Icono del sitio La Razón

La reforma de la Caja debe encarar 4 ‘fallas de origen’

Una posible reestructuración de la Caja Nacional de Salud deberá enfrentar al menos cuatro  problemas estructurales: el abultado número de administrativos, el elevado gasto corriente, la baja cantidad de cotizantes y los grupos de poder sindicales.

Desde diferente perspectiva, la ministra de Salud, Nila Heredia, y el ex ministro del ramo Guillermo Cuentas coinciden en que es imperativa la reestructuración a fondo de la Caja, su «refundación»; cualquier otro cambio de forma, de gerente o de algunos administrativos, a esta altura de la crisis, resulta insuficiente, coinciden.

Según el Anuario Bioestadístico 2009 (aún no existe el que corresponde al 2010), elaborado por el Instituto Nacional de Seguros de Salud (Inases), en la Caja de Salud hay un médico (en realidad 0,8) por cada mil afiliados.

Sumando los médicos, enfermeras y el personal técnico de la Caja, el ex ministro Cuentas destaca que hay hasta 3,5 profesionales de la salud por cada mil asegurados. Pero, y he aquí lo crítico: por estos mismos mil afiliados existen hasta 3,4 administrativos. «Esto es irracional», señala cuentas, pues para una entidad abocada a la atención de la salud, no puede haber un número similar de administrativos y médicos; esta es una de las causas que inviabiliza a la Caja, añade.

Para el 2009 (el último año registrado por el Inases) el personal de la Caja alcanzaba a un total de 11.833 funcionarios, para una población de 2.536.031 asegurados.

Otro problema estructural de la Caja, destaca Cuentas, es el elevado gasto administrativo, especialmente en salarios, que tiene la entidad en relación a los recursos que debe emplear en necesarias inversiones en equipos, infraestructura y medicamentos.

Cuando la norma boliviana e internacional recomienda que para instituciones de salud, como la Caja, este gasto debe estar máximo en un 25%, en la CNS está por encima del 50 por ciento, detalla el ex ministro Cuentas.

La ministra Heredia, por su parte, ratifica que en la actualidad persiste este elevado porcentaje destinado al pago de sueldos, quedando muy poco para el funcionamiento mismo de la Caja. 

«(La Caja) es una institución que indudablemente tiene que tener recursos humanos, que cuestan; pero al mismo tiempo debe tener holgura para construcciones, inversiones, medicamentos».

El primer efecto de la poca inversión de la Caja, sostiene la ministra Heredia, es la excesiva lentitud de los emprendimientos que lleva adelante, «lo que debe construirse en dos años se construye en cuatro, cinco, seis años».

Ministra Nila Heredia
«Al asegurado no le interesa cómo manejan su plata, sino que le atiendan bien, y ocurre que esto le está llegando mal. Vemos que hay problemas en lo administrativo y en lo técnico médico».

Ex ministro cuentas
«Cambiar el modelo de gestión. Se necesita un cambio total, no importa el nombre (reingeniería, reestructuración), del modelo de gestión del sistema de seguro a corto plazo, de la Caja Nacional de Salud».

Corporativismo sindical
Si hay algo en que coinciden plenamente la actual ministra de Salud, Nila Heredia, y el ex ministro Guillermo Cuentas  es que una traba estructural de la Caja es el «corporativismo de sus trabajadores»  (Cuentas), o los «grupos de poder» incrustados al interior del sector laboral de la institución (Heredia).

«(Cuando) los trabajadores de la seguridad social salen con el discurso de que nos quieren quitar nuestro seguro, en realidad, lo que están haciendo es proteger  su espacio de poder y de trabajo. No todos son así, pero hay grupos de poder muy enraizados, muy fuertes y eso genera malestar en todos los niveles», señala Heredia.

Para los empleados de la Caja, hoy su protesta es contra la Ley Financial, que, según el dirigente Miguel Flores, «confisca los recursos de los trabajadores».

Baja cantidad de cotizantes
La Caja Nacional de Salud, según el Anuario Bioestadístico 2009 del Inases, tiene un total de 2.536.031 asegurados, de los que cotizan  sólo 540.980, el 21,3 por ciento; el resto son los beneficiarios, cónyuges e hijos.

Para el ex ministro de Salud Guillermo Cuentas, éste es un problema estructural, toda vez que según la recomendación técnica, este porcentaje debería estar entre el 30 y el 35 por ciento, a fin de hacer sostenible a la institución. «La carga de beneficiarios es muy alta», indica.

El Anuario del Inases lo ratifica: de 10 cajas que registra, la CNS tiene el menor porcentaje de cotizantes: 21,3%; cuando el Seguro Social Universitario, por ejemplo, llega al 77,1%; la Caja de Salud de la Banca Privada ronda el 42,9%; y la Caja Petrolera de Salud, alcanza el 38% de aportantes.