¡Váyanse a la m..!
Drina Ergueta
Decir esta boca es mía es muy difícil cuando todos los ojos y oídos están pendientes no para escuchar argumentos o razones sino para colocar maliciosamente, a quien se atreva a pronunciarse, en un bando o en otro, en una dinámica de enfrentamiento que lleva a Bolivia de odio en odio y en el que participan los medios y, por supuesto, azuzan las redes sociales y, además, en el que se utilizan a las mujeres de la manera más baja.
Este jueves 10 de octubre el expresidente Evo Morales debería presentarse ante la fiscalía del departamento de Tarija para responder por supuestos delitos de trata y tráfico de personas (y posiblemente también por estupro) ya que hace cuatro o cinco años habría tenido acceso carnal con una adolescente de 16 años con consentimiento de sus padres (quienes también han sido citados por el Ministerio Público) y, fruto de ello, la joven habría tenido una hija.
Se trata de un caso recuperado de 2020, ya que se inició en el gobierno de Jeanine Áñez, y que fue cerrado para unos y paralizado para otros. A partir de esta reapertura del proceso, han aparecido, siempre impulsadas por fuerzas políticas contrarias a Morales, nuevas denuncias de abuso sexual contra menores que habría cometido el expresidente. En contrapartida, desde sus posiciones correligionarias se habla del uso de falsedades y, a la vez con las mismas armas, se ha denunciado al actual presidente Luis Arce por haber abusado de su poder y lograr favores sexuales de una joven. Finalmente, se ataca de manera sucia a una periodista por atreverse a preguntar por lo ocurrido.
Evo Morales sigue siendo el político más importante del país, su cantidad de adeptos y contrarios lo demuestran, las noticias también ya que lleva varios años marcando el ritmo de la política boliviana. Surgen estas denuncias ahora que, dentro de su partido, dividido en dos facciones, luchan por la representatividad ante las próximas elecciones generales de 2025.
“¿Qué pueden encontrar, si no hay? Tantos años buscando y nada encuentran. Encuentren”, dijo Morales hace años, cuando le iniciaron este proceso que hoy está renovado. Áñez le inicio 29 investigaciones por varios motivos y no prosperó ninguno. Hoy afirma que se defenderá y se muestra seguro de que el proceso no avanzará.
Lo cierto es que Morales lleva años arrastrando denuncias referidas a sus supuestas preferencias sexuales ilícitas, porque gustaría de jovencitas y para obtenerlas se valdría de su posición como presidente, expresidente o importante dirigente político. De acuerdo con la ley, las relaciones con menores de entre 14 y 18 años son delito, así fueran consentidas. Al tener esa categoría no se trata de un acto o hecho privado, es de interés público y con sanción penal que se agrava en caso de embarazo. Dicho eso, Morales lleva años sin dejar limpia y clara su imagen sobre este asunto por lo que debería aclarar o pagar penalmente.
Es, pues, un asunto que parecería ser su talón de Aquiles, en un país machista donde, además, una buena parte de los hombres que hoy reclaman y elevan el grito al cielo seguramente también podrían ser procesados por algo parecido o peor. Es verdad, también, que en algunos sitios del país y en especial hace unos años las relaciones sexuales entre una jovencita de 15 años y un hombre de 20 o 30 años es o era visto como algo normal. La ley lo sanciona porque se trata de un abuso, porque hay diferencia de madurez y, principalmente, porque debido a esa diferencia de edad existe una posición de poder y de control de parte del hombre hacia la adolescente. Además, es una muestra de la estructura patriarcal en la que los hombres que buscan jovencitas, si son vírgenes mejor porque ellos las estrenan, afirman así su masculinidad ante una sociedad que ve a las mujeres como trofeos.
Hay pues mucha hipocresía e interés político. ¡Váyanse a la m… todos los bandos!, los seguidores de Morales, los que apoyan a Luis Arce y los partidos de oposición que utilizan a las mujeres para lanzarse porquería unos a otros, que lo hacen sobre la dignidad de las supuestas víctimas y sobre cualquier mujer que diga esta boca es mía.
Es mentira que les preocupe si Morales cometió o no un delito, lo desean con ansias y no porque se descubra a un abusivo y se sancione a un delincuente por estupro, no por las víctimas que tendrán justicia, aplaudirán felices porque se libraron de un político al que no vencían en las urnas. Si es verdad que Morales cometió estupro, hace años debería estar procesado y preso, si es cuando conviene hay complicidad en esos hechos.
Drina Ergueta es periodista y antropóloga.