Icono del sitio La Razón

La calma retorna al pueblo después del operativo militar

Una aparente calma retornó ayer a Challapata tras los sucesos violentos vividos en la jornada del martes. Sólo algunos pequeños grupos de personas que aún se resistían al control del Ejército intentaban bloquear la carretera, pero fueron dispersados con gases lacrimógenos y disparos al aire.

El Ejército, con la intención de realizar controles para evitar que la carretera hacia Potosí sea bloqueada, detuvo a seis personas, entre ellos un menor de 15 años. Los familiares intentaron su liberación, pero los fiscales René Los Santos, Adolfo Garnica y Roberto Adrián dijeron que primero evaluarán sus antecedentes.

Pese a estas contingencias, desde tempranas horas las tiendas de barrio abrieron sus puertas a los clientes y las instituciones financieras lo mismo. Los mercados funcionaron con toda normalidad y las únicas instituciones que dejaron de operar fueron la Alcaldía y las unidades educativas. Las rutas entre Challapata y Huari y Potosí permanecían ayer controladas por un numeroso contingente de soldados muy bien pertrechados. Al lado del camino también se estacionaron tanquetas. En el trayecto hacia el centro de la población se observaban piedras en la calzada y en algunos lugares llantas quemadas que en horas de la noche todavía humeaban.

En declaraciones a la prensa, el comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, general Tito Gandarillas, aseguró que el operativo combinado entre el Ejército, la Policía, la Fiscalía, la Aduana y el Control Operativo Aduanero (COA) es de largo aliento.

“Queremos que Challapata sea la de hace años. Digna. Porque no todos los pobladores están involucrados en trajines ilícitos, sino unas 20 personas camufladas que han hecho de esas actividades su modus vivendi. Hasta se han dedicado al narcotráfico. En el operativo del martes se ha decomisado una camioneta con 20 kilos de marihuana, y se sabe que también trafican con cocaína”, aseveró.

Los dueños de los vehículos indocumentados decomisados, que se encuentran en siete garajes precintados por las autoridades, dijeron que los soldados lanzan gases a las calles, pero también a las casas. Reconocieron que la falta de empleo les ha empujado a trabajar en este negocio, por lo que seguirán con sus movilizaciones hasta lograr que sus vehículos les sean devueltos.

La defensora del Pueblo, Clotilde Calancha, que llegó a Challapata con sus asesores a fin de solicitar una reunión con los altos mandos militares y pedir que cese el “hostigamiento” a la población, afirmó que las acciones del Ejército son legales, porque Challapata vivió una ilegalidad. “(Ojalá) ese poder que tiene el Ejército no sea para hostigar y generar miedo, sino que identifiquen quiénes están en el tema de los autos chutos, pero que se respeten los derechos humanos”.

La autoridad no descartó la posibilidad de que en Challapata estén operando ciudadanos extranjeros y que estén causando conflictos, por lo que Migraciones debería abrir una oficina.

El alcalde de Challapata, David Frías León, aseguró que la principal causa del problema es la falta de empleo, “un problema estructural en el país”. Dijo que la otra causa es que el Gobierno, después de nacionalizar los autos indocumentados, no diseñó “políticas serias de control” en las fronteras para reducir el contrabando de los autos ilegales. “Tenemos información de que algunos efectivos han hecho cobros para dejar pasar este tipo de vehículos, seguramente esto merece una investigación”, denunció.

Coincidió con la Defensora y agregó que en Challapata operan extranjeros que generan conflictos y que han lucrado con los ilícitos en complicidad con bolivianos “del interior”, aunque también con algunos de la población.

Población se queja del negocio de los chuteros

La Razón habló con la gente que vive muchos años en Challapata y pudo conocer que la verdadera causa del conflicto vivido la jornada del martes es el contrabando desmedido de vehículos indocumentados (chutos). Doña Elizabeth, una mujer de 60 años, dijo: “Los chuteros nos han traído estos problemas. Ellos son los culpables de que el Ejército haya entrado hasta Challapata. Nos han amedrentado a todos, hasta a nuestros hijos”.

Otra señora, Rosa Paucara, que siempre ha vivido en este lugar y que se dedica a actividades agropecuarias, señaló: “Antes no sucedían estas cosas, son los chuteros quienes nos han traído este mal, han contrabandeado y han cometido otros delitos. Muchas de estas personas han atropellado a la gente y hasta las han matado, correteaban por las calles sin placas, sin respetar a nadie, manejaban jovencitos y nadie ha hecho nada para frenarlos a tiempo”.

Huari. Un profesional que prestó sus servicios por más de siete años tanto en Challapata como en Huari contó: “Huari fue la puerta de ingreso de los autos chutos a vista y paciencia de la Policía. Había horas tanto en la noche como en el día que ingresaban a gran velocidad, especialmente pasada la medianoche, toda una hilera de 100, 150, 200 vehículos. También en el día, pero mucho menos. Pasaban a gran velocidad, sin respetar si había o no gente cruzando la calle, en especial niños”.

Doña Teresa manifestó: “En esta localidad trabajan muchos peruanos, colombianos y brasileños, ellos son la cabeza de los chuteros, contratan a jovencitos para que manejen estos autos; estos extranjeros no aparecen mucho pero son muy conocidos por los choferes que son sus empleados, ellos son los verdaderos contrabandistas; esta gente vive en Oruro, en la zona del mercado Young”.

Chuteros y su reclamo al gobierno

Garajes

El general Tito Gandarillas dijo que siete garajes fueron precintados en Challapata.

Ilegal

Los chuteros dijeron que seguirán con sus movilizaciones hasta que les devuelvan sus motorizados.

Decomiso

La Aduana anunció operativos para decomisar chutos.