En La Paz, comerciantes de mercados ‘forran’ con plástico sus puestos para evitar contagios del COVID-19
El Gobierno Autónomo Municipal de La Paz socializa y recomienda esta medida de bioseguridad en caso de que flexibilice la cuarentena.
Para evitar el contagio con el nuevo coronavirus, comerciantes de al menos dos mercados de la ciudad comenzaron a “forrar” sus puestos con plástico transparente, que deja solo un pequeño orificio para entregar el producto y recibir el dinero. Así lo comprobó La Razón en un recorrido que realizó por los mercados de Villa Fátima y de Killi Killi, en Villa Pabón.
La Alcaldía informó que esta medida de prevención es parte de un protocolo que regirá esta actividad cuando cambia el nivel de riesgo de contagio de La Paz de alto a medio.
“Si entramos a una cuarentena flexible, requerimos la implementación de medidas para que evitemos la propagación del virus. Este proceso de socialización está concluyendo con la implementación de estas medidas, posteriormente, estas serán plasmadas en un documento administrativo que va a permitir su regularización y exigir su cumplimiento”, explicó Paola Valdenassi, directora de Mercados y Comercio en Vía Pública de La Paz, quien respondió a un cuestionario de este medio.
La medida fue socializada por la Dirección de Mercados con las comerciantes y varias de ellas no tardaron en implementarla, generando un efecto demostración que ha crecido más rápido de lo que esperábamos”, añadió.
Villa Fátima
El recubrimiento de los puestos de venta de carne o abarrotes con plástico para aislar al vendedor y proteger sus productos, fue asumida desde el lunes 18 de mayo en el mercado de Villa Fátima, excepto los puestos callejeros ubicados en la calle Miguel Aparicio, donde expenden verduras, y hace dos semanas en el de Villa Pabón.
“Hemos asumido esta medida desde el lunes para que la gente no manosee la carne y no esté al aire libre. Por el momento está así en todo el sector de carne, todas las otras compañeras lo van a poner, la próxima semana. La gente lo ha tomado bien”, contó Olga López, secretaria general del mercado de Villa Fátima.
En este centro de abasto comercian entre 400 a 500 vendedoras y debido a la cuarentena, lo hacen entre las 06.00 y las 12.00.
Fuera del mercado, las vendedoras de abarrotes también aislaron sus puestos con plásticos, que tienen un orificio a modo de ventanilla para preguntar, comprar, pagar y recibir el vuelto.
“Nosotros somos ambulantes. Antes de la cuarentena salíamos los fines de semana ocupando el centro de esta vía. Conocimos de esas medidas, no nos estamos negando a adoptarlas, solo que otras tienen puestos fijos. Nosotros veremos cómo podemos hacer”, comentó una vendedora de verduras que no quiso dar su nombre.
López lamento el comercio de carne en vía pública, principalmente de los mercados móviles, no solo “por la mala competencia” que les hacen, también porque “podrían ser un riesgo de contaminación”.
“La gente maneja carne en las calles y nosotras pasamos cursos de manipulación y sanidad. La gente debería cuidarse”, recalcó.
Lavado
Las comerciantes, por otra parte, se comprometieron a lavar estos plásticos una vez a la semana y a cambiarlos cuando se deterioren.
“Estamos en una situación difícil y tenemos que asumir nuestras normas de bioseguridad y dar confianza al cliente para que vengan a hacer sus compras. La gran mayoría lo ha asumido. Son cerca de cinco metros usados por puesto”, detalló Eliana Espinoza, dirigente de la Asociación de Comerciantes y Vendedoras del Mercado de Villa Fátima, Ferias y Ramas Anexas.
“La razón para implementar esta (barrera) que nos preparamos para una flexibilización de la cuarentena y ello exige que los centros de abasto estén preparados para recibir a más gente, tratando de reducir las posibilidades de contagio. Hay países en los que los mercados han sido, según la prensa, los principales focos de contagio y no queremos que acá pase eso. La socialización fue con todos, en la medida que podíamos ir encontrándolos. Y así cómo ustedes observan, el efecto demostración ha hecho que las caseras de rubros menos expuestos, también coloquen los nailon”, dijo Valdenassi.
Killi Killi
En el mercado del mirador de Killi Killi, Sonia Quisbert colocó sus plásticos hace dos semanas. De las cerca de seis comerciantes que tiene este centro de abasto, solo las carniceras implementaron esta barrera protectora.
“Lo hice para prevenir contagios, cuando vino la Alcaldía nos felicitaron. Es que algunos clientes tocan la carne, y si les pido que no lo toquen se enojan. Cada viernes cambio este plástico“, dijo.
La Directora de Mercados y Comercio en Vía Pública informó que el gobierno local ha elaborado protocolos “para diferentes casos”, el colocado de plásticos es sólo uno de ellos. Hay rubros como los de comidas y bebidas elaboradas que para reactivar tendrán “que cumplir protocolos más específicos”.
En el recorrido este diario constató que en los dos abastos las vendedoras usaban sus guantes y barbijos y se desinfectaban con alcohol en gel. (21/05/2020)