La Bolsa de Nueva York cayó, entre indicadores inquietantes en Estados Unidos y el impacto de crisis de la deuda sobre el sector financiero europeo: el Dow Jones perdió 3,68% y el Nasdaq 5,22%. «Vuelve la ola de pánico en los mercados», explicó Ian O’Sullivan, analista de la firma británica Spread Co.
En Europa, la Bolsa de Milán fue la que más perdió ayer: 6,15%, seguida por la de Fráncfort, que cedió 5,82%, su mayor caída desde noviembre del 2008. París perdió 5,48%, Madrid 4,70% y Londres 4,49%. El coletazo se sintió también en América Latina. Sao Paulo cerró en -3,52%, Santiago en -1,89%, México en -2,36%, Lima en -2,32% y Buenos Aires perdió 4,11%.
Ante el desplome generalizado, e impulsado por su condición de valor refugio, el oro superó por primera vez el jueves los $us 1.825 dólares, tras alcanzar a media tarde un récord histórico de $us 1.828,80 en el mercado al contado.
Los valores bancarios de EEUU fueron los más afectados tras la publicación en el Wall Street Journal de que a la Reserva Federal (Fed) le preocupa la capacidad de las filiales norteamericanas de bancos europeos de tener liquidez en caso de que sus casas matrices se vean forzadas a repatriar capitales.
Nervios. Los mercados, que temen una nueva recesión económica mundial, siguen indiferentes a las medidas anunciadas el miércoles por Francia y Alemania, un día después de la cumbre Nicolas Sarkozy-Angela Merkel sobre la crisis de la deuda europea destinada a tranquilizarlos.
Confirmando esos temores, los analistas de Morgan Stanley revisaron a la baja su previsión de crecimiento mundial para el 2011 (3,9% contra 4,2% antes) y 2012 (3,8% contra 4,5%), y especialmente la de la zona euro, a 1,7% este año y 0,5% el próximo.
«Nuestras previsiones muestran que Estados Unidos y la Eurozona rondan peligrosamente la recesión», estimaron los especialistas. Pero, el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, dijo ayer en Oslo que no hay «ninguna nueva recesión» a la vista en la Eurozona.
Los datos económicos de EEUU tampoco ayudaron a calmar el nerviosismo de los inversores, especialmente el índice de actividad industrial en la región de Filadelfia. Éste cayó casi 34 puntos con respecto a julio, para establecerse en -30,7, su mínimo desde marzo del 2009, cuando el país se hallaba aún en recesión.