Las importadoras de vehículos cero kilómetros, afiliadas a la Cámara Automotor Boliviana (CAB), avalan el uso del combustible Súper Etanol 92. Su consumo incluso podría motivar a cambiar el parque automotor viejo a uno nuevo.
“El etanol que van a producir es un etanol anhidro, es decir sin agua, y al ser sin agua, el componente no tendría que dañar los motores, entonces no tendría que haber ninguna preocupación o miedo de que el motor se pueda dañar”, dijo a La Razón el presidente de la CAB, Erick Saavedra,
“Sin embargo, hay un tema de homologación para Bolivia, que se hace (bajo) la licencia previa, en el cual los motores y los vehículos deben estar homologados para el país. Entonces los autos que son diseñados para Bolivia no tendrían que tener ningún problema y la población que tiene los nuevos (vehículos) no tendrían que tener preocupación de ningún tipo”, prosiguió el ejecutivo de la CAB.
Bolivia ingresó oficialmente a la producción de los combustibles verdes con el etanol, tras la promulgación, por parte del presidente Evo Morales, de la Ley de Etanol y de Aditivos de Origen Vegetal 1098 el sábado 15, en el municipio de Mineros, Santa Cruz.
El Viceministerio de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos anunció hace dos semanas que el nuevo biocombustible se obtendrá de la mezcla de un 10% de alcohol anhidro y el 90% de gasolina para mejorar su octanaje. Sin embargo, Morales dijo ese día de la promulgación de la norma que esta mezcla aumentará a 12% de etanol (alcohol anhidro).
Mezcla. El alcohol anhidro (libre de agua) es extraído de la caña de azúcar y para su producción pasa por varios procesos —fermentación, destilación, desulfuración, deshidratación y desmetalización— para luego ser mezclado con la gasolina y obtener así el nuevo combustible verde.
Encuentre la información completa en la edición impresa de La Razón. (21/09/2018)