Mercadería ilegal cuesta 5% menos
La Razón constató que muchos compradores prefieren adquirir productos en los negocios de la Eloy Salmón y la Uyustus, aunque no reciban factura ni garantía
Aunque amas de casa, padres de familia y pequeños comerciantes consideran que comprar mercadería informal en centros de abasto populares es más barato, la Aduana, la Cámara de Despachantes y los importadoras formales aseguran que la diferencia de costos entre el comercio legal e ilegal es de 3% a 5%.
«El pensar que comprar un producto en el mercado informal implica ahorrar no es más que una cultura que se mantiene bien arraigada en Bolivia y en los otros países de la región, pero en resumidas cuentas la diferencia es mínima, sólo de algunos bolivianos», dijo el secretario ejecutivo de la Cámara Nacional de Despachantes de Aduanas, Carlos Andia.
Por ejemplo, en la importadora Rosvania un refrigerador marca Daewoo de 13 pies tiene un costo de 2.480 bolivianos con su respectiva factura y garantía técnica; en cambio, en una tienda informal de la zona Eloy Salmón en la ciudad de La Paz, este mismo refrigerador se lo vende en 2.390 bolivianos pero sin factura.
La Razón realizó un recorrido el pasado miércoles por los sectores de la Eloy Salmón y Uyustus y constató que decenas de familias compraban productos en su mayoría de las tiendas que comercializan mercadería de contrabando. «Es que estamos aprovechando porque parece que va a subir más para fin de año y eso nos preocupa», dijo María de Solares.
Al consultar a tres compradores sobre el motivo por el que prefieren estas tiendas, coincidieron en responder que «porque es más barato».
«Todo sube menos nuestros sueldos, así que preferimos buscar algo más barato y al alcance de nuestros bolsillos», manifestó Mario Chipana, conductor asalariado.
Sin embargo, en las importadoras legales Dismac y Rosvania, ubicadas en la calle Eloy Salmón, también había clientes que preferían comprar un producto con factura, instalación gratuita y una garantía técnica.
«Tengo que hacer descargos con facturas, así que a mí me conviene comprar en estas tiendas y lo hago con la seguridad de que el equipo que compro no va a tener desperfectos», indicó por su parte Rafael Cosío.
Para la presidenta de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), Marlene Ardaya, el costo de gran parte de productos que ingresan al país por contrabando es apenas entre 2% y 3%, menor al de la mercadería legal. «Y si hablamos de productos como champú, o medicamentos puede haber incluso sólo un boliviano de diferencia».
Para uno de los comercializadores de una de las importadoras legales que operan en el sector de la Eloy Salmón, si bien el precio de la mercadería de contrabando es menor, «tenemos bastantes clientes que prefieren comprar nuestros productos que quizás sean unos 20 o hasta 100 bolivianos más, pero con garantía de una factura y no corren riesgo que el producto sea falso o tenga desperfectos».
«Es un proceso largo, pero la gente entenderá que le conviene más comprar productos garantizados y legales», finalizó por su parte Andia.
Incremento de precios
Desde el anuncio de la modificación de la Ley de Aduanas, los compradores aseguraron que los precios de los productos de contrabando en los mercados populares se incrementaron entre un 10 y un 30 por ciento.
El comercio ilegal no garantiza el producto
El comprar mercadería que ingresa al país por contrabando tiene más desventajas que beneficios. Uno de los riesgos es que el usuario no recibe factura ni la garantía necesaria en caso de que haya desperfectos en el equipo que se adquiere.
«La mercadería legal se ajusta a normas y procedimientos que garantizan su calidad, marca de origen, requisitos de inocuidad, adecuada conservación (en el caso de los alimentos) y garantía de fábrica. Además, se recibe una factura que sirve para descontar impuestos», manifestó el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Daniel Sánchez.
Los importadores legales aseguraron que los comercios informales no cuentan con un equipo técnico adecuado para el mantenimiento de sus productos; en cambio, las tiendas legalmente establecidas tienen incluso sus propios talleres los cuales están garantizados por los mismos fabricantes.