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Armando Méndez Morales

El proceso de bolivianización ha avanzado de gran manera, principalmente, por el impulso de la apreciación cambiaria de la moneda nacional.

La caída del dólar ha desincentivado a la población a tener valores en esa moneda y por eso la banca ha comenzado a operar en bolivianos, con lo cual se ha ganado muchísimo; sin embargo, eso ya no es lo fundamental. Hay que dejar que el proceso de bolivianización avance de forma más natural y no darle mucha importancia de ahora en adelante. Lo más aconsejable es dejar a la gente y a las entidades del sistema financiero decidir en qué moneda quieren trabajar porque toda medida económica tiene sus costos.

Para seguir impulsando la bolivianización, el Banco Central de Boliva (BCB) tendría que tomar decisiones que afecten al sistema financiero, como el establecimiento de un mayor encaje legal en moneda extranjera; esto haría incurrir a las entidades del sistema a incrementar sus costos por la tenencia de dólares y reducir las tasas de interés de la gente que tiene depósitos en dólares, y eso ya no es importante en una economía bimonetaria como la boliviana, donde el uso del dólar no va a desaparecer.

Además, si hablamos de la moneda como refugio de valor — a excepción del yen— todas las monedas de las economías de otros países están en crisis y hay que adaptarse a esa situación. Lo importante para cualquier país es tener una canasta diversa de monedas que se verán expresadas en sus Reservas Internacionales Netas. Eso es lo que harán las demás economías y Bolivia debería hacer lo mismo.