Canadá teme que firmas no quieran invertir en Bolivia
Efectos. Dice que el valor de las acciones de la firma SAS cayeron
Canadá expresó al Gobierno boliviano su temor de que los inversores de ese país ya no quieran invertir más en Bolivia debido a la política de nacionalización. Además, indicó que el valor de las acciones de la firma SAS cayeron en la bolsa tras la reversión de su concesión en Mallku Khota.
El presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Héctor Córdova, informó ayer que recibió la visita, en dos ocasiones, de la embajadora de Canadá en Bolivia, Patricia Fortier, quien le manifestó que el país está “ahuyentando la inversión canadiense”. “Nos ha mostrado todas las inversiones que hay de Canadá en el país y evidentemente son varias. (Canadá) es el país que más operaciones mineras tiene en Bolivia”, sostuvo.
En junio de este año, el presidente Evo Morales ratificó que el Estado boliviano tiene una política nacional de recuperar todos los recursos naturales, pero respetando las inversiones. Córdova dijo que habían ocho firmas canadienses que tenían inversiones en Bolivia y que hoy sólo son seis.
Entre ellas están Orvana Mineral, que explota cobre en la mina Don Mario (Santa Cruz); Castillian Resources Bolivia SA, que explota oro en Challapata (Oruro); Pan American Silver, que explota plomo, plata y zinc en la mina San Vicente (Potosí); Eaglecrest Explorations, que hace trabajos de exploración en el cerro aurífero San Simón (Beni); Apogee Silver, que explota plata en Pulacayo (Potosí), y la empresa Mineralex, que explora yacimientos de oro en el río Madre de Dios (Pando).
En 2005, la canadiense Atlas Precious Metals suscribió con la Comibol un contrato de riesgo compartido para restablecer las operaciones de la planta de Karachipampa (Potosí), pero la devolvió en 2011 tras acordar el pago de una compensación de $us 750 mil al haber diferencias.
El 2 de agosto de este año, el Ejecutivo concretó vía decreto la reversión de las concesiones de la Compañía Minera Mallku Khota (CMMK), filial de la canadiense South American Silver (SAS), y de Exploraciones Mineras Santa Cruz Ltda (Emicruz).
Ese día, el portavoz del Ministerio de Comercio Internacional de Canadá, Rudy Husny, aseguró que “este acto envía una señal negativa a los inversores canadienses y a todos los otros inversores extranjeros”.
En ese marco, Córdova sostuvo que Fortier le expresó que el Gobierno de Canadá tiene temor “de que ellos (los empresarios canadienses) ya no quieran venir más (al país), y para aquellas operaciones que necesitan capital, los inversores ya no quieran meter plata; eso es lo que les asusta”, indicó.
Manifestó que la diplomática también le confirmó que el valor de las acciones de SAS “han caído terriblemente después de la nacionalización”. Consultado sobre si el Estado necesita de la inversión privada, Córdova explicó que en la fase de exploración uno debe “arriesgar capital y difícilmente el Estado puede arriesgarlo”, porque invierte en obras que “hacen falta”.
Precisó que en 2012 se destinaron $us 15 millones a las tareas de exploración, mientras en Chile se invierte $us 2.800 millones. “Necesitamos que alguien se arriesgue”, manifestó.
La reversión de firmas
Política
Desde mayo de 2006 hasta agosto de esta gestión, el Gobierno nacionalizó empresas del sector petrolero, eléctrico, minero y de telecomunicaciones. También estatizó una compañía cementera.