Icono del sitio La Razón

HAY TENSIÓN Y EL DIÁLOGO NO LLEGA A SAN IGNACIO DE MOXOS

La quinta jornada de la caminata de protesta concluyó con una carta enviada por el Gobierno a los marchistas, en la que plantea «la instalación inmediata de una reunión de coordinación con sus representantes, para el encuentro con el Presidente (Evo Morales)».

La apertura al diálogo con la presencia del Jefe de Estado se produjo anoche, luego de que los indígenas movilizados rechazaran reunirse con una comisión de ministros que llegó a San Ignacio y que esperó durante toda la jornada a los movilizados.

Los indígenas habían enviado a la comisión una nota en la que anunciaban que dialogarán «sólo con el Presidente» y además hacían referencia a un pliego de 13 puntos. En la carta de respuesta, el Ejecutivo les solicita «hacernos conocer estos planteamientos de manera oficial, en un documento suscrito por sus representantes». Hasta la medianoche los marchistas no se habían pronunciado sobre la misiva.

Moxos. Los indígenas llegaron a San Ignacio a las 09.45, poco después de que arribara al lugar la comisión de ministros, encabezada por el titular de la Presidencia, Carlos Romero.

Según reportó el enviado de La Razón a esa zona, Jorge Quispe, la tensión se sintió desde ese momento. «Mientras los campesinos se instalaban cerca del surtidor a la salida de este municipio, un grupo de cívicos que apoya la carretera bloqueaba la tranca que conduce a San Borja», la próxima meta de los marchistas.

Informó que la mayoría de los comercios cerraron y que el mercado central comenzó a funcionar a medias. Mientras, a pocos metros de los nativos los ministros se reunían con dirigentes de varias comunidades que apoyan la carretera, como lo hacen la mayoría de los mojeños.

«Nosotros queremos la carretera y ellos (los marchistas) no, por eso nosotros pedimos la construcción del camino porque eso nos traerá mucho progreso», declaró al corresponsal una vendedora de comida en el mercado ignaciano.

Durante la jornada, un fuerte dispositivo de seguridad, reforzado con policías llegados de Trinidad, resguardó las oficinas de la Alcaldía y el banco Prodem en la plaza principal.

El ministro Romero, anoticiado del bloqueo contra los marchistas, pidió a los ignacianos suspender la medida. «Hagamos sentir nuestra hospitalidad…dejen pasar los alimentos», exhortó. Se refería a un envío que hicieron indígenas chimanes de San Borja para apoyar la marcha.

El mallku del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu, Rafael Quispe, declaró a la agencia de noticias Erbol que están dispuestos a enfrentarse. «Son del MAS los que están bloqueando y, si no se retiran el lunes, pues habrá no más enfrentamientos».

Este tipo de advertencias también se escucharon en Villa Tunari, al otro extremo del proyecto carretero, donde Morales se reunió con indígenas del Consejo Nacional del Sur. Éstos expresaron su apoyo al proyecto, aunque también pidieron al Presidente dialogar con los marchistas. Según informó la enviada de este medio, Angélica Melgarejo, durante el breve encuentro con los originarios, éstos no descartaron movilizarse en defensa de la carretera.

En La Paz, el canciller David Choquehuanca demandó a los indígenas no poner condiciones al diálogo.

García habló de derechos

El vicepresidente Álvaro García Linera declaró ayer que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos restituirá los derechos de miles de indígenas que viven en comunidades asentadas dentro y alrededor del TIPNIS.

Los mojeños respaldaron el proyecto carretero

«Señores ministros, nosotros queremos carretera». Así, con esa frase repetida en al menos diez ocasiones, dirigentes de organizaciones vivas de San Ignacio de Moxos le dijeron sí a la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

En instalaciones de la Escuela de Música de San Ignacio, los ministros de la Presidencia y de Obras Públicas, Carlos Romero y Wálter Delgadillo, respectivamente, escucharon atentamente a los vecinos ignacianos. «Hay organizaciones no gubernamentales que se oponen a este tan anhelado proyecto que todos los ignacianos tenemos, por eso nosotros vinimos aquí para que sepan que estamos con la carretera», dijo Adhemar Arias, dirigente campesino.

De igual forma, transportistas, maestros, Federación de Juntas Vecinales y otras organizaciones expresaron su respaldo a la carretera que los unirá con Cochabamba.

A su turno, Romero denunció que existen intereses políticos detrás de la marcha. «Están politizando, insuflando contradicciones entre el Gobierno y los indígenas. Éstos ya no son los tiempos del odio, de la discriminación y para eso hemos venido aquí», insistió Romero en medio de aplausos.

La comisión gubernamental oyó a los ignacianos y sus necesidades. Vecinos de San Lorenzo, El Retiro y San Antonio de El Pallar, entre otros, hicieron conocer su respaldo al proyecto carretero.

La marcha llegó y se quedará hasta el lunes

A las 09.45, tras cinco días de marcha, cientos de indígenas de tierras altas y bajas llegaron ayer a San Ignacio de Moxos, ante la mirada curiosa de los pobladores que, a diferencia de los marchistas, piden la construcción de la carretera que va a Villa Tunari.

Los marchistas iniciaron el lunes 15 su protesta en contra del segundo tramo entre Monte Grande e Isinuta, que atraviesa por el corazón del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

«Estamos un poco cansados, pero estamos con la moral intacta», dijo Alberto Ortiz, de los dirigentes de Riberalta, mientras recorría la plaza principal de San Ignacio junto a los otros indígenas. Insolados, algunos con callos y ampollas en los pies, la mayoría de ellos deshidratados, pero pese a ello con fuerza para pedir sus demandas, así llegaron los indígenas a San Ignacio.

«¡El TIPNIS no está en venta!», «Compañeros: ¡Que viva la marcha indígena!» y «¡Que viva nuestro territorio!», fueron algunas de las arengas con las que los indígenas llegaron, tras recorrer los últimos 10 kilómetros de esta primera etapa. La meta de la segunda está a 190 km, en San Borja, y la última, La Paz, a poco menos de 500 km.

Algunos vecinos mojeños invitaron agua a los marchistas, pero una mayoría sólo los miró. Luego se instalaron cerca del lugar donde se encontraba una comisión de ministros y anunciaron que se quedarán hasta el lunes.