La crisis destruyó en España más de 2.000 empleos al día a lo largo de 2012
La Seguridad Social cierra el año por debajo de los 17 millones de ocupados. El balance de diciembre agrava la caída del empleo a niveles de 2003.
España ha cerrado su quinto año consecutivo destruyendo empleo. En 2012, la crisis abrió un nuevo acto. Volvió la recesión, pero esta ocasión va acompañada de austeridad y recortes. Así que la Administración se ha sumado a las empresas privadas, y ahora ambos sectores al unísono han eliminado puestos de trabajo. La traducción de estos hechos en cifras es desoladora: en 12 meses la Seguridad Social cuenta 787.240 afiliados menos, restaba 2.162 cada día, y las oficinas de empleo registran 426.324 parados más, según los datos del Ministerio de Empleo.
Para taponar la hemorragia el Gobierno aprobó urgentemente, apenas mes y medio después de llegar al poder Mariano Rajoy, la reforma laboral. No lo ha logrado. Persiste el Gobierno en decir que sin ella la situación sería más grave, pero como ha admitido el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, eso es una «hipótesis» difícil de probar.
La situación podría ser peor. Perdón por el tópico, pero es así. El mes pasado supuso un cierto alivio. Al menos aparente. La campaña de Navidad redujo el desempleo en 59.094 personas. Ha sido el mejor diciembre de la serie estadística de paro registrado, como se encargó de recordar el Ministerio de Empleo. Pero una vez enunciado este dato, casi se acaban las buenas noticias. La Seguridad Social descontó otro 88.367 afiliados.
Falta la confirmación de la Encuesta de Población Activa, el mejor termómetro del mercado laboral, pero la divergencia entre una cifra y otra parece indicar más una caída de población activa (quienes están en edad y disposición de trabajar) que una reanimación de la contratación. De hecho, la contratación ha vuelto a caer, tanto en diciembre como en el conjunto del año.
Insisten en el instituto público en recordar que la gran caída de afiliación en el mes pasado y este se debe a la baja de unas 145.000 cuidadoras de ancianos, las llamadas técnicamente cuidadores no profesionales. Esta baja se produce porque el Gobierno decidió en los recortes del pasado julio que ya no asumía el pago de la cuotas sociales de este colectivo, así que la Seguridad Social deja de recibir estos ingresos y ellas de cotizar. No obstante, incluso sin contar a este colectivo la afiliación habría caído en 24.555 trabajadores.
Cuando se limpian los datos de los efectos del calendario –es decir, cuando se aplica una fórmula matemática que permite a los economistas observar la tendencia de fondo del mercado laboral sin las oscilaciones bruscas en la contratación por la campaña navideña, la Semana Santa, el verano…– la caída de la afiliación fue de unos 97.000 trabajadores y la del paro registrado de 41.023.
El deterioro continuo y prolongado del mercado laboral ha abocado a la Seguridad Social a una peligrosa dinámica, el número de cotizantes por cada uno de los perceptores de pensiones ha bajado de dos. Es decir, que hay menos de dos trabajadores pagando a la Seguridad Social por cada persona que cobra una prestación. De esta forma se agrava la situación de tesorería del organismo, que está abocado a acabar el año con el déficit más abultado de su historia.
Los descensos más significativos se registraron en actividades sanitarias y servicios sociales (56.223 personas menos) como consecuencia de los recortes del gasto público, en la construcción (22.053), en hostelería (15.879) y en construcción e industria manufacturera
(14.449). Por el contrario, se registró un comportamiento positivo en comercio, reparación de vehículos y motor y motocicletas, que sumaron en diciembre pasado 15.360 afiliados nuevos. El Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) también perdió cotizantes en diciembre (4.142, el 0,14 %), lo que deja el total en 3.024.52.