Desde el 1 de enero hasta el 15 de diciembre de 2013, la cartera de créditos en el sistema financiero nacional se ha incrementado en Bs 12.252,9 millones ($us 1.760,47 millones), lo que equivale a un crecimiento de 17,45% respecto al cierre de diciembre de la pasada gestión.
Los datos reflejan que la cartera de créditos en las entidades de intermediación financiera ha experimentado un crecimiento ascendente en los últimos años, al igual que los depósitos del público. Sin embargo, en este último caso, el incremento ha sido a un ritmo más lento, de acuerdo con los datos estadísticos publicados en la página web de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi).
Hasta el 15 de diciembre, la cartera de créditos del sistema financiero (bancos, fondos financieros, mutuales y cooperativas de ahorro y crédito) ha aumentado en 17,45% frente al 11,40% de los depósitos del público.
Así, los préstamos otorgados por las entidades de intermediación financiera se han incrementado de Bs 70.193,2 millones a Bs 82.446,1 millones, mientras que los ahorros del público han aumentado de Bs 88.983,9 millones a Bs 99.135,7 millones.
Para expertos y entendidos en la materia, el crecimiento de la cartera de préstamos obedece a una mayor demanda del sector productivo, porque refleja la actual situación económica del país que es de estabilidad.
El gerente general de una entidad bancaria, que solicitó el anonimato, subrayó que la leve “desaceleración” en el crecimiento de los depósitos se debe a que la gente prefiere invertir en otros sectores, donde la rentabilidad es mayor. “Esa pequeña tendencia en la baja de las captaciones es un momento cíclico y no creo que vaya a llevar a subir más las tasas (pasivas)”.
Análisis. En la última evaluación realizada por la Asfi al sistema financiero se muestra que, al 30 de septiembre, el 58% del total de la cartera de créditos se concentra en la banca comercial, 32,8% en las entidades especializadas en microfinanzas, 5,4% en las cooperativas de ahorro y crédito abiertas, y 3,8% en las mutuales de ahorro y préstamo. La participación de la cartera de créditos en moneda local representa el 85,9% del total de la cartera a septiembre de 2013, frente al 6,6% de 2005.
Mientras que los préstamos contratados en moneda extranjera representan el 14,1% del total de la cartera, y la cartera en moneda nacional con mantenimiento de valor a la Unidad de Fomento a la Vivienda (UFV) no tiene relevancia respecto al monto total de la cartera. La participación de la cartera en moneda nacional en la cartera total aumentó 5,9 puntos porcentuales respecto al cierre de la gestión 2012.
También se verificó un aumento de 121.502 prestatarios respecto al cierre de diciembre 2012, con lo cual el número total de éstos alcanza a 1.238.889. El 65% del total de los beneficiarios se concentra en las microfinancieras, el 23% en los bancos comerciales, el 9,9% en las cooperativas de ahorro y crédito abiertas, y el 2,1% en las mutuales de ahorro y préstamo. El índice de mora del sistema financiero se sitúa en 1,6%, levemente superior al índice de diciembre de 2012 (1,5%).
Préstamos por rubros económicos
Sectores
La cartera clasificada por tipo de préstamo presenta la siguiente distribución: microcrédito 29,0%, pyme 22,9%, vivienda 19,3%, empresarial 16,5%, y consumo 12,3%.
Regiones
Los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba concentran casi el 90% de la cartera destinada al sector productivo del país.
El 76% de los ahorros del público está en bolivianos
Hace 11 años, el 94% de las captaciones del sistema financiero nacional estaba en dólares estadounidenses. Al 15 de diciembre de la presente gestión, los ahorros en esa divisa se han reducido hasta llegar al 24%, mientras los depósitos en moneda nacional han crecido hasta sumar el 76%.
Según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi), al 15 de diciembre de 2013 los depósitos en moneda local alcanzan a Bs 75.399,7 millones y los ahorros en moneda extranjera a Bs 10.546,5 millones.
Hasta fines de 2002, sólo el 6% del público depositaba su dinero en bolivianos, lo que era un fiel reflejo de la falta de confianza en la moneda local y una muestra de la fortaleza del dólar de Estados Unidos.