Reportan reacciones alérgicas, cefaleas y conjuntivitis por el uso de túneles de desinfección en Potosí
Aún se desconocen los efectos a largo plazo que podría ocasionar a los seres humanos estas cámaras aspersoras a base de hipoclorito de sodio o lavandina. El representante del Ministerio de Salud en Potosí pide que dejen de usarse.
Hospitales de primer nivel y centros de salud en la ciudad de Potosí reportaron el incremento de alergias en el rostro, conjuntivitis y cefaleas en personas expuestas a los túneles de desinfección, que rocían con una mezcla de agua y lavandina y otros desinfectantes a clientes de la banca, compradores y vendedores de los centros de abasto, entre otros.
La alerta la dio Percy Rosas, coordinador del Ministerio de Salud en ese departamento del sur del país.
La pandemia de COVID-19 popularizó en todo el mundo el uso de estos túneles que expelen agua mezclada con cloro, alcohol y otro tipo de desinfectantes.
“A largo plazo, no sabemos qué efecto puede tener, pero los problemas a corto plazo, como la conjuntivitis irritativa, las cefaleas intensas en personas que, por su actividad, tienen que atravesar estos túneles varias veces al día, debido a que el cloro produce una vasodilatación y reacciones alérgicas, están comenzando a manifestarse”, dijo Rosas en el programa La Terturlia de radio Fides Potosí.
Dato
Muchos de los pacientes que acudieron a los hospitales de primer nivel informaron que los ojos se les irritan constantemente o presentan dolores de cabeza.
“Las cabinas –agregó— lastimosamente son tóxicas. No tenemos que decir que porque (la Alcaldía y la Gobernación) han gastado dinero tenemos que seguir usándolas”.
“El efecto a corto plazo es tóxico y crea más riesgo que beneficio. Creo que hay que cortar, no hay que utilizarlos más en mercados, bancos; más allá del gasto que se ha hecho. Estamos sometiendo a la gente a sustancias muy toxicas”, advirtió Rosas.
El 24 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) desaconsejaron su uso debido no solo a la falta de evidencia científica sobre su eficacia para destruir al virus, sino por los efectos negativos en los seres humanos de los desinfectantes usados. Esto sin contar con que generan una “falsa sensación de seguridad en la población”, que descuida buenas prácticas, como el lavado frecuente de manos, por ejemplo.
La OPS destacó además que los productos desinfectantes al ser aplicados directamente sobre las personas, aún en bajas concentraciones y de forma muy breve, puede «producir efectos adversos con afectaciones a la piel, ojos y mucosas (…) y la «inhalación de estas sustancias puede causar irritación en la vías respiratoria altas y bajas”.
El 12 de mayo, en ministerio boliviano de Salud, en un escueto comunicado, se hizo eco de la preocupación de la OMS/OPS:
Salud
«El Ministerio de Salud informa a la población en general que al no existir evidencia científica disponible que demuestre que las estructuras físicas de desinfección (túneles o cámaras), el rociado de productos químicos, los dispositivos de pulverización, la radiación UV-C (200-280NM) para personas, así como la utilización de productos químicos para dichas estructuras y dispositivos como los compuestos de amonio, hipoclorito de sodio, peróxido de hidrógeno, alcoholes y glutaraldehidos y compuestos de ozono podrían causar efectos adversos, tales como la irritación en las mucosas, la piel, los ojos, el sistema digestivo y las vías respiratorias, estos productos no deben usarse en personas».
Eso es todo, no hay una prohibición expresa, por lo que estas estructuras siguen en uso en el país, pese a sus efectos colaterales.
Entre las buenas prácticas para prevenir el contagio, Rosas destacó el lavado de manos con jabón o alcohol al 70%; limpiar con lavandina los zapatos al llegar, cambiarse de ropa al llegar del trabajo, usar barbijos y mantener la distancia física con otras personas, entre otros.
(20/05/2020)