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Tuesday 18 Feb 2025 | Actualizado a 06:15 AM

El juego sucio del ‘todo pasa’

/ 25 de enero de 2025 / 06:00

Debido a la muerte de su esposa (2012), Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) durante 35 años, decidió dejar de usar un anillo con una inscripción que decía “Todo pasa”.  Manifestó entonces que eso era prácticamente lo único en su vida que no volvería a suceder: el compartir el día a día con la señora que lo dejó viudo.

“Todo pasa” es una frase mafiosa. Algo así como un axioma que se cumple de todas maneras en sentido de que no hay vuelta atrás y eso, en el territorio de las triquiñuelas, ayuda enormemente a que la impunidad se convierta en fortaleza institucional en un mundillo donde la coordenada ganar/perder tiene cada vez más que ver con la circulación de cientos de millones de dólares de una industria en la que los derechos de televisión crecen progresiva y geométricamente, mientras las casas de apuestas tienen la potencia para inducir a amaños de partidos en los que llegan a participar algunos futbolistas igual de inescrupulosos que sus patrones.

Esta es, respetables aficionados, aficionadas y aficionades, la verdad de la milanesa en la frenética industria del fútbol del siglo XXI y en ese frenesí, hay realidades futbolísticas poderosas por el dinero, prolíficas por la conversión de diamantes en bruto en verdaderas joyas del juego (canteras organizadas y trabajadas hasta el mínimo detalle), y tan artesanales como mediocres en las que el “Todo pasa” de Grondona se utiliza a rajatabla todos los días. A esta última categoría pertenece el fútbol boliviano en el que la improvisación y las malas artes dominan su identidad.

El jugador del Club Aurora, Diego Montaño, se llama en realidad Gabriel, y no tiene 19 años, sino 25. Falsificó su identidad inducido por algún genio que lo ayudó a quitarle seis años a su verdadera edad, probablemente para poder ser convocado a selecciones juveniles con la ventaja deportiva que supone una contextura física engañosa tal como sucedía en los años 90 de la Academia Tahuichi, cuando su prócer, Rolando Aguilera Pareja, decía que era más importante la patria chica que la patria grande y alguna vez, endiablado de rabia, —lo dominaba un temperamento muy sanguíneo—,  no tuvo mejor idea que orinar en una maceta del antiguo edificio del parlamento boliviano.

La práctica de alterar edades para equiparar físicamente a nuestros menudos y frágiles futbolistas con los del vecindario sudamericano era entonces un secreto a voces. De esta manera teníamos que jóvenes promesas de la pelota aparecían con documentos de haber cumplido entre 12 y 15 años, cuando en realidad ya tenían por lo menos entre 16 y 19. Dicha ventaja deportiva ayudó a Tahuichi a brillar competitivamente en el concierto sudamericano durante los años 90 y de esta manera pudo ganar varios “Mundialitos Paz y Unidad”. ¿Pruebas? Una sola para sustentar esta versión: Una figura de la selección boliviana de fútbol que participó de la Copa del Mundo Estados Unidos 94 le preguntó alguna vez al seleccionador Azkargorta si quería saber su edad real o la “edad Tahuichi”. Esa práctica extendida en el más importante semillero del fútbol boliviano era comentada en voz baja en los malolientes pasillos de la componenda futbolera.

Con estos antecedentes, no tiene por qué sorprendernos lo de Diego-Gabriel Montaño, empeñado por ahora, en eximir de responsabilidades al presidente de Aurora y a su esposa que funge como apoderada del futbolista, de los delitos cometidos que podrían significarle una condena a tres años de privación de libertad: falsedad material, falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado. Las consecuencias para el deportista podrían dar lugar a la prematura finalización de su carrera, pero muy probablemente no sucederá lo mismo con el presidente del club, Jaime Cornejo y para su señora esposa, Sandra Valencia. Valga subrayar que la familia Cornejo Valencia podría ser considerada, cuando menos, como muy especial: La hija de los capataces del cochabambino “equipo del pueblo”, Alejandra, matrimoniada con otro futbolista, René Barbosa, descargó insultos racistas en abril de 2022 contra el afro ecuatoriano Kevin Mina que entonces vestía la camiseta de Guabirá de Montero.

Todo pasa. Probablemente todo pasará para la familia empresarial Montaño Valencia. Como pasó sin que se supiera públicamente que un prominente dirigente de uno de los grandes del fútbol boliviano, bastante pasado en copas, le confesara a este periodista que alguna vez había comprado los servicios de un árbitro para que su equipo ganará un partido de Copa Libertadores. Todo pasa para el futbolista al que en pleno vestuario, dirigentes e hinchas agarraron a golpes en el estadio de Villa Ingenio. Continúa en su club. Está convocado a la selección. Todo pasa en el fútbol boliviano, pero en realidad, vistas las cosas desde las despobladas graderías de nuestros estadios y desde la comodidad de los sofás frente a nuestros televisores, no pasa nada y seguirá sin pasar nada. Julio Grondona que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.

Julio Peñaloza Bretel es periodista.

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Delirantes análisis políticos

/ 18 de febrero de 2025 / 06:07

Hace pocos días, a través de un post de Facebook, el periodista Wálter Chávez, reclamaba darle mayor seriedad al análisis político y disparaba contra el asesor político Ricardo Paz, quien había afirmado que el centro político estaba ocupado por Chi y Manfred, cuando ambos políticos han defendido ideas ridículamente conservadoras.

Chávez reclamaba que se hicieran bien las cosas cuando se saliera a la palestra pública, porque finalmente es sobre las ideas de los intelectuales que se generan sentidos comunes. Así que todos estamos llamados a luchar por elevar el debate público, muy venido a menos en estos tiempos.

Hace poco salieron encuestas, vallas, artículos e incluso una movilización que apoyaban una posible candidatura de Andrónico Rodríguez, presidente del Senado. Los argumentos eran varios, pero los centrales tenían carácter pragmático: Andrónico es el único líder del bloque popular capaz de hacer una elección competitiva. Si me apuran, me atrevo a decir incluso que, ante el ajuste económico que está en puertas, Andrónico es el único que podría pensar en equilibrar las facturas que los bolivianos tienen que pagar, que normalmente recaen sobre los que menos tienen.

Tras estas expresiones, el evismo salió furibundo a señalar al arcismo como autor de ellas. Imaginaron, con ayuda de algunos creativos e insidiosos, como el periodista y exdiplomático en la gestión de Morales, Rafael Archondo, que todo era un plan digitado desde la Casa de Pueblo. Sin sonrojarse, afirmaron que una red de periodistas, analistas e incluso el exvicepresidente Álvaro García Linera estuvimos involucrados en este plan en contra de Morales, para salvar no sólo el pellejo sino también el de Luis Arce. Hermosa historia de ficción. Las cosas muchas veces son más sencillas que estas teorías “posverdaderas”.

El análisis político debe basarse en los hechos, que para el caso son los siguientes: Primer hecho: el gobierno inició una campaña de lawfare contra Evo Morales, desempolvó un proceso que el expresidente tenía pendiente porque supuestamente tuvo un hijo con una menor yacuibeña de 15 años. Al enterarse de esto que, según el presidente Luis Arce, “todos sabían”, la población reaccionó rechazando a Evo y su conducta personal. Segundo hecho: según confesión del exministro Iván Lima, el gobierno, en colusión con el autoprorrogado Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), “logró” la emisión de fallos que impiden la repostulación de Morales de por vida y también que le quitan el MAS a Evo.

Pues bien, esta información nos sirve para hacernos esta pregunta, espinosa para los conspiranoicos: ¿Es que el arcismo haría esto para entregar la candidatura al segundo de Evo? Ni de broma, como es obvio. El trabajo del arcismo buscó allanar el camino de la candidatura de Luis Arce, como ya está quedando muy claro, tan solo una semana después de la columna de Archondo, que ya ha quedado resfriada. Siempre le pasa.

Por otra parte, es verdad que ha contribuido a este resultado el elemento de obstinación de Morales, que se proclamó como “insustituible”. Como no es posible ganarle alguna posición dentro ya que esto es una “traición”, entonces lo bloquearon.

Los hechos son estos, pero en Bolivia la magia nunca está ausente: ¿Con qué apoyos candidateará Arce? ¿No vio ninguna de las encuestas? Al parecer lo hará con la misma convicción —mágica, precisamente— con la que el evismo cree que podrá inscribir a Evo en el Tribunal Electoral.

Se dice que Andrónico no es un enemigo del arcismo. Claro que no, porque basta con el evismo para encargarse del joven senador.

Sin embargo, esto no se va a quedar así. Las naves de guerra ya giran en dirección a Rodríguez. Para cerrar el círculo, el oficialismo le está poniendo trabas a las siglas que podrían postular, no a Evo, que eso no tiene sentido legal, aunque decirlo cause heridas, sino a Andrónico. Para prevenir y estar preparados ante la remota pero no imposible alternativa de que las bases evistas decidan, a pesar de Evo, finalmente ir con Rodríguez.

Si es verdad que la estrategia del arcismo es eliminar a los rivales de izquierda, como se dice en los corrillos, convengamos en que es una estrategia muy mala, porque resulta muy complicado conseguir los votos de aquellos a quienes se agravia y se enoja. De modo que el voto otrora masista puede terminar más bien en manos de otros: ¿Samuel? ¿Manfred? ¿Chi? Sí, tal vez en todos ellos, sobre todo Chi, y no porque esté en el centro, como afirma Paz, sino porque el candidato coreano disputa el voto popular conservador. ¿Cómo es que hay conservadores que votaron por el MAS? Pasa que el MAS fue una fuerza lo suficientemente grande como convocar a grupos ideológicamente diversos, porque embanderó causas nacionales transversales.

Estudiar y entender mejor al MAS, en lugar de insultarlo y descalificarlo, ayudaría a la oposición a dejar sus tristes emulaciones de los fachos extranjeros y a construir algo propio.

En todo caso, en ese trabajo, que se olvide de las teorías de la conspiración. No la ayudarán ni a la izquierda ni a la derecha.

Susana Bejarano Auad es politóloga y periodista.

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Maquinar

/ 18 de febrero de 2025 / 06:02

Abre a las 10, pero no es puntual. A la hora que se supone que debía abrir, está todavía acomodando las cosas en estantes improvisados. Las cosas las clasifica con criterios diversos, algunas, por su uso, otras por el tamaño, otras más, por colores y también por razones emocionales. Hay una mesa sobre la que ha acomodado, casualmente, las cosas que por algún motivo, lo hicieron llorar al menos una vez en su vida adulta. Finalmente, cuando ya son cerca de las 11, abre la puerta del garaje. Puso en varios postes de su barrio una fotocopia anunciando la venta de garaje, por motivos que a nadie le importan. A él sí. No quiere que la gente piense que pasa por una situación económica crítica, no quiere dar la impresión de estar en un momento de importantes carencias. Por eso pone en sus anuncios los motivos de la venta de cosas de su casa. Hay mucha gente que aparenta una vida que en verdad no tiene. Pasa en las redes, en las calles, en las conversaciones en la catedral. Al fin, cuando comienza a llegar alguna persona curiosa, se detiene en la mesa en la que hay una máquina de escribir de los años 50 del siglo pasado, con cinta y un papel puesto en ella para que se compruebe su funcionamiento. La persona curiosa se detiene ante la máquina y escribe algo, lo primero que se le ocurre. La palabra jazmín. Luego pregunta el precio, aunque sabe que no la va a comprar. La máquina perteneció al abuelo y este la recibió de regalo de un colega del periódico en el que trabajaba. Fue periodista de la sección de cultura cuando se escribía sobre asuntos de la cultura, en su acepción cerrada a las expresiones de las artes y el entretenimiento, puesto que escribir sobre aspectos de la cultura como el resultado de todo lo que producen los humanos, hubiera sido y lo sería también hoy, complicado y confuso. Se podrían mezclar temas como la inutilidad de una cuchara con ventilador a pilas, una obra consistente en una escultura sin escultura y los zapatos diseñados para caminar sobre huevos, por ejemplo. El abuelo usó la máquina por muchos años, hasta que se inventó la eléctrica, pero él no pudo comprarse una porque un jueves fue atropellado por una turba de pepinos entusiastas y desenterrados. No hubo culpables. La justicia argumentó a favor de estos, de los pepinos, que al llevar caretas, se trata de personajes que no son sujetos del mundo real y que en su mundo, fantasioso, no existe nada más que la ley del hielo así que la sugerencia fue dejar de hablarles, lo que constituiría una especie de cancelación en estos días, cuando una idea ajena no está acorde a las hegemónicas, por muy disparatadas que sean. El hombre de la venta de garaje se acordó de todo esto a tiempo de dar el precio del aparato y le causó un dejo de tristeza inmediata. Así que levantó la máquina y la llevó a la mesa de las cosas con carga emocional. La persona curiosa, una mujer de más de 34 años, va detrás del hombre, comienza a temblar levemente, siente en el aire un aroma especial para ella, también con una carga emocional. La transporta a una calle de su ciudad natal, blanca, con tejados naranjas, muchos campanarios. En esa calle, una casa, dentro de la casa, un patio con una fuente y rodeando el patio, muchos jazmines en flor.

Se acerca al señor vendedor de cosas de su casa, lo toca en el hombro, apenas, con cierta timidez. Esa máquina tiene algo mío, le dice. No, le responde el vendedor, sin dudar. Por supuesto, insiste la señorita, moviendo los labios lentamente como si se tratara de un movimiento en cámara lenta para destacar algo. En esa máquina escribí parte de la historia de mi vida y esa historia ahora, cuesta como que el doble del costo de su máquina de escribir. La palabra jazmín es para mí, la síntesis poética más importante de mis años de juventud. Esa palabra, a diferencia de la palabra perro, que no muerde, o la palabra beso, que no besa, tiene aroma, el aroma tiene peso y forma y cuerpo y noche estrellada. La hoja, el papel, no es mío. No lo puedo llevar, pero su papel, tiene mi historia. Usted decide, si compra o vende.

Óscar García es compositor y escritor.

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Público privado

/ 18 de febrero de 2025 / 06:00

La alianza público-privada es una manera de coadyuvar esfuerzos entre el Estado y los agentes privados para la realización de emprendimientos que cada uno por sí no puede realizarlos solo, a veces, con la determinación de políticas públicas —campañas contra la aftosa para la ganadería o mercados sin impuestos para la agroindustria— o la concurrencia de capitales en un emprendimiento. Es de esperar que de este esfuerzo salgan beneficiados ambos socios. Planteado así no hay problema, es una necesidad para movilizar potencialidades dormidas; sin embargo, la realidad nos muestra que el principio de beneficio mutuo desaparece con viejas prácticas de acumulación de capital.

El apoyo a una certificación de calidad o la apertura del mercado boliviano a la libre importación de los países andinos buscan captar divisas y beneficios para las necesidades nacionales, pero si las divisas son desviadas a paraísos fiscales, se rompe el beneficio mutuo y la economía nacional se desequilibra.

El neoliberalismo impuso los joint ventures para movilizar los recursos mineros con la inyección de capital y tecnología, así los contratos partían del principio de 50/50. En la práctica, lo primero que hacía el socio era recuperar su capital, en desmedro de las utilidades; si retira su aporte, simplemente no hay sociedad, la empresa sigue funcionando con los réditos del recurso minero. Por otro lado, la pérdida de la dirección y control del proceso productivo da como resultado gastos inflados de los costos, bajando el rendimiento en contra del Estado; la soberanía no puede reducirse a una auditoría. El rezago tecnológico del país pretende ser superado por esta vía, en efecto, el conocimiento y el manejo de nuevas tecnologías ayudarán al sector y en general redundarán en los procesos productivos nacionales, siempre y cuando ésta sea abierta y de libre utilización; si es cerrada, el resultado derivará en una mayor frustración.

Los resultados de ese periodo fueron funestos para el país, a tal grado que el pueblo boliviano estableció -vía nueva constitución- un modelo económico en el que el Estado es el director de la economía y las empresas estatales son el puntal del desarrollo estratégico. Sin embargo, esta lección histórica no tuvo su correlato en la práctica: la receta no es mala, sino los actores son inconsecuentes con lo pregonado; esta tendencia hoy se explaya al proponernos los contratos del litio.

Así de pronto se convierte a Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), que, como empresa estratégica, es responsable de la exploración, producción e industrialización del litio, en promotora de contratos al margen de su actividad productiva. Así medrará de un contrato de servicio de operaciones por 20 años después de haber pagado el 90% de la inversión inicial: bajo la figura de comprador preferente, estamos obligados a vender a nuestro socio el carbonato de litio por este período, postergando la posibilidad de industrializarlo.

Hasta el 2019 YLB avanzó con un derrotero claro, a pesar de las dificultades y errores; con el golpe aciago se lo paralizó, descuidando el mantenimiento de las piscinas construidas y pretendiendo anular el contrato para la planta de carbonato de litio; si bien este gobierno recibió la planta con la certificación de funcionamiento pleno, nunca se preocupó de la reconstrucción de las piscinas y hoy existen dos plantas, de cloruro de potasio y carbonato de litio, con un costo de $US 303 millones y una capacidad productiva de 15.000 TM de carbonato de litio y 350.000 TM de cloruro de potasio paralizadas, lo propio ocurre con la planta piloto de fabricación de baterías en La Palca, Potosí. Nos piden alternativas, ahí está: es un proyecto que ha superado las trancas de la burocracia de UDAPE, CONAPES y del mismo gabinete (2011), cuyos miembros nos sentimos obligados a rendir cuentas de nuestras acciones.

José Pimentel Castillo fue dirigente sindical minero.

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Sheinbaum, la cabeza fría

Sheinbaum no le permitió a Trump mezclar los problemas: una cosa es el narcotráfico, otra la migración y otra la economía

Javier Bustillos Zamorano

/ 17 de febrero de 2025 / 06:01

El domingo 2 de febrero los mexicanos se fueron a dormir tristes, preocupados y con la resignación de que al día siguiente entraría en vigor un 25 por ciento de aranceles en contra de su economía, que un agresivo Donald Trump les había asestado. Pero oh sorpresa, bastó una llamada telefónica de la presidenta de México al magnate para no sólo frenar la amenaza y los insultos, sino poner al descubierto los puntos flacos por donde se puede contraatacar al mandatario estadounidense.

Lea: ¡Un busto para Coco Manto!

Sorprendidos todos, incluidos los integrantes de su gabinete, preguntamos casi al unísono ¿qué pasó? ¿Cómo fue que logró eso? La respuesta de Claudia Sheinbaum en su conferencia de las mañanas fue simple: ante cualquier amenaza o agresión se debe tener la cabeza fría, helada, aunque el corazón se esté incendiando. Con esa cabeza fría habló ese lunes con el siempre caliente Donald Trump, y de a poco, con argumentos sólidos, lo fue enfriando, frío, frío, hasta lograr que Trump le preguntara, casi amable: ¿bueno, y cuánto tiempo quiere suspender los aranceles? Sheimbaum se dio el lujo de bromear: pues para siempre señor presidente. Después de la risa, ella misma puso el plazo: un mes, pasado ese tiempo volverían a hablar.

Donald Trump está acostumbrado a imponerse, en el fondo sigue siendo ese comerciante que primero amenaza e intimida y luego, debilitado su oponente, negocia y obtiene siempre una ventaja. Es su estrategia y la publicita en los libros que escribió. Así, sin ningún decoro diplomático, acusó al gobierno mexicano de ser cómplice del narcotráfico, alentar la migración y abusar económicamente de su país con un déficit comercial; por eso el castigo arancelario.

Científica, acostumbrada a formular conclusiones basadas en la evidencia, Sheinbaum no le permitió a Trump mezclar los problemas: una cosa es el narcotráfico, otra la migración y otra la economía; vamos por partes. Del narcotráfico, le hizo comprender que es un problema no sólo de México, sino bilateral, pues en Estados Unidos es donde hay más consumo y demanda de drogas; donde hay un problema de salud desatendido con 107.888 muertos al año por sobredosis de fentanilo, que no empezó ayer, sino en los 90 cuando la farmacéutica Purdue Pharma inundó ese territorio con el analgésico OxyContin, sabiendo que su principal ingrediente era altamente adictivo; todo en complicidad con las autoridades del ramo.

¿Por qué los cárteles mexicanos son tan letales? Porque Estados Unidos les proporciona las armas ¿Qué hace un lanzacohetes del ejército estadounidense en manos de los narcos? ¿Cómo es que llegan de allá 200 mil armas de alto calibre al año? ¿Quién distribuye las drogas en Estados Unidos? ¿No hay cárteles allá?

De los aranceles, Sheinbaum le documentó que México es el primer socio comercial de Estados Unidos, por encima de China y otros países, y que los más perjudicados serían los consumidores estadounidenses ¿Y el déficit que Estados Unidos tiene con México? le preguntó Trump y Sheimbaum le respondió: pues esas cosas ocurren cuando uno es socio comercial de otro, normal del movimiento económico donde se gana y se pierde.

Así, la mexicana fue desmoronando uno a uno los embates de Trump y se comprometió a enviar 10 mil soldados a su frontera para controlar la migración y conformar grupos bilaterales para atender cada uno de los puntos en conflicto. No obstante ese acuerdo, el siguiente lunes Trump volvió a decretar aranceles, ahora del 25 por ciento al acero, proveniente de cualquier lugar del mundo, los más perjudicados Canadá, Brasil y México que le vende a Estados Unidos el 80 por ciento de su producción. Con la cabeza fría, Sheimbaum recomendó esperar al 12 de marzo, día en que entraría en vigor la nueva amenaza, pero ya envió a su equipo negociador, cargado de argumentos, para que apague ese nuevo fuego. De todos modos, dijo, su gobierno no sólo tiene un plan B, sino un C y hasta un D por si no resultara.

David contra Goliat, dicen de esta batalla, pero prefiero compararla con el estilo de un famoso boxeador mexicano, Julio César Chávez, que en sus peleas nunca perdía el control, aunque sus rivales fueran más fuertes y agresivos. No respondía con la misma violencia, pero golpeaba en zonas específicas, ganchos al hígado y al estómago, rápidos y repetidos. Golpea al cuerpo que la cabeza caerá sola, decía.

(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista

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Sufragio universal

Farit Rojas

/ 17 de febrero de 2025 / 06:00

El reconocimiento del sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, es una de las conquistas más valiosas de la democracia moderna, liberal y pluralista. Se lo caracteriza como libre en tanto es la expresión de la libertad de elección, condición sin la cual no habría propiamente elección; se lo caracteriza como igual en tanto no debe ser diferenciado en razón de propiedad, ingresos, capacidad impositiva, educación, religión, raza, sexo u orientación política; se lo caracteriza como directo en razón de que es el elector mismo el que determina su voto para el candidato motivo de la votación, es decir no existe una mediación entre la voluntad expresada en el voto y el resultado del mismo; y finalmente se lo caracteriza como secreto como una garantía de que el voto sea una expresión de la libertad de la persona sin la presión o la mediación coactiva de terceros. Actualmente existen pocas limitaciones al sufragio universal por razones de edad y extranjería.

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En Bolivia el sufragio universal fue reconocido mediante el decreto-ley Nᵒ 2138 de 21 de julio de 1952. El artículo 1 de referido decreto señala: “tendrán derecho al voto para la formación de los poderes públicos todos los bolivianos, hombres y mujeres, mayores de veintiún años de edad, siendo solteros o de dieciocho siendo casados, cualquiera que sea su grado de instrucción, ocupación o renta”. Las primeras elecciones con sufragio universal se desarrollaron en 1956.

La constitucionalización del sufragio universal se llevó a cabo con la reforma constitucional de 1961 que amplió el estatus de ciudadanía a todos los bolivianos mayores de 21 años, cualquiera sea su grado de instrucción, ocupación o renta, asimismo determinó que la ciudadanía consiste en concurrir como elector o elegido a la formación o el ejercicio de los poderes públicos. Sin embargo, un curioso cambio sucede en la reforma constitucional de 1967, en la que se introduce en el artículo 221 que “son elegibles los ciudadanos que sepan leer y escribir y reúnan los requisitos establecidos por la Constitución y la ley”. Para muchos se trató de un retroceso que fue enmendado en la reforma constitucional de 1994, la misma que señala, también en su artículo 221, que “son elegibles los ciudadanos que reúnan los requisitos establecidos por la Constitución y la ley”. Esta modificación se mantiene en la reforma constitucional de 2004 y la Constitución Política del Estado de 2009, actualmente vigente, que amplía al máximo el estatus de ciudadanía al disponer, en su artículo 144, que “son ciudadanas y ciudadanos todas las bolivianas y todos los bolivianos, y ejercerán su ciudadanía a partir de los 18 años de edad, cualesquiera sean sus niveles de instrucción, ocupación o renta. La ciudadanía consiste: 1. En concurrir como elector o elegible a la formación y al ejercicio de funciones en los órganos del poder público, y 2. En el derecho a ejercer funciones públicas sin otro requisito que la idoneidad, salvo las excepciones establecidas en la Ley”. La Constitución vigente otorga la ciudadanía a todo boliviano y boliviana, pero condiciona su ejercicio a los 18 años cumplidos. El ejercicio de la ciudadanía supone el ejercicio de derechos políticos, que como lo expresa el artículo 26, supone “el derecho a participar libremente en la formación, ejercicio y control del poder político, directamente o por medio de sus representantes, y de manera individual o colectiva”.

(*) Farit Rojas es docente investigador de la UMSA

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