¿Refundación del IPSP?

Yuri Torrez
A fines de marzo, el ala evista convocó a un congreso para refundar el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos; o sea, el IPSP, que acompañó a la sigla del Movimiento Al Socialismo (MAS), es decir, el MAS-IPSP. Ésa es la inscripción oficial de esta estructura partidaria con la cual participó y, sobre todo, ganó, desde el año 2005, los diferentes comicios electorales.
La pérdida institucional de la sigla del MAS por parte de los allegados al expresidente de Bolivia Evo Morales supuso, entre otras cosas, pensar, una vez más, en la significación real del IPSP, incluso en sus mismas entrañas. El IPSP fue el brazo político de las organizaciones campesinas, sobre todo, de los sindicatos de los productores de hoja de coca que, luego, articuló a otras organizaciones campesinas, indígenas y urbanas; conjuntamente con las organizaciones sindicales y vecinales urbanas configuraron, en términos gramscianos, lo que se conoce el “bloque nacional-popular”.
El IPSP sirvió para encauzar esa energía movilizadora en el curso de la primera década del siglo XXI hasta llegar al gobierno. Posteriormente, el MAS-IPSP hizo la tarea de transformar el Estado boliviano, sobre todo, para viabilizar la denominada Agenda de Octubre emergente de ese ciclo de protestas. La nacionalización de los hidrocarburos y la Asamblea Constituyente fueron claves para ese proceso de transformación. No obstante, la rutinización del poder y, sobre todo, su burocratización hizo que esa energía transformadora se vaya agotando inexorablemente. Si bien la constitucionalización del Estado Plurinacional fue un salto cualitativo significativo, empero, paulatinamente, inclusive este logro se fue estancando gracias a la inercia gubernamental.
En la gestión gubernamental, la incidencia del IPSP se opacó inexorablemente, a pesar de que en la discursividad estatal se esgrimía que el MAS-IPSP era un “gobierno de los movimientos sociales” o que el exmandatario se reunía, inclusive desde la madrugada, con los dirigentes de las distintas organizaciones sociales; en los hechos se le usaba instrumentalmente al IPSP, por ejemplo, para buscar la legitimidad “desde las bases” para la reelección presidencial del exmandatario al infinitum.
Quizás, el momento de la pretensión reeleccionista de Morales fue un momento de la subordinación del IPSP a intereses grupales o personales, a costa del proyecto nacional-popular que encarnaba el propio IPSP. Luego se vino la derrota reeleccionista en el referéndum constitucional, pero, los evistas persistieron en buscar recovecos para una nueva postulación presidencial del exmandatario que abonó las condiciones para que la oposición encuentre una senda para interpelar al MAS-IPSP, que, incluso desembocó en un golpe de Estado.
A pesar de la gravedad de los hechos, al interior del MAS-IPSP se develó la ausencia de un horizonte estratégico. En aquel momento se exigía una reforma intelectual y moral, pero, tampoco existió y, opuestamente, se enfrascaron en un fratricidio interno que hoy pone a la deriva a este movimiento político.
Más allá de buscar chivos expiatorios a la crisis del MAS, es fundamental, en este próximo congreso de los evistas para refundar al IPSP, exista la suficiente honestidad intelectual y política sobre las razones que llevaron al MAS-IPSP a una ruptura interna. Quizás, el apetito por el poder desmedido rezagó esa energía trasformadora de la movilización del bloque nacional-popular. No se debe olvidar, el MAS-IPSP se legitima en esa representación y no en la égida de ningún liderazgo: si no lo hace, su base se desarma.