Feminicida torturó, quemó e intentó sacarle los ojos a su expareja dentro de El Abra
El hombre cumple una condena de 30 años en el penal de Cochabamba por el feminicidio de Jobita, la madre de su exnovia.
Una mujer fue torturada, violada y quemada en la cárcel de El Abra.
Sdenka (nombre ficticio) vivió escenas de terror dentro de la cárcel de El Abra, en Cochabamba. Su expareja, Rolando Andrés Zambrana Tapia, quien cumple una condena de 30 años por un feminicidio en 2018, la torturó, quemó e intentó sacarle los ojos.
La víctima había decidido terminar la relación con el peligroso hombre y éste le pidió que vaya al penal para entregarle la pensión alimenticia para la hija que tienen ambos. Sin pensar lo que le esperaba, Sdenka acudió al recinto carcelario.
“Rolando junto a sus cómplices, otros privados de libertad, la violó, le hizo cortes en el rostro, trató de arrancarle los ojos. La obligó a tomar thinner (diluyente o disolvente químico). Además, le roció con el líquido y le prendió fuego”.
La mujer sobrevivió, pero está grave y necesita ayuda.
El hombre cumplió seis años de reclusión en El Abra. En ese tiempo, conoció a Sdenka a la que enamoró y con la que tuvo una hija. Sin embargo, su carácter posesivo, manipulador y violento afloró de nuevo cuando Sdenka terminó su relación con él.
El sábado, el feminicida llevó a la madre de su hija a un kiosko cerca de los baños de la cárcel para entregarle el dinero. La joven descubrió que ese kiosko era como un bunker camuflado y allí estaban otros reos más, cómplices de Andrés. La maniataron, la violaron, le hicieron cortes en su rostro y trataron de arrancarle los ojos de las órbitas.
Andrés roció con thinner las partes íntimas de Sdenka. La obligó a tomar el líquido y luego le prendió fuego. Aterrorizada y dando alaridos de dolor, la joven logró escapar del kiosko, envuelta en llamas.
Unos internos que estaban en el patio apagaron el fuego y la auxiliaron. Los policías ingresaron y la llevaron al área de Sanidad. Luego la joven fue trasladada de inmediato a la Caja Nacional de Salud (CNS), pero el Seguro ya le ha notificado que no podrá cubrir todos los gastos médicos. Sdenka requerirá varias cirugías.
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La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, expresó su profundo pesar e indignación por el intenso sufrimiento que padeció Sdenka. “Como Observatorio de Justicia creemos que éste no solo es un caso de tentativa de feminicidio, sino de tortura y vejámenes. Por ello, necesitamos evaluar la petición de una nueva condena de 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, por un concurso real de delitos, con las agravantes que eso conlleva. No vamos a aceptar un procedimiento abreviado”, señaló.
Rolando Andrés Zambrana Tapia fue el tecladista de un grupo musical de moda en Cochabamba. Tenía 24 años de edad cuando se convirtió en noticia en Bolivia, el 7 de septiembre de 2018, por la frialdad con la que actuó cuando su exnovia de 22 había decidido terminar una relación de ocho años porque empezó a ser violento.
RESTRICCIÓN
Ella lo denunció por el delito y las autoridades le entregaron una orden de restricción para que no se acercara a la joven.
Cerca de más de dos meses después, ayudado por colombianos, logró entrar a la casa de su exnovia, saltando una barda, armado con una pistola y un cuchillo.
Quería raptarla, pero la madre de ella, la profesora Jobita Garfias, y la hermana, lo impidieron. Andrés no dudó en dispararles a ambas mujeres en el vientre, brazos y cadera. Apoyada por su tío, la exnovia logró huir a un departamento del fondo, mientras su hermano adolescente llamaba a la Policía y al padre de Andrés, quien llegó rápido y se enfrentó a su hijo.
La Policía llegó rápido y Andrés no dudó en disparar contra ellos, pero no logró herirlos. Tras una agonía de 48 horas, Jobita murió en una clínica porque las balas habían logrado destrozarle el páncreas y un pulmón.
Rolando Andrés Zambrana Tapia fue acusado por feminicidio, tentativa de feminicidio (contra la hermana de su exnovia) y allanamiento de morada.
DELITO
“El 23 de octubre de 2020, el Tribunal de Sentencia 6 de ese tiempo recalificó el delito principal de feminicidio a asesinato, alegando que hubo alevosía y premeditación, sin tomar en cuenta que en los feminicidios también puede existir planificación”, señala un informe de la Fundación Voces Libres.
Zambrana Tapia fue condenado a 30 años de cárcel en El Abra, pero su exnovia y sus hermanos tuvieron que irse fuera del país porque los cómplices de Andrés no dejaban de intimidarles, merodeaban la casa y en una ocasión hasta destrozaron la chapa de la puerta principal.