Espartaco en Fausto Reinaga

Carlos Macusaya
Fausto Reinaga (1906-1994), famoso por sus obras referidas al indio, suele “moverse” en los extremos del rechazo y la admiración. Sobre sus ideas circulan opiniones que lo decalcifican o lo exaltan. Esto, muchas veces, impide que se haga un balance serio acerca de las distintas facetas de su trabajo. Por ejemplo, se suele dejar de lado cómo influyó entre activistas e intelectuales “indios” en la forma de pensar las rebeliones de 1780 y 1781. A este respecto, vale la pena tener en cuenta la manera en que Espartaco aparece en la obra del escritor potosino.
Espartaco, conocido por dirigir una rebelión de esclavos en la antigua Roma, es mencionado en varias oportunidades a lo largo de la producción de Reinaga, principalmente para hacer comparaciones con la situación de los indios y con las rebeliones anticoloniales. Es decir, cuando Reinaga trata de dimensionar las condiciones de vida de los “naturales” y sus luchas, en ciertas ocasiones, lo hace tomando como “parámetro”, sin entrar en detalles, la esclavitud y la rebelión de quienes vivían esa condición en Roma.
En su primer libro, Mitayos y yanaconas (1940), dice que Tupaj Katari y Bartolina Sisa “se yerguen, a la cabeza de 15.000 indios, en actitud semejante a la revolución esclavista de Espartaco”. En La ‘intelligentsia’ del cholaje boliviano (1967) afirma que “el indio que hizo con Tupaj Amaru una epopeya libertaria tan grande como la de Espartaco”.
En La revolución india (1970), en específico, en el capítulo III (Epopeya india), tras exponer su versión sobre las luchas anticoloniales de 1780 y 1781, indica que “el indio del siglo XIX y de nuestro siglo es semejante al esclavo romano que se levantó con Espartaco”. Seguidamente, cita algunas líneas de Howard Fast expresadas en su novela histórica Espartaco (1951), entre las que se puede leer: “La historia fue escrita por uno que era dueño de esclavos y los temía y los odiaba”. Claro, Reinaga se veía a sí mismo como el escritor de la historia de los temidos y odiados indios.
Lo más llamativo en Reinaga sobre el “uso” que hace de Espartaco tiene que ver precisamente con la novela de Howard Fast, que es, dicho sea de paso, la única fuente que cita al respecto y esto lo hace en La revolución india. En concreto, toma la sexta edición de dicha novela, publicada por Eneas en Buenos Aires el año de 1959 y la cita que hace se refiere, como se mostró, a los esclavos y a quienes escriben la historia.
Empero, lo que merece ser resaltado es que en la narración de Fast sobre Espartaco, este último aparece como quien habría dicho la famosa frase “volveré y seré millones”, que, posteriormente, Fausto Reinaga se la adjudicará a Tupaj Katari en su libro Tesis india (1971): “La ciudad antiindia de La Paz, capital de Bolivia, soporta hoy un cerco indio, que es como un cinturón de acero. Tupaj Katari esta vez, no ha de perder la batalla. Su palabra: ‘volveré y seré millones’, se cumple”. Reinaga afirma esto sin mencionar el libro de Fast.
Para Reinaga, el indio en la colonia vivía como esclavo y su rebelión era equiparable a la de Espartaco. Además, en su perspectiva indianista, la lucha anticolonial no había terminado y eran los indios del presente quienes debían concluirla. Es en ese marco que le atribuye a Katari la frese “volveré y seré millones”. Posiblemente, la muy difundida creencia en que dicha frase fue una especie de sentencia lanzada por Katari antes de ser ejecutado tenga su origen no en la “memoria larga” ni en la trasmisión oral de generación en generación, sino en la Tesis india de Reinaga.