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Jindal condiciona firma de adenda a la provisión de gas

El ministro de Minería, Mario Virreira, declaró el miércoles que actualmente se están resolviendo algunos temas pendientes con el fin de que, al concluir las negociaciones para la provisión de gas entre YPFB y la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), “podamos ver una adenda que nos permita establecer nuevos plazos en la implementación del proyecto”.

Ayer, el gerente de Asuntos Legales de JSB, Jorge Gallardo, indicó que no se puede hablar de firmar adendas porque hasta el momento “no se ha definido la cantidad de gas que nos proveerá” YPFB, siendo que este recurso es uno de los elementos más importantes para producir acero.

“Es importante en este momento sentarnos a discutir con la gente del Gobierno, crear las condiciones para hacerlo y una vez que sepamos con certeza la disponibilidad y los plazos en que vamos a contar con el gas, entonces empezaremos con el trabajo de la configuración del proyecto inicial que establece una inversión de $us 2.100 millones”, sostuvo Gallardo.

Hugo Sosa, director de la ESM, declaró días atrás que Jindal solicitó 4,5 millones de metros cúbicos día (MMmcd) de gas para el proyecto siderúrgico. Luego se conoció que YPFB sólo le proveería 2,5 MMmcd, hecho que reduciría la inversión económica de la segunda fase del proyecto de $us 1.500 millones a $us 1.200 millones.

Al respecto, los ejecutivos de la empresa india afirmaron que no se puede hablar de montos de reducción porque la misma estará en función de la provisión de gas natural.
Gallardo aclaró que el fondo del problema no es financiero, si no la falta de gas. “La Jindal tiene la capacidad económica para invertir, el tema es que la inversión tiene que ser de acuerdo con la capacidad de la planta y ésta estará sujeta a la disponibilidad de gas”, ratificó el ejecutivo.

El director de JSB, Arvind Sharma, reiteró que la Jindal tiene toda la predisposición de quedarse en el país. “Tenemos un compromiso con el pueblo boliviano y que el proyecto siga adelante”, señaló el ejecutivo. Sharma indicó que con el propósito de quedarse en Bolivia, “hemos adquirido nuestras nuevas instalaciones valuadas en más de $us 1 millón”.

Por otra parte, Gallardo advirtió que “estamos contra el tiempo porque el proyecto tiene un retraso de tres años y necesitamos tener soluciones rápidas. Para ello, enviamos una carta a la ESM, haciendo conocer nuestros  requerimientos y que se pueda iniciar una pronta conversación con YPFB”.

“Tenemos que ver  algunos plazos, encontrar acuerdos para la provisión de gas, hacer las adendas correspondientes y la posterior aprobación por el Congreso Nacional, luego de eso se estaría empezando con la reformulación del proyecto”, sostuvo. El director de la ESM, Hugo Sosa, había señalado que la reducción en la inversión de los recursos económicos para el proyecto repercutirá de manera negativa en la producción de acero.

Confiados en un acuerdo

Esperanza

Gallardo dejó en claro que “si encontramos un acuerdo que sea satisfactorio para ambas partes, la Jindal sí se estaría quedando”, de lo contrario se adoptarían otras determinaciones. Lo positivo es que el diálogo está abierto, dijo.