El legado de Noel Kempff
Rolando Kempff Bacigalupo
Hace 37 años —el 5 de septiembre de 1986—, el narcotráfico cegaba las vidas de un ilustre ciudadano boliviano, el científico Noel Kempff Mercado, y dos de sus acompañantes, el piloto Juan Cochamanidis y el guía Franklin Parada, quienes junto al biólogo español Vicente Castelló —quien sobrevivió a la matanza—, fueron parte del primer grupo de una expedición científica de 18 personas que se aprestaba a llegar a la meseta de Huanchaca.
El profesor Noel Kempff y sus acompañantes partieron a las 10.00 en un Cessna 206 monomotor hasta la meseta indicada, donde debía empezar la expedición por toda la reserva Huanchaca, liderada por Kempff. Sin embargo, el viaje no salió como se esperaba ya que aterrizaron en una pista que se suponía abandonada, en la cual encontraron la mayor fábrica de cocaína conocida hasta entonces.
A mediados de 1993, en un artículo que hice sobre el asesinato de mi tío Noel Kempff, decía: “lo que se puede afirmar es que los asesinos del profesor Noel Kempff Mercado, pertenecen a una nueva clase que en Bolivia muchos aplauden y otros encubren: el narcotráfico. Esa nueva clase, que no tiene patria ni escala de valores, es la que está destrozando nuestra sociedad y distorsionando nuestra economía”.
Ahora, 30 años después de ese artículo, vemos con preocupación que esta delincuencial actividad aumentó sus operaciones. A fines del mes pasado, la prensa nacional informaba, sobre la base de informes del Ministerio de Gobierno, que en los últimos cuatro años intervinieron 1.804 fábricas de cocaína.
Como lo señalan varios comentaristas que escribieron crónicas de homenaje a don Noel Kempff, entre ellos Lupe Cajías —hija del connotado periodista y jurisconsulto Huáscar Cajías—, mi tío amaba la naturaleza, tanto la flora como la fauna, y dedicó gran parte de su trabajo a convertir la ciudad de Santa Cruz en un jardín, plantando tajibos y alcornoques, por citar solo algunos.
Organizó el mejor jardín botánico del país e hizo todo lo necesario para que su ciudad tenga el mejor zoológico boliviano, con una gran cantidad de especies entre mamíferos, reptiles y aves, de las diferentes regiones y hábitats de Bolivia.
Dentro el zoológico, el profesor instaló un gigantesco aviario con una gran variedad de especies de aves de las distintas regiones del país, y se enorgullecía de que, por escasos metros, sobrepasaba en dimensiones a otro aviario existente en el zoológico de Rio de Janeiro.
Noel Kempff puede ser considerado uno de los primeros ambientalistas del país, partidario de la agricultura sostenible que permite obtener una producción adecuada y generar riqueza sin afectar negativamente a la naturaleza.
Supo convencer a las autoridades nacionales sobre la necesidad de conservar estos territorios, notables por sus bosques vírgenes y la elevada biodiversidad que tenían, logrando que el Parque Nacional de Amboró y la Serranía de Huanchaca sean reconocidos oficialmente como espacios protegidos.
En 1979 se creó el Parque Nacional de Huanchaca, ahora conocido como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, en homenaje a la prolífica labor del profesor. Este parque ubicado al norte del departamento de Santa Cruz, con una extensión de 1.523.446 hectáreas, es considerado Patrimonio de la Humanidad y también usado como observatorio para el seguimiento del cambio climático.
Como justo homenaje a Noel Kempff, pedimos que la sociedad y el Gobierno extremen sus esfuerzos para reducir en forma progresiva la actividad del narcotráfico en el país.