Si mantiene el ritmo de contagios, Santa Cruz necesitará otras 250 camas de internación y 60 unidades de terapia intensiva
La posibilidad de una “situación catastrófica” es latente; esperan más compromiso de la gente y que lleguen los equipos ofrecidos por el Gobierno central.
Las autoridades del departamento de Santa Cruz, el más golpeado por el coronavirus en Bolivia, calculan que necesitarán otras 250 camas de internación y 60 unidades de terapia intensiva adicionales para hacer frente a la pandemia al ritmo al que ésta avanza.
Marcelo Ríos, director del Servicio Departamental de Salud, llama a esta etapa que estaría por llegar “una nueva fase de la pandemia” y explica que en función del comportamiento epidemiológico, la Gobernación cruceña trazó un plan de tres fases para hacer frente a la pandemia.
“En una primera fase, para estos 50 a 60 días de cuarentena, se han podido conseguir 23 unidades de terapia intensiva. Evidentemente nuestro índice de ocupación está casi completo, y nuestra oferta de camas para hospitalización general es de 386. Para la segunda fase necesitamos otras 250 camas y 60 unidades de terapia intensiva; para ello esperamos el compromiso que se generó y coordinó con el Gobierno central”, dijo Ríos en referencia a la llegada de respiradores (138 de los 500 anunciados por el Ejecutivo) y la contratación de más personal.
El director del Sedes explicó que este cálculo se basa en parámetros internacionales sobre la evolución de los casos de COVID-19. Del total de contagiados –recordó– el 80% manifiesta síntomas leves y solo un 20% requiere internación: el 15% de cuidados especializados y el 5% de terapia intensiva.
Aclaró que el número de camas y de unidades de terapia intensiva no se reduce solo a los establecimientos públicos de salud, sino que se toma también en cuenta la capacidad instalada en la seguridad social (cajas de salud) y centros privados, de los que la Gobernación también es rectora.
Dos factores de riesgo
Al momento, Santa Cruz tiene 1.083 casos positivos, el 60% del total nacional (1.802) y ha reportado también 46 decesos. La medición se hace, indicó Rios, en función de los casos activos, es decir sin contar los fallecidos ni los recuperados.
¿Cómo es que Santa Cruz pasaría a esta nueva fase que parece inminente? La ecuación tiene que ver con el comportamiento de la población y la capacidad para equipar más y mejor los nosocomios “Hay un riesgo latente: el colapso del sistema hospitalario y eso depende del acatamiento de la cuarentena por parte de la gente y las medidas de contención que aplicamos en estos 50 días”, señaló a radio Panamericana en relación a la vigilancia epidemiológica, la búsqueda y el seguimiento de casos, el diagnóstico, la evacuación oportuna, la instalación de centros de aislamiento y el equipamiento de hospitales.
Sin embargo, no descartó “la posibilidad de una situación catastrófica”, la que llevaría a las autoridades de esa región a aplicar la tercera fase del plan: “tener que dejar de hacer contención para dedicarnos a la atención”
En esa línea llamó a la población a respetar las normas de la cuarentena. Desde hace dos semanas, Santa Cruz viene reclamando que muchos ignoran las restricciones, que los mercados se llenan, que el control militar y policial ha sido rebasado. “Hay personas irresponsable, ésas coadyuvan a expandir el virus. Solo les pide salir cuando les toque, mantener el distanciamiento, usar barbijo y lavarse las manos constantemente”, reflexionó.