En medio de una severa crisis en la oferta de harina de trigo en el territorio nacional, el sector oleaginoso reveló ayer que la producción del grano sólo llegará a cubrir el 30% del consumo del mercado interno y el resto tendrá que ser importado.
Según la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), la demanda interna bordea las 700.000 toneladas (t) de trigo al año, mientras que la producción local sólo aporta con 210.000 t, lo que representa el 30% del total del consumo local.
El presidente de Anapo, Demetrio Pérez, dijo que Bolivia siempre fue deficitaria en la producción del grano y en años anteriores recibía donaciones de otros países y realizaba importaciones para cubrir el mercado interno.
En medio de la crisis en la oferta de trigo, los productores se aprestan a celebrar el Día Nacional del Trigo, que tendrá lugar el 2 de agosto en el municipio de Okinawa, ubicado a 100 kilómetros al norte de Santa Cruz.
En 2010, el sector triguero reportó la mayor superficie cultivada después de 1997, alcanzando 107.221 hectáreas (ha), con un rendimiento de 1,67 t por ha y una producción de 179.179 t, llegando a cubrir el 40% del mercado.
En la gestión 2011, la superficie cultivada cayó estrepitosamente a 68.323 ha, con un rendimiento de alrededor de 1,09 t por ha y una producción de 70.083 t. La superficie sembrada fue similar en 2012, pero el rendimiento fue superior, llegando a 137.515 t.
Mientras que en la presente gestión se cultivó alrededor de 100.000 ha y se espera una producción de 210.000 t, que alcanzará para cubrir el 30% del mercado boliviano. Actualmente hay poca oferta de harina en los centros de abastecimiento, hecho que ha motivado la elevación de los precios.
Desde la perspectiva de Pérez, “los factores climáticos, falta de incentivos gubernamentales, la inexistencia de capital de operaciones (y) restricción de inversiones en investigación de nuevas variedades, frenan el crecimiento del cultivo de trigo en el país”.
Limitaciones. “La tendencia del sector productor cruceño siempre es llegar a cubrir el mercado, pero las limitaciones en inversiones, innovación e incentivos impiden ampliar la frontera agrícola cereal”, manifestó el máximo ejecutivo de Anapo.
El productor explicó que la escasa expectativa en el cultivo de trigo frente a la siembra de la soya, se debe a que las inversiones son elevadas y los riesgos de pérdidas son mayores por falta de nuevas variedades que puedan resistir a los factores climáticos.
“Los costos operativos por hectárea de trigo ascienden a $us 500. No obstante, el cereal es más sensible que la soya y esto hace que las pérdidas por lluvias, viento o plagas sean catastróficas para el productor”, subrayó el presidente de ese gremio empresarial.
Por otro lado, Pérez dijo que no hay variedades de trigo para sembrar como ocurre con la soya o el arroz. “Seguimos cultivando la semilla del occidente y no tenemos una variedad tropicalizada, y esto pasa porque el Gobierno no invierte en investigación”, se lamentó el productor, que emigró de Potosí hacia el oriente del país.
Evento en Okinawa
Variedades
En el marco del Día del Trigo, el próximo 2 de agosto, se hará la presentación de nuevas variedades de trigo desarrolladas por el Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), Hacienda del Señor y Dow Agro.