Al igual que ocurría hasta el 8 de octubre en la población orureña de Challapata, en al menos dos regiones del trópico de Cochabamba (Chimoré e Ivirgarzama) existen ferias en las que se comercializan autos indocumentados (chutos), según constató La Razón este fin de semana. La fórmula es la misma: vehículos ilegales con placas falsas y documentos irregulares que se venden con la promesa de que se avecina un nuevo decreto de nacionalización. 

La intervención gubernamental de la feria de Challapata, de donde ayer se evacuaron 67 motorizados chutos, provocó preocupación entre los comerciantes de las que se denominan “autoventas” de Chimoré e Ivirgarzama, pero no frenó el comercio ilegal, que se hace entremezclado con la venta de unidades con papeles en regla.

La autoventa se instala en Chimoré los sábados, en ambos costados de la carretera de ingreso a la población, media cuadra antes de llegar a la parada del sindicato 7 de Junio. Los domingos ocurre lo mismo en el Barrio Linares, en Ivirgarzama, aunque en este último caso la oferta de motorizados triplica en número a la primera, donde este sábado habían alrededor de 40 vehículos.

Según un oficial de la Unidad Operativa de Tránsito de la Policía, existen otras ferias en las que se venden autos chutos en las poblaciones de Pongo, Punata y Cliza, donde sin embargo este medio no pudo llegar el fin de semana.

En la autoventa de Chimoré, tras consultar sobre el costo de distintos coches, dos vendedores se acercaron para explicar que los precios subieron debido a los operativos contra los chuteros. “Ya no hay autos baratos, aunque depende del modelo, el Toyota Lemo (al que llaman zapatito) modelo 2001 está en $us 6.500, con platita a la mano te rebajo hasta 6.000, el Regius está en $us 13 mil, pero te podemos rebajar hasta $us 10 mil”, ofertó uno de ellos.

Consultado sobre los papeles, respondió: “Chutito es, pero tenemos el permiso, con eso nomás estamos vendiendo”. Se refirió a los permisos provisionales que otorgó la Aduana en la última nacionalización.

Precio. El otro recordó que antes de la nacionalización costaban entre $us 1.500 a 3.000, y ahora “una vagoneta Corolla o Caldina está entre 4.500 y 5.000 dólares; un Ipsum, entre 5.500 y 6.000; los zapatitos o surubís entre 5.500, 6.000 y hasta $us 10 mil”.

Este sábado había como 40 unidades, pero antes llegaban al menos a 200, según contó Mary, una vendedora de comida en la feria. “Con la intervención a Challapata la venta ha bajado, los chuteros se están cuidando, no están trayendo muchos autos”. Ella también notó que “los autos están caros” y que “hay mucha preocupación entre los chuteros”.

Ayer, mientras la presidenta de la Aduana, Marlene Ardaya, anunciaba en La Paz a radio Patria Nueva que las autoridades actuarán con la misma severidad que en Challapata en todos los puntos de venta de autos ilegales, La Razón visitaba la autoventa de Ivirgarzama, a donde llegaron los vendedores desde las seis de la mañana. También están preocupados por lo que ocurre en Challapata.

“Grave está allá, aquí también pueden venir a fregar, aunque es poco probable; hay que tener cuidado, Inteligencia está dando vueltas”, aseguró una vendedora que ofrecía un vehículo modelo Ipsum 2001.

“Está recién llegadito, el sábado de madrugada hemos llegado (de Iquique) y ya he vendido cinco autos, se los han llevado a Yapacaní, Montero, Santa Cruz; éste es el último, tiene tercera placa y todo”, aseguró y luego mostró el documento de compra en Chile. “Este es su papel, llevate, de aquí a un mes habrá nacionalización, te conviene; si tienes platita a la mano hasta en $us 5.000 te lo dejo”, ofreció.

En la zona existe susceptibilidad, no les gusta que pregunten sin dinero en la mano y, al parecer, trabajan en grupos. Ayer, durante la visita de este medio, un vendedor contaba a otro: “Nos han visto y ese sonso se ha hecho agarrar, hemos escapado, un auto le han quitado y ahora no llega”.  Luego preguntaron entre sus conocidos por el vendedor faltante.

Los vehículos chutos cuentan con rosetas, primeras placas y hasta tercera, con números de Oruro, Santa Cruz, La Paz, aunque la mayoría son de Cochabamba. Hay pocos que no las tienen. Las placas son peculiares, algunas llevan una tricolor en el lado izquierdo y otras están recubiertas con plástico, con números en diseño diferente a los que caracterizan a las originales y no todas son refractantes.

Papeles. Un chofer que hace el servicio de transporte público entre Chimoré e Ivirgarzama contó que compró “un chutito hace tres meses, un auto nuevito olor a mar” y añadió que muy pocas veces lo saca porque aún busca cómo legalizarlo. “Me pueden quitar, estoy buscando papeles y si la presión es mucha, me voy a deshacer de él, lo voy a desmantelar; pero por el momento estoy buscándole papeles de auto siniestrado para quedarme con él”.

Según informó, muchos afiliados del sindicato de transporte de Ivirgarzama compran motorizados chutos. “El dirigente está tramitando con Tránsito para que puedan trabajar nomás, aquí no hay mucho control, pero si nos pescan, hay que pagarles”.

Mientras, Ardaya declaró a Patria Nueva que “la decisión del Gobierno es que ahora sentemos presencia en todas estas poblaciones, pero no es cuestión, ojo, de que vamos a sacar (vehículos), de que vamos a intervenir, sino de que va a haber allí un puesto de la Aduana”.

Esperanza y medidas de control

Decreto

Los vendedores de autos indocumentados aseguran que sus dirigentes negocian con el Gobierno la aprobación de un nuevo decreto de nacionalización. Uno de ellos incluso afirmó que ya se tiene concertado un encuentro con el Presidente.

Protección

Los vendedores y propietarios de autos chutos indicaron que están organizados para reaccionar colectivamente en caso de que se produzcan operativos que pongan en riesgo sus bienes, como ocurrió en Challapata.