Al finalizar sus cuatro años al mando de la delegación de la Unión Europea en Bolivia, el embajador Bell valora la salida pacífica de los conflictos de 2008. Explica que la modalidad de cooperación a través del apoyo presupuestario está dando resultados en Bolivia y estima que la crisis europea tendrá poco impacto en el país. Señala que es crucial el establecimiento de una nueva base legal para las inversiones en general. “La cuestión es tener estabilidad”, explica.

— Al concluir su gestión, ¿cuál es la evaluación de sus cuatro años en Bolivia?

— Yo llegué en 2008. Ha sido un periodo muy movido en la vida del país y también en lo que respecta a la relación con Europa. Tuve la oportunidad de ser observador del texto constitucional, antes del referéndum, y pudimos ver cómo de una situación muy difícil, de casi conflicto, se encontró la manera de salir pacíficamente de la polarización hacia la nueva Constitución. En cuanto a nuestras relaciones, se han fortalecido. La balanza comercial de Bolivia tiene un saldo positivo con la Unión Europea que es su cuarto socio comercial y en este periodo la cooperación bilateral ha comprometido $us 187 millones.
Veo que el periodo fue positivo, no voy a decir que no hubo problemas, pero estamos tratando de apoyar siempre a Bolivia sabiendo que el desarrollo del país es responsabilidad del Gobierno y del pueblo que lo elige. No intervenimos en temas políticos sino que ofrecemos apoyo.

— En cuanto a la relación política, cómo se encuentra. En una anterior entrevista Ud. mencionó que había un buen nivel de diálogo. ¿Cómo transcurrió y cómo ve hacia adelante la relación con Bolivia?

— Tenemos una forma de evitar malentendidos y lo que me ha sorprendido son, admito, los canales muy abiertos. Si queremos hablar con altas autoridades, con el Canciller o hasta con el Presidente, nos reciben. Así se puede evitar ciertas dificultades. No sé si es una cosa cultural de aquí, boliviana, pero hay apertura cultural, de espíritu, de poder discutir. Yo creo que nos consideran amigos y socios; a veces podemos ser críticos, es verdad, pero como tenemos esta relación de confianza, eso nos da ventaja de discutir francamente.

— Usted mencionaba que un  factor que condiciona la ayuda es la crisis europea. ¿Cómo está funcionando la modalidad de apoyo presupuestario y seguimiento a proyectos?

— Tenemos todavía un grupo importante de países europeos que siguen apoyando a Bolivia. A partir de 2013 estaremos planificando una nueva estrategia de cooperación. Con respecto a la crisis europea, estamos haciendo consultas para algún tipo de programación conjunta de la cooperación europea. Por el momento estamos alineándonos con las prioridades del Gobierno.

— ¿Este alineamiento tiene que ver con el seguimiento a políticas sectoriales?

— Sí. Nuestro mayor mecanismo de cooperación es el apoyo presupuestario. En eso nos ponemos de acuerdo con el Gobierno para apoyar una política sectorial. Hacemos desembolsos en función de los resultados y de indicadores acordados en el inicio del programa. Eso nos permite apoyar políticas gubernamentales que pensamos adecuadas.
Hemos hecho un compromiso grande para simplificar las cosas y pasamos gran responsabilidad a Bolivia para que administre los fondos. Bolivia decide cómo va a lograr los objetivos y en función al impacto de esos resultados es que nosotros desembolsamos cada año los tramos presupuestarios.

— En la previsión de la Unión Europea, ¿la crisis puede afectar a Bolivia?

— Hasta ahora Bolivia se muestra aislada de los efectos de la crisis, pero parece que está comenzando a afectar a socios de la región. Como Brasil es muy importante para las exportaciones bolivianas, tal vez podría haber un efecto secundario sobre Bolivia el próximo año. Tal vez mínimo, pero estoy seguro de que el ministerio está tomando previsiones.

— El Banco Mundial dice que respeta la nacionalización de empresas en Bolivia, que lo que importa es la gestión. ¿Cómo ve la Unión Europea los pasos que ha dado el Gobierno boliviano en ese sentido desde 2006?

— Yo añadiría un comentario al del Banco Mundial. Creemos que es una decisión soberana boliviana el nacionalizar empresas. En Europa hemos nacionalizado los bancos cuando comenzó la crisis. Pero se debe hacer según convenios y leyes establecidos, y con negociaciones para poder establecer justa compensación.
Otro punto es que tenemos empresas europeas bien establecidas en el sector hidrocarburos Total, Repsol… pero para futuras inversiones, es importante aclarar el ambiente legal del entorno del negocio. Por eso estamos esperando la Ley de Inversiones y el nuevo código minero. Esa legislación estabilizará el cuadro para las inversiones extranjeras.

— ¿Esa es la demanda?

— Es nuestra esperanza, que haya una definición de estas medidas y que sea favorable para la confianza de los inversionistas que, después de todo, arriesgan su dinero y quieren tener estabilidad. Si una empresa invierte es por una serie de años; entonces ahí hay que tener claro el periodo para ver cuál será su beneficio.

— ¿Es lo que está ocurriendo en este momento, no se está tomando la decisión de realizar nuevas inversiones en Bolivia hasta que no existan reglas claras, esa es la percepción?

— Bueno, eso usted debería hablar con los empresarios para ver sus puntos de vista, pero se puede imaginar que con una nueva ley, si uno fuera el inversionista esperaría. No puedo decir que eso está ocurriendo porque no conozco, no lo puedo decir positivamente. Pero me parece evidente que esa declaración de la base legislativa del ambiente de negocios es esencial para quien prevé una inversión que tenga rendimiento. La cuestión es tener estabilidad.

— ¿Usted hizo el requerimiento para que se acelere la aprobación de esta norma?

— Siempre hemos visto la importancia de esa norma, pero no me gustaría insistir en su aceleración porque es necesario que se discuta en la Asamblea y se consulte con el sector privado, se consulta con todos los sectores afectados para tener una buena ley. Hemos visto en otros países que se apura una ley y luego no es buena. Yo no insistiría en que salga mañana porque es legítimo que se debata y que las instituciones tengan su parte de discusión, para que se haga una cosa de calidad.

Perfil

Nombre: Kenneth Bell

Nació: 16 de junio  de 1957, en Glasgow, Escocia.

Cargo: Embajador jefe de la delegación de la Unión Europea en Bolivia

Sociólogo y economista agrícola

Con la experiencia de haber trabajado en las delegaciones de la Unión Europea en Paraguay y Brasil, Bell tomó el mando de la oficina de la UE en Bolivia en 2008. Antes de la arista diplomática de su carrera, consiguió dos masterados en Economía y en Sociología de la Universidad de Edimburgo, y uno más, en Economía Agrícola, de la Universidad de Oxford.

Además de su inglés natal, domina el portugués, el francés, el español y el nepalí, este último como resultado de su docencia en la Universidad de Malawi. Ha trabajado como consultor independiente en economía en varios países de Sudamérica y el Caribe, y ha escrito sobre desarrollo sostenible, entre otros temas.