La industria avícola en el país mueve millones por donde se le mire. El consumo crece, la cantidad de carne de las aves aumenta y las exportaciones también mejoran.
Se prevé que este año cada boliviano consuma 31 kilos de carne frente a los 30 kilos per cápita de 2010, casi el doble de lo que se comía el 2000 cuando se registraba 16 kilos per cápita al año.
Además, el Sistema de Información de la Producción y Precios en los Mercados (Sispam), dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, revela que la demanda anual de la carne de esta ave llegará a las 319.808 toneladas métricas (unas 876 toneladas cada día).
En cuanto a la industria avícola nacional los números también son positivos. En 2010 registró un incremento del 17 por ciento más que los sectores tradicionales como la construcción y la minería.
Las exportaciones también aumentarán, aunque el Sispam de una forma mínima. El 2010 se vendieron al exterior 1.500 toneladas y este año se prevé que sean 1.650.
Debido a la importancia de esta carne en la dieta de la población, la consigna del Gobierno es mantener a toda costa el equilibrio entre oferta y demanda con el fin de no dejar caer el precio del pollo en puesto mayorista por debajo de los 11 bolivianos el kilo ni dejarlo subir más allá de 14, señaló a La Razón el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez.
El mercado local está cubierto por las granjas nacionales y de éstas dos son las que predominan el mercado. Seis de cada 10 pollos que se producen en el país provienen de las grandes empresa Sofía e Imba que produjeron en 2010 un total de 196.266 toneladas métricas de pollo, lo que equivale al 64 por ciento de la producción total (304.194 toneladas).
La cadena productiva, radicada principalmente en Cochabamba y Santa Cruz, contempla una serie de fases y actores que se reflejan en trabajo y movimiento económico.
Lea más información sobre el tema este martes, en el reportaje especial de xx páginas que preparó La Razón sobre la industria avícola en el país, el consumo de la carne de pollo, el mito de las hormonas a estas aves, entre otros temas.