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Indígenas del valle apoyan la vía y ponen condiciones

El corregidor de San Antonio, Emilio Vilche, explicó que «no estamos en contra del camino. Nosotros, los pueblos, queremos seguridad jurídica con una ley para preservar nuestro territorio y además impulsar por lo menos tres proyectos de producción para los pueblos indígenas».

La primera condición es que, para conocer las necesidades de la población, el Presidente visite las 18 comunidades indígenas que están asentadas en el departamento de Cochabamba y son parte del Conisur. La segunda, que se apruebe una ley que garantice que no existirá avasallamientos ni nuevos asentamientos a lo largo de la carretera y, finalmente, que se ejecuten tres proyectos de desarrollo productivo para esta región.

Entre ellos, mencionaron la construcción de una universidad o un instituto superior de formación y su  participación en la definición del tramo II de la vía, actualmente en debate.

El Primer Mandatario, después de escuchar a los representantes, aseguró que una vez construida la carretera se aprobará una ley para evitar nuevos asentamientos a lo largo de la vía. «Si el camino pasa por ahí, no va a haber ningún asentamiento, eso se va a garantizar con una ley», prometió.

«Quiero decirles que las consultas siempre serán hechas en los territorios indígenas y el territorio indígena TIPNIS siempre será respetado», agregó.

Al terminar la reunión, el Cacique Mayor, Gumercindo Pradel, señaló que el documento firmado ayer debe ser respetado. «Hermanos, no quiero escuchar mañana pasado que están en contra del camino, hemos firmado, tenemos que tener una posición firme, tenemos que ponernos como un solo hombre», dijo la autoridad local.

Entre las 18 comunidades que firmaron el documento están San José de Langostas, el Carmen, Ichoa y San Antonio, poblaciones que se encuentran en el primer tramo de la carretera y en parte del corazón del TIPNIS.

Documento de apoyo

-Apoyar la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por considerarla beneficiosa para las comunidades indígenas y población en general.
-Desalojar a los avasalladores de la línea de demarcación y solicitar al Gobierno una ley de desarrollo integral para los pueblos.
-Instar a la Subcentral, CIDOB y al Gobierno a realizar un diálogo sincero y abierto.

Gastroenteritis y conjuntivitis afectan a los marchistas

Al menos ocho de cada 10 marchistas llegaron ayer a San Ignacio de Moxos con ampollas en sus pies, conjuntivitis y cuadros de gastroenteritis, de acuerdo con el informe ofrecido por el médico Nelson Garay, de Solidaridad Médica Bolivia.

«El polvo afectó a los ojos de los marchistas, el caminar afectó a sus pies y debido a que muchos tomaron agua de los estanques, tienen gastroenteritis», añadió el galeno en instalaciones del Servicio Departamental de Caminos (Sedcam), donde descansaban ayer.

Otros marchistas eran hidratados y muchos recibían cuidados en los pies tras los cinco días de caminata desde la capital Trinidad. «Vamos a acompañarles hasta donde llegue la marcha», anunció el médico René Morales.

Mientras los indígenas reponían energías, el diputado y dirigente de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano  (CIDOB), Pedro Nuni, denunció el ataque a una de las camionetas que daba atención logística a la protesta.

«Nos han roto el parabrisas con una madera. Son algunos compañeros que no están de acuerdo con nuestra marcha, pero nosotros somos pacíficos y seguiremos adelante, pese a todo», reafirmó Nuni, dirigente indígena.

Los marchistas esperaban este viernes por la tarde las instrucciones de su comité principal antes de reanudar la caminata hasta San Borja, lo que ocurriría el lunes.