Paz efectuaba la demolición controlada de algunas viviendas que quedaron en pie tras el desastre del 15 de enero del año pasado. Siete inmuebles fueron afectados por miles de litros de lixiviados.
Hoy, 13 familias −54 personas, entre adultos, adultos mayores y niños− pidieron al Gobierno Municipal de La Paz el cumplimiento de la entrega de terrenos en la zona de Ovejuyo.
El 15 de enero se produjo un deslizamiento en el Relleno Sanitario Nuevo Jardín, Alpacoma, que arrastró 200.000 toneladas de basura y 10 millones de litros de lixiviados; 64 viviendas se vinieron abajo o quedaron seriamente comprometida en los barrios San Jorge Kantutani, Inmaculada Concepción y 14 de Septiembre
La administración de Evo Morales entregó a los damnificados, propietarios de inmuebles, departamentos de tres dormitorios y servicios en multifamiliares de El Alto y Achocalla.
Para los damnificados que eran inquilinos o anticresistas la Alcaldía de La Paz aseguró que iba a dotarles de un terreno en Ovejuyo, para que el nivel central construya viviendas sociales.
“Es un momento doloroso para nosotros. Inquilinos y anticresistas estamos esperado la respuesta, pero hasta ahora no hay nada, pedimos que nos digan si nos van a dar o no. La alcaldía tiene que entregarnos predios y terrenos”, dijo este jueves Nayra Mendoza, delegada del campamento Figaro.
“A nadie han entregado los terrenos. Como damnificados tenían que darnos, ya pasó un año y seguimos en la cancha Fígaro”, añadió Andrés Escobar, otro delegado.
Este medio intentó entrevistar a Rosmeri Acarapi, secretaria Municipal de Desarrollo Social de la Alcaldía paceña, para tener la contraparte, sin embargo no contestó las llamadas a su celular.
Los damnificados lamentaron que tengan que vivir aún en los campamentos y tener que atravesar esta pandemia “como pueden”, ya que incluso aseguraron la presencia de ratones.
“El tiempo ha pasado, han estabilizado el lugar, pero lo han dejado así. Hemos perdido todo, algunos tampoco tenemos trabajo. Estamos preocupados”, manifestó Escobar.