Por el PGE, el Gobierno enfrenta críticas por propuesta de deuda externa y tasas de interés de 30%
El economista Alberto Bonadona cuestionó la viabilidad de esta medida, calificándola de “descontrol fiscal” y destacando los riesgos asociados con un endeudamiento agresivo en el marco de una economía en crisis.
En el marco de la presentación del Presupuesto General del Estado (PGE) 2025, el manejo de la deuda pública y la emisión de bonos soberanos con una posible tasa de interés del 30%, que pone en duda su sostenibilidad, ha generado intensos debates entre economistas y políticos.
El economista Alberto Bonadona cuestionó la viabilidad de esta medida, calificándola de “descontrol fiscal” y destacando los riesgos asociados con un endeudamiento agresivo en el marco de una economía en crisis.
Durante una participación en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, Bonadona aseguró que, aunque la deuda como herramienta no es negativa, el problema radica en la falta de planificación clara y en los elevados costos que podría implicar.
“Una tasa de interés del 30% es un precio demasiado alto para un país con las actuales condiciones de riesgo país. Esto encarece cualquier emisión de bonos soberanos y pone en duda su sostenibilidad”, explicó.
En la transmisión, Bonadona y Omar Velasco discutieron la posibilidad de que Bolivia deba emitir bonos soberanos con tasas de interés elevadas, potencialmente alrededor del 30%. Este porcentaje resulta de sumar la tasa libre de riesgo de los bonos del Tesoro de Estados Unidos (aproximadamente 5%) y el riesgo país de Bolivia, que se traduce en un 19%, más una prima adicional que los inversionistas exigirían, estimada en un 6%.
Esta combinación llevaría la tasa total al 30%, reflejando la percepción de alto riesgo asociado a la economía boliviana en los mercados internacionales.
Velasco argumentó que, aunque la tasa resultante de esta suma sería del 24% sin tomar en cuenta la prima; no obstante, es probable que los inversionistas demanden una prima adicional.
Por otro lado, Velasco y Daniel Flores coincidieron en que endeudarse puede ser necesario, pero debe hacerse de forma estratégica. Velasco sugirió explorar alternativas financieras como bonos colateralizados o temáticos para reducir los costos de interés, mientras que Flores señaló la necesidad de un plan económico integral.
“El endeudamiento debe alinearse con objetivos claros que estabilicen la economía. Sin estas medidas, la factura recaerá en la próxima administración y en la población”, afirmó Flores.
Bonadona advirtió además sobre el impacto de la inflación en la deuda interna, señalando que esta estrategia podría “licuar la deuda”, es decir, reducir su valor real a través de la depreciación del poder adquisitivo, y afectar, principalmente, a jubilados y ahorristas.
Una de las críticas más fuertes giró alrededor del uso de los activos nacionales, como las 22 toneladas de oro en reservas del Banco Central de Bolivia (BCB), que podrían ser empeñadas como garantía para obtener financiamiento.
“Este tipo de medidas compromete los pocos activos que quedan en el país y limita las opciones de recuperación económica a futuro”, advirtió Flores.
Con una economía marcada por un alto déficit fiscal, baja confianza internacional y crecientes riesgos de endeudamiento, la discusión sobre cómo manejar la deuda pública será clave para el futuro económico del país.
Lea: El PGE 2025 destina Bs 6.194 millones a bonos sociales y prioriza equidad