Evo sí, Eva no
Drina Ergueta
Así es. Una de las últimas encuestas sobre intención de voto realizadas en Bolivia incluye a Evo Morales, que estaría inhabilitado para las elecciones generales de 2025, además de otros postulantes varones y no incluye a ninguna candidata mujer, ni a Eva Copa, actual alcaldesa de El Alto, ni a la economista Amparo Ballivián, ni a la activista feminista María Galindo. Esa puesta en valor de unos en desmedro de otras tiene un nombre: misoginia o machismo.
La encuesta ha dado mucho que hablar en los medios y en las redes, por sus resultados inesperados para algunas personas, pero también porque tiene un aire de independencia, ya que ha sido encargada por Marcelo Claure, un rico empresario boliviano que vive en Estados Unidos y que es muy activo en Bolivia en ámbitos fundamentalmente deportivos. Supuesta independencia porque este personaje no apoya explícitamente a ningún candidato o partido, pero sí que tiene una postura política liberal (o mal llamada libertaria) clara: sus referentes latinoamericanos son Javier Milei y Nayib Bukele, entre otros.
Ni desde esa postura, Claure se acordó de Amparo Ballivián, la primera entre hombres y mujeres en postularse como candidata a la presidencia, de eso ya unos meses, y que hasta ahora ningún partido la ha tomado en cuenta, ni esta encuesta, pese a que tiene grandes números en lo que parte de ellos proclama: la meritocracia. En méritos profesionales de “peso neoliberal” nadie la gana, además de ser carismática, de carácter y, como dicen, “capísima”. Allí quedó, olvidada en un espacio en el que sí aparecen, como leones rugiendo y mostrando cabellera al viento, Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina y, más pequeñitos, Tuto Quiroga y el hoy preso Luis Fernando Camacho, todos contra el defenestrado, pero muy vigente, Evo Morales.
Territorio de hombres. Evo Morales, en su pugna por la candidatura y por el partido MAS-IPSP con el actual presidente Luis Arce, terminó sin partido y con un fallo judicial en contra que le impide repostularse de por vida. Pero, sorpresa, sigue siendo primero en la encuesta de Claure, primero, pero empatando con Reyes Villa, el ex Bombón, con un 18%. Claure fue criticado por quienes no quieren ver a Morales ni en pintura por incluirlo en la encuesta. Con toda razón, el empresario dijo que dado el peso que tiene no podía dejarlo de incluir, pese a que tenga por ahora prohibida la candidatura.
¿Y por qué no se incluyó a Eva Copa? ¿Acaso no pesa al haber ganado la Alcaldía de El Alto con casi el 70% de los votos en una de las ciudades más pobladas de Bolivia? Aunque sea para demostrar si hoy arrastra o no a multitudes. ¿Que ella aún no tiene partido? ¡Evo tampoco! De hecho, ella está en proceso de recolecta de firmas para su sigla política que se llamará Morena, como el partido que hoy gobierna México, lo que anuncia su tendencia hacia la izquierda. Evo sí, Eva no. ¿No gusta la letra a, por femenina, verdad?
Si no gusta lo femenino, menos lo feminista y peor si es anarquista y lesbiana, caca, y gritona. ¡Dios nos libre! María Galindo coquetea con espacios de poder y tampoco va a por ellos, a los que critica duramente; niega su participación como candidata, pero siempre deja una posibilidad abierta. Ha estado en alguna encuesta anterior con posiciones muy relevantes, lo que muestra que habría gente que votaría por ella. En la encuesta de Claure no aparece.
Hay que recordar que, como todo en la vida, se elige entre las opciones posibles. Son los límites de la libertad; por lo tanto, uno no es tan libre por mucho que elija. Así, si no se toman en cuenta a las mujeres, nadie las vota. Si no aparecen en las encuestas, ni en los medios ni en las redes, no se visibilizan y así se va produciendo un apagón femenino de caras a la toma del poder. No es que ellas no quieran y no se esfuercen, es que en una parte de la población que solo lleva pantalones lo que hace es apartarlas del lugar que merecen y que sí se lo han ganado, con mucho más esfuerzo y con muchos más méritos, eso es seguro.
Las mujeres somos el 50% de la población y merecemos tener una participación y representación, en todos los espacios, en esa misma medida. Hay toda una estructura social montada para que solo estén los hombres, pero las mujeres la vamos deshaciendo, poco a poco, y construyendo otra más justa. Que nadie venga a decir que las mujeres tienen que ganarse el espacio con sus méritos. Sin ser garantía de nada, como los hombres, ellas han hecho más que suficiente para liderar procesos.