Las trabajadoras sexuales elaboran su propio protocolo de bioseguridad
Una dirigente dice que casi el 90% de las 70.000 trabajadoras sexuales en Bolivia, unas 62.0000, son madres solteras, divorciadas y abandonadas, y si bien algunas de ellas recibieron ayuda de la Alcaldía y del Gobierno a través de los bonos y canastas familiares, muchas de ellas necesitan trabajar.
Instalar cámaras de desinfección y limitar a cinco trabajadoras sexuales por local, son algunas propuestas que la Organización de Trabajadoras Nocturnas de Bolivia (OTNB) busca aplicar desde el 11 de mayo, cuando acabe la cuarentena total dispuesta por el Gobierno para combatir la enfermedad del coronavirus, informó su presidenta Lily Cortez, quien señaló que un 90% de ellas son madres solteras, divorciadas y abandonadas.
“Hablamos de instalar cámaras de desinfección y tener un máximo de cinco trabajadoras sexuales en un ambiente, club privado o lenocinio, pero todo esto lo hablaremos con las autoridades y presentaremos una propuesta el 11 de mayo”, adelantó Cortez a La Razón.
Según los datos de la OTNB, en Bolivia hay al menos 70.000 trabajadoras sexuales, de las que 7.000 están en El Alto y hay 17.000 en la ciudad de La Paz. “Nosotras vivimos al día, sino trabajamos no comemos y si les ‘han pescado’ (descubrieron a algunas trabajadoras sexuales) trabajando en alojamientos (de El Alto) fue por necesidad”, insistió la dirigente.
Cortez citó que en su sector hay también jóvenes transgéneros e incluso varones trabajadores sexuales que deben pagar alquileres y mantener a sus familias. “No habrá aglomeración en los locales y como dirigentes nos reuniremos para definir los protocolos de bioseguridad”, anticipó la directiva.
Por la cuarentena obligada contra el coronavirus, los locales nocturnos donde este sector presta sus servicios paralizaron sus actividades, aunque según algunos reportes, en la zona 12 de Octubre, algunos de estos ambientes aún atenderían pese a las restricciones. Al lugar llegarían parroquianos a bordo de bicicletas.
MADRES. De acuerdo con Cortez, casi el 90% de las 70.000 trabajadoras sexuales en Bolivia, unas 62.0000, son madres solteras, divorciadas y abandonadas, y si bien algunas de ellas recibieron ayuda de la Alcaldía y del Gobierno a través de los bonos y canastas familiares, muchas de ellas necesitan trabajar.
“Además nosotros generamos empleos indirectos en las tiendas que nos venden perfumes, la casera que nos vende alcohol, coca o comida, por eso nuestros sector es uno de los más castigados por la cuarentena, medida que sin embargo la apoyamos”, complementó la dirigente.
Cortez buscará reunirse con autoridades del Ministerio de Salud para diseñar el protocolo de bioseguridad. “Nosotros cumplimos un rol en la sociedad, evitamos que se multipliquen las violaciones eso también se debe considerar”, recalcó.
Admitió que por las característica de este oficio, los lenocinios no pueden funcionar en su totalidad, porque reúnen gente, algo que está prohibido por la cuarentena y porque además se activan por la noche, “pero veremos cómo haremos para hacerlas trabajara las compañeras”.
A partir del 11 de mayo regirá en Bolivia, la cuarentena dinámica y según desciendan los índices de riesgo en las regiones, habrá cierta libertad para algunas actividades, pero todas encuadradas bajo el régimen de la emergencia sanitaria contra el COVID-19.