Desbloqueo
Las noticias a nivel nacional, desde hace mucho tiempo, no son alentadoras: no hay gasolina y cuando hay, falta el diésel. En diferentes centros médicos del país se realizan paros. Varios sectores bloquean, tantos y tan diversos son, que uno termina en gran confusión pensando que es el deporte más practicado y el que tiene como rival a toda la gente que no lo practica. Y si todo esto no es suficiente, hace poco un grupo de asambleístas protagonizaron una vergonzosa sesión de la que nadie puede sentirse orgulloso, tampoco justificar ese indigno comportamiento. Para completar la vorágine, a nivel individual se dan casos de parricidio, infanticidio, feminicidio y otras epidemias sociales que tanto deterioran la colectividad boliviana.
Frente a este panorama uno busca salvar el alma, el espíritu vivo que pueda tener todavía y aunque sea muy lejos de aquí encuentra la venturosa noticia de un griego, Plutarchos Pourliakas, que a los 88 años completó su maratón número 12, el domingo 11 de noviembre. Eso ya es sorprendente, pero el impacto se corona cuando se le escucha decir que la vida se trata de moverse. Es muy estimulante e incentivador escuchar esa invitación al movimiento cuando desde que cumpliste los 60 constantemente te dicen, cada vez más seguido, que ya es tiempo de descansar, que ya no hagas esfuerzos, que tu salud se deteriora con tanto trabajo, que tu mente no es la misma, que tu tiempo ya pasó, etc, etc.
Justo en estos días tan paralizantes en la vida nacional, un atleta octogenario nos recuerda que la vida es movimiento, que no vale la pena quedarse quieto y por el contrario hay que avanzar aunque sea en lo más pequeño, en lo más mínimo, para no sentir que es un día perdido. Indudablemente para saber si hay avance tiene que haber una meta, un objetivo y el intento de alcanzarlo, conocer los pasos que se deben dar y los obstáculos que existen. No hay que pecar de ingenuos y creer que todo el camino es llano, lo importante es salvar las trancas, los huecos que impiden el acercarse a la meta.
Noviembre, el penúltimo mes del año, es también un tiempo para evaluar lo conseguido este 2024, sin importar lo poco o mucho que se pudo lograr hasta aquí, apuremos el paso para lo que teníamos pensado alcanzar a fin de diciembre. Aún hay más de 40 días y esas son muchas horas, muchos minutos y segundos, es decir que todavía hay tiempo para tener aunque sean logros mínimos. Y para terminar reproduzco con total fe la frase completa del griego maratonista que inspira esta columna: “La vida se trata de moverse, y mientras queramos, el viaje no termina”.
Lucía Sauma es periodista.