La tragedia segó la vida de tres personas en Tembladerani
Se investiga un presunto problema con los frenos como la causa.
Siniestro. El camión arrasó con cables, personas y motorizados, al pasar a toda velocidad.
Imagen: apg
Un problema de frenos le costó la vida a tres personas el lunes 12 de septiembre, cuando la zona de Tembladerani se vio irrumpida por un camión fuera de control que arrasó con todo lo que encontró a su paso.
El siniestro sucedió la mañana del lunes, en la empinada calle Julio Téllez del mencionado barrio de la ciudad de La Paz, caracterizado por el importante movimiento económico relacionado a los talleres de mantenimiento de vehículos, entre otros comercios.
El acostumbrado movimiento vehicular de la zona, que sirve de nexo con Cotahuma y la parada de la Línea Amarilla del teleférico, la avenida Buenos Aires y la Landaeta para llegar al centro paceño, fue irrumpido por un camión de alto tonelaje, que bajó a toda velocidad.
A su paso, personas y motorizados trataron de escapar pero no todos lograron salvarse, el vehículo impactó a cuatro coches.
“Un camión Nissan Cóndor colisionó con un RAV 4, un particular y dos camionetas Caldina”, reportó el jefe de la División Accidentes de la División de Tránsito de La Paz, coronel Dacar Tirado.
INVESTIGACIÓN.
Tres personas perdieron la vida: la esposa e hijo de José Luis Chuquimia, y Alejandro Mamani, más conocido como Rocky, que tenía su taller mecánico en este sector de la ciudad.
Otras ocho personas resultaron heridas, entre ellas el conductor del camión, trabajador de una empresa que estaba a cargo del traslado de mercadería.
“No conozco La Paz, mi primera vez estaba viniendo con carga de Cochabamba, de ahí nomás en esa bajada un taxi me ha esquivado y por no darle al taxi se me ha entrado el freno, de ahí ya no me acuerdo, he gritado, bocineado y no me acuerdo, ahí abajo nomás ya he aparecido”, contó desde el hospital Valerio, conductor del camión, en contacto con Cadena A.
Las investigaciones revelaron que el hombre traía papel para dotar a una empresa estatal desde el departamento de Cochabamba, cuando este presunto desperfecto mecánico desencadenó en el fatal accidente de tránsito.
La aludida empresa fue Papelbol, que luego se encargó de deslindar cualquier responsabilidad.
“Queremos informar a la prensa que Papelbol no cuenta con vehículos de carga, de mediano tonelaje, como el motorizado que ha protagonizado el accidente, que no tiene ninguna responsabilidad sobre el mencionado accidente”, indicó el gerente técnico de Papelbol, Ronald Grandon.
El funcionario aseguró que el camión es de entera responsabilidad de una empresa que se contrató para el traslado del material hasta esta ciudad. “Ni el conductor ni la movilidad pertenecen a Papelbol, sino que se trata de un vehículo Nissan Cóndor de la empresa de transportes Novak”, explicó Grandon.
Ahora solo quedan las pesquisas policiales. Las tres víctimas fatales fueron enterradas; de los heridos, uno ingresó a sala de terapia intensiva y los otros fueron remitidos a hospitales con policontusiones; el conductor resultó con una hemorragia en el cerebro.
‘Chau, amor mío; chau, hijo’: José Luis perdió a Martha y Marcos, quedó con su vida destrozada
El accidente de tránsito sucedido la mañana del lunes 12 de septiembre en la zona de Tembladerani, de la ciudad de La Paz, destrozó a la familia de José Luis Chuquimia, quien mientras trabajaba se enteró de que su esposa e hijo habían sido víctimas del siniestro. Una vida compartida terminó de manera trágica, con un adiós repentino, que dejó al hombre solo.
“Que me respondan la vida de mi esposa y de mi hijo; mi hijo ha fallecido también con dos paros cardiacos, me han comunicado que está en la morgue también. He perdido a mi esposa y a mi hijo, estoy solo”, relató José Luis, en puertas de las oficinas policiales de Tránsito de La Paz, poco después del fatal accidente.
La mañana del lunes 12 de septiembre, un conductor perdió el control de su camión por presuntos problemas en los frenos, cuando se movilizaba por la zona de Tembladerani y a su paso arrolló a otros cuatro autos que pasaban cerca de la avenida Landaeta.
Casualmente pasaban por ahí la esposa e hijo de José Luis, Martha (62) y Marcos (30), justo en ese momento. Ambos habían salido juntos a cancelar un crédito, ella estaba enferma, entonces su hijo decidió acompañarla para que vuelva a salvo a su casa.
“Esta mañana bajaron los dos, a las dos y media (de la tarde) me llamó su amiga (de la esposa) para decirme que había un problema: ‘tu esposa está en el Hospital General’ en la morgue, porque no había quién le ayude’. Le he mandado con mi hijo porque mi esposa tenía diabetes, cualquier rato se caía, siempre caminaban juntos”, contó José Luis.
PUESTO.
El hombre se quedó a cargo del puesto de venta de frutas que tenía la pareja, en la zona de El Tejar, mientras ella y su hijo iban a hacerse cargo de su crédito bancario.
Ella, al parecer, falleció en el lugar del hecho y su hijo en un establecimiento de salud.
El miércoles, José Luis despidió en el Cementerio General de La Paz a los dos miembros de su familia. “Amor mío, chau; hijo chau”, gritó, envuelto en llanto, el hombre.
‘Rocky’, el ‘mecánico más requerido’ que dejó a seis menores en la orfandad
Un crespón negro en la puerta del histórico taller mecánico confirmaba la tragedia. Rocky, como le decían sus seres queridos, perdió la vida de manera inesperada el lunes 12 de septiembre, cuando un conductor perdió el control de su camión y lo arrolló, en la zona de Tembladerani de La Paz.
Alejandro Mamani Apaza (52), apodado por sus amigos como Rocky por su actitud luchadora, fue una de las tres víctimas fatales del accidente ocurrido el lunes 12 en la calle Julio Téllez de la mencionada zona, el sitio donde vio crecer sus sueños de tener su negocio propio y donde se convirtió en uno de los mecánicos más requeridos, por su excelente tino para resolver los problemas de muñones.
El lunes, día del accidente, como desde hace 35 años, Rocky junto a su esposa, Victoria Chipana, salió de su domicilio, ubicado en la zona de Villa Ingavi, en El Alto, para dirigirse a su taller mecánico.
La jornada transcurría normal hasta que, de pronto, un camión a toda velocidad bajó por la empinada calle Julio Téllez y ambos fueron arrollados.
Alejandro falleció y su esposa resultó herida y fue evacuada de emergencia al Hospital Municipal de Cotahuma, que queda cerca del lugar del siniestro.
El histórico taller de reparación de muñones fue el mayor logro laboral de este hombre, el cual ahora se quedó como un legado para su familia, en especial para su hijo Gróver.
“No hay otra que honrar la memoria de mi papá, él me ha enseñado todo lo que sé, voy a seguir con más fuerza, no me voy a rendir y ahí estaré en su taller de mi papá yo voy a administrar como Rocky Junior”, explicó Gróver Mamani, en entrevista con LA RAZÓN.
Con mucho esfuerzo, entrega y dedicación a su trabajo, Alejandro Mamani logró sacar adelante a su familia integrada por su esposa y seis hijos, tres varones y tres mujeres, de los cuales Gróver y Jhonny siguieron sus pasos y abrieron su propio taller en la esquina de la avenida Landaeta y Jaimes Freire, al cual bautizaron como Rocky Junior, en honor a su papá.
MUÑONES.
Rocky se formó solo, fue autodidacta en la labor de reparación de muñones y adquirió tal destreza que fue uno de los más requeridos del lugar.
“Buena mano tenía para reparar los muñones, por eso tenía muchos clientes y decía ‘en esta calle todos me odian, pero nadie me va a sacar de aquí’, lo odiaban porque tenía harto trabajo y miren cómo es el destino, solo la muerte lo ha logrado sacar de aquí”, recordó con tristeza su hijo.
Al margen de amar su actividad laboral, también sentía un gran respeto por la tricolor, recordaron sus familiares, es así que uno de sus sueños era ver que sus hijos sirvan a la Patria, como él lo hizo. “Él cuando fue joven hizo su servicio militar y amaba la Patria, por eso a sus hijos varones nos ha mandado al cuartel y a las mujeres al premilitar, hemos cumplido su sueño”, dijo Jhonny, otro de sus hijos, a LA RAZÓN.
Su esposa Victoria, quien también resultó afectada por el accidente, hasta el lunes 12 por la noche no sabía de la muerte de su compañero de vida; sin embargo, a través de los medios de comunicación, al día siguiente se enteró de la tragedia.
“Se ha enterado por las noticias pero creo que ya presentía, porque había dicho en el hospital que sospechaba que algo malo iba a pasar, está desconsolada mi mamá”, relató Gróver.
Don Rocky, como era conocido en el lugar, fue velado en su domicilio en El Alto, acompañado de vecinos y familiares; cerca de su vivienda está ubicado el cementerio de Villa Ingenio, donde sus parientes decidieron darle el último adiós. Recordado como un amoroso padre y luchador, así fue despedido.