Morales promulga ley que fija inversión de $us 48.574 MM y metas hasta el fin de su mandato
El presidente Evo Morales promulgó hoy la ley del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020, que fija llegar hasta el 2020, año en el que concluirá su mandato, con una inversión de $us 48.574 millones, un PIB de $us 57.000 millones y objetivos como avanzar en la reducción de la pobreza. Los empresarios comprometen acompañar los desafíos trazados y los trabajadores piden desarrollo con justicia social
Acompañado con los representantes de los empresarios y de los trabajadores, el presidente Evo Morales promulgó hoy la ley del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020 que fija una ruta crítica para alcanzar una inversión de $us 48.574 millones, lograr un PIB de $us 57.000 millones de dólares, reducir la pobreza y avanzar en universalizar los servicios básicos, entre otros objetivos, hasta el final de su mandato.
En un acto público, en el auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB), fue promulgada la norma y el Presidente demandó trabo y poner en marcha los proyectos con financiamiento. “Los grandes proyectos con financiamiento garantizado hay que arrancar ahora, resolver los temas técnicos, jurídicos, de procedimientos, si es posible no hay que dormir”, exigió.
El Plan, parte de la agenda Patriótica 2020-25, fija metas como una inversión quinquenal de $us 48.574 millones y alcanzar un Producto Interno Bruto (PIB) de alrededor de $us 57.000 millones. “El Plan se plantea como una meta intermedia bajar la pobreza extrema de 17.3% al 2014 hasta el 9,5%, eso supone invertir en redistribución de la riqueza, generación de empleo, producción, infraestructura, en el fortalecimiento de la economía”, explicó el ministro de Planificación, Milton Claros, quien fue uno de los participantes en el acto transmitidos por los medios estatales.
La reducción de la desigualdad, la ampliación de la cobertura de agua potable al 95% en áreas urbanas y al 80% en la rural, la extensión de la cobertura del saneamiento básico al 70% en lo urbano y 60% en lo rural, el fortalecimiento del sector energético, el incremento de la inversión privada nacional y externa, entre otros metas están trazada en la hoja de ruta crítica.
“Atracción de inversiones externas como socia, aliada del proceso de cambio”, destacó Claros y reiteró que la apuesta central es en la inversión pública, motor del desarrollo en un momento de crisis económica. Recordó que la proyección de crecimiento promedio es de 5% anual y el sector público y privado debe alinearse en ese y el resto de objetivos pactados en el plan.
Morales concluirá su mandato en 2020, año de cumplimiento de los objetivos trazados. No podrá repostularse en 2019 para una nueva gestión, ya que el 21 de febrero ganó en el referéndum el No a la reforma constitucional que planteaba ampliar de una a dos las repostulaciones continuas y habilitar a Morales y al vicepresidente Álvaro García a terciar una vez más en justas generales.
El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, comprometió la participación del sector que representa en el Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020 y aseguró que la inversión privada en 2015 alcanzó los $us 3.837 millones, de los que $us 2.898 millones es privada nacional y el saldo extranjera.
“Desde el sector privado acompañaremos en lo que nos corresponda en lo nacional y extranjero”, aseguró el empresario, mientras que el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Guido Mitma, reivindicó la importancia de garantizar un desarrollo con “una vida digna y con justicia social” para la clase trabajadora
Morales espera que la inversión privada alcance $us 25.000 millones en el próximo quinquenio y consideró que debe acelerarse la inversión, principalmente en lo productivo. “Nuestro continente tiene un patrimonio, la paz, pero para garantizar esta paz hay que acompañar con una justicia social”, reflexionó y señaló que el empresariado debe tener “responsabilidad social”.
El Plan presentado es parte de los esfuerzos delineados para alcanzar los objetivos de largo plazo perfilados para el 2025, en la denominada Agenda Patriótica, como la eliminación de la extrema pobreza, la universalización de los servicios básicos, la industrialización de los recursos naturales.