Benita Ferrero: Puede haber nacionalizaciones si el inversor es justamente compensado
Es presidenta de la Fundación Unión Europea, América Latina y el Caribe (Fundación UE-LAC) y excomisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea. La diplomática austriaca accedió a una entrevista vía telefónica con La Razón y señaló que la relación entre ambos continentes es de “socios verdaderos”. Dijo que, a diferencia de los europeos, los latinoamericanos hicimos mejor las cosas respecto a enfrentar la crisis. “Hay prosperidad, hay bonanza”, afirmó.
— ¿Cómo evalúa las relaciones entre América Latina y la Unión Europea?
— Las califico como de socios verdaderos. Hoy en día somos socios, de igual a igual y tenemos la posibilidad de que la cooperación mejore todavía más. ¿Por qué? Porque nosotros en Europa tenemos una crisis y ustedes han hecho las cosas mucho mejor. Entonces creo que esto nos da la posibilidad de trabajar conjuntamente para lograr los objetivos conjuntos.
— Latinoamérica ha cambiado mucho en el último decenio. Sin embargo, Europa y Estados Unidos no están valorando adecuadamente los cambios que han habido en esta región. ¿Usted comparte esta opinión?
— Yo solamente puedo hablar de Europa, porque soy excomisaria de la Unión Europea para Relaciones Exteriores y ahora presidenta de la Fundación Unión Europea, América Latina y el Caribe (Fundación UE-LAC). Y puedo decir que eso (los cambios que se están produciendo en América Latina) es lo que ocurre (actualmente). Hay un cambio de paradigma enorme, nosotros sí lo sabemos, estamos conscientes de ello y lo tomamos positivamente porque siempre hemos trabajado por mejorar el desarrollo de América Latina y ahora, que justamente hay un muy buen momento para ustedes: hay prosperidad, hay bonanza, entonces eso es fantástico.
— ¿Para la Unión Europea es importante estrechar aún más los lazos con América Latina, cómo nos podríamos beneficiar ambos continentes?
— Creo que ambas partes siempre podemos beneficiarnos unos de otros. ¿Por qué? Porque ambos continentes tenemos una historia compartida, las tradiciones, una mentalidad común que nos dan una perspectiva de forma conjunta (…). Entonces nos podemos ayudar, apoyar mutuamente.
— ¿El hecho de que Bolivia se haya apartado de la firma de un acuerdo de asociación o un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea no obstaculiza las relaciones económicas entre ese bloque regional y mi país?
— Mire, yo era comisaria (de la Unión Europea) cuando se ha hablado de esta posibilidad, no era solamente un Tratado de Libre Comercio, sino era un tratado multiparte: el diálogo político, la cooperación y el libre comercio. Entonces la idea era un tratado con toda la Unión Europea y la Comunidad Andina (CAN). Naturalmente nosotros no forzamos nada a nadie. Bolivia no quiso avanzar, pero sí Colombia y Perú. Entonces hemos ido adelante con ellos, aunque la puerta está abierta por si Bolivia o Ecuador, en su momento, quieran también tener un tratado similar.
— ¿El camino que ha tomado Bolivia respecto a su política económica no es contradictorio con la de un mundo globalizado que propugna actualmente la Unión Europea?
— Cada país tiene el derecho de tener su política económica, pero al mismo tiempo todos hoy en día —y es una realidad— vivimos en un mundo globalizado, eso no podemos negar, pero lo que es importante es aumentar la prosperidad de nuestros ciudadanos. Y la cuestión es cómo lo hacemos. En Europa hemos tenido la experiencia de lo que son las pequeñas y medianas empresas. Estas unidades productivas crean empleo y eso es muy importante para ir adelante porque están ayudando al libre comercio. Pero ésa es una cuestión que está pendiente. Cada uno tiene que decidir sobre lo que quiere.
— ¿Cuáles son los principales obstáculos a superar en la relación entre la Unión Europea (UE) y Bolivia?
— Lo que sí quisiera decir, lo que es muy importante para cada inversión extranjera es un marco de seguridad jurídica, porque un inversor no va a invertir si de repente ya se queda sin nada. Entonces las nacionalizaciones pueden hacerse en cuanto después los inversionistas estén justamente compensados. Ésas son las reglas de juego en todo el mundo.
— ¿Entonces lo fundamental para la Unión Europea es la seguridad jurídica?
– Por supuesto, y eso se ha hablado muchísimo en la Cumbre de Santiago de Chile. Esa posición la han expresado tanto los países de América Latina como de la Unión Europea.
— ¿El incidente ocurrido la pasada semana con el avión del presidente Evo Morales Ayma podría afectar en algo las relaciones entre América Latina y la Unión Europea?
— No lo creo personalmente. Ya sabe que yo soy austriaca y que el presidente (Morales) ha podido aterrizar en Viena, Austria. Creo que el presidente federal austriaco, Heinz Fischer, y el Ministro de Asuntos Exteriores han estado ahí, han hablado con él y creo que se han portado respetuosos.
— ¿Cuáles son los objetivos de la Fundación UE-LAC?
— Nuestra fundación, que pronto tiene que ser una pequeña organización internacional, es la única que engloba a ambas partes: parte latinoamericana y caribeña, y parte europea. Nosotros somos los únicos que podemos realmente luchar por el bienestar de los ciudadanos de ambas partes e intentamos hacerlo con proyectos claros y concretos, especialmente a través de la participación y la contribución de la sociedad civil y otros actores sociales. Es decir entre gobiernos y todo tipo de instituciones, universidades, empresarios, ONG, fundaciones, etc.
Perfil
Nombre: Benita Ferrero-Waldner
Nació: 05-09-1948
Profesión: Doctora en Derecho
Cargo: Presidenta Fundación UE-LAC
Diplomática de carrera desde la década de los 80
Inició su carrera profesional en el sector privado en los años 70, siendo más adelante funcionaria de la diplomacia austriaca en 1984. En 1995 fue Jefa de Protocolo del secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, y desde 1995 a 2000 fue Secretaria de Estado para Asuntos Exteriores de su país. A principio de 2000, Ferrero-Waldner se convirtió en ministra de Asuntos Exteriores, un puesto que mantuvo hasta octubre de 2004. En el año 2000 fue también presidenta de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En enero de 2004 fue candidata a la Presidencia de Austria. A finales de ese mismo año pasó a ser Comisaria Europea por Austria en la Comisión Barroso I, ocupando la cartera de Relaciones Exteriores y Política de vecindad hasta finales de 2009, momento en el cual pasa a ser Comisaria de Comercio, puesto que ha ocupado hasta febrero de 2010. La excomisaria es de nacionalidad austriaca. Su lengua materna es el alemán y habla de manera fluida el francés, el inglés, el español y también el italiano.