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Complejo de Karachipampa inicia operaciones tras 28 años de inactividad; prevén fundir 51 mil t de mineral

Luego de 28 años de inactividad, la planta de fundición de concentrados de plomo y plata de Karachipampa en Potosí empezará a operar mañana con el encendido de los  hornos y una capacidad para fundir 51.000 toneladas de concentrados al año. Entorno al emprendimiento se pretende crear una zona industrial con la instalación de fábricas de calamina y clavos.

El secretario general de la Gobernación de Potosí, René Navarro, informó a La Razón Digital que el inicio de operaciones del Complejo Metalúrgico de Karachipampa es un hecho histórico para la región porque  abrirá las puertas a la industrialización y permitirá contar con mayores ingresos económicos.

La capacidad de tratamiento de la planta será de 51.000 toneladas año de concentrados de plomo y plata, que provendrán de diferentes centros y de la empresa Minera San Cristóbal SA, empresa que extrae concentrados de zinc-plata y plomo-plata.

“Como departamento autonómico vamos a plantear en nuestro Estatuto que los minerales producto de la explotación en Potosí necesariamente tengan que ser exportados con valor agregado”, explicó Navarro. El presidente Evo Morales participará del acto de encendido de encendido del horno.

Karachipampa comenzó a gestarse en 1976, pero fue durante el Gobierno del general David Padilla Arancibia que se firmaron los acuerdos para que sea instalado con una inversión de aproximadamente 150 millones de dólares. La fundidora fue instalada en 1984 para procesar plomo y plata, aunque desde su instalación hasta la fecha no fundió ni una sola tonelada.

El 28 de junio de 2005, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y la empresa Atlas Precious Metals firmaron un contrato de riesgo compartido para la reactivación de la planta. El acuerdo fue disuelto en 2010 y en 2011 el Estado tomó el control de la empresa.

Karachipampa cuenta actualmente con 250 trabajadores, número que subirá a 400 obreros una vez que la planta esté operando a plenitud.

“La planta está instalada sobre 25 hectáreas y a su alrededor se pretende crear toda una Zona Industrial (…) Hay planes para la construcción de una fábrica de calaminas y otra de clavos”, anticipó Navarro, quien añadió que el 83% de la actividad minera de Bolivia está concentrada en Potosí.

La autoridad explicó que el inicio del proceso consiste de operación consiste en el encendido del horno, las pruebas piloto y en vacío. “Luego del encendido se tendrá que esperar por lo menos 15 días para el tratamiento”.

Los mercados para el mineral industrializado son principalmente Eurora y la India.

La planta de Karachipampa está en inmediaciones de la población de Chaquí, en Potosí. Está cerca de una planta generadora de electricidad de la Empresa Guaracachi y cuenta con la infraestructura para el transporte de gas.

A mediados del 2012, el Gobierno confirmó una inversión de 11 millones de dólares para cumplir con las recomendaciones técnicas de iniciar el funcionamiento del complejo, adecuación de las máquinas, plantas de oxígeno, conexión de gas, pozo de agua, entre otros.

Para la puesta en funcionamiento, se requerirá de un colchón financiero de 30 millones de dólares para la adquisición de más concentrados y generar utilidades.  El Gobierno aprobó en octubre un fideicomiso de Bs 348 millones para la compra de concentrados.

Con relación al consumo de energía, el complejo de Karachipampa demandará ocho megavatios y se estima que requerirá 2,5 millones de pies cúbicos día de gas natural para el funcionamiento de las plantas.